9. y veinte más...

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- Kongphob, debes besar la mejilla de tu novio 20 veces – se escucharon un par de risitas entre los novatos, pero el resto de los presentes permanecían en silencio.

-¿creen que es gracioso? - Kongphob aun no reaccionaba a lo que había escuchado, definitivamente no era una broma, su novio nunca bromeaba con esas cosas, pero ¿estaría dispuesto a? la voz de mando del mayor rebotaba en su cabeza, Arthit estaba por girarse para enfrentar a los novatos incrédulos cuando fue detenido.

-¡uno! - las manos de Kongphob le sostenían por el cuello, -¡dos! - estaba contando cada beso que depositaba en su mejilla -¡tres! - los novatos quedaron en silencio -¡cuatro! - Chompoo seguía de pie frente a la pareja observando cada beso -¡cinco!- al principio aquel conteo le tomó por sorpresa, a pesar de saber de antemano que Kongphob cumpliría el castigo impuesto -¡seis!- siendo honestos, Arthit tenia un ataque de celos cuando propuso semejante castigo -¡siete! - y ahora no tenía manera de detener al monstruo besucón de su novio -¡ocho!- de alguna manera Kong siempre lograba arruinar su imagen fría y temible -¡nueve!- aunque esta vez, quizás esta vez el tuviese algo de culpa -¡diez!- ¿como se le pudo ocurrir semejante castigo? -¡once!- al menos ahora la tal Chompoo dejara de coquetear con su novio -¡doce!- a este paso sus mejillas quedarían eternamente coloradas - ¡trece!- ¿es que a caso su novio no se cansaba? -¡catorce! - entre las chicas presentes se escucharon algunos gritos -¡quince!- también hubo aplausos, Arthit podía jurar que alguien les estaba tomando fotos, dejo de contar cuando sintió que el calor lo empezaba a marear -¡veinte!-

Respiro profundamente, unas cuantas veces mas. Aun se sentía mareado y no tenía idea de como salir de ahí. Simplemente relajo su rostro mostrando indiferencia y camino lejos de los curiosos novatos.

-¡Kongphob!- justo cuando llegaba a la puerta recordó que olvidaba algo muy importante: a su novio.- Vayámonos ya, tu suegra nos espera- ya que se iría al infierno, podría tomar la ruta panorámica.

Con una enorme sonrisa en el rostro Kongphob despidió a los novatos, e inmediatamente se vio rodeado de sus amigos, le abrazaban y felicitaban, esa, técnicamente había sido una declaración publica, de esas que a P'Arthit no le gustaban. Por lo general, era Kong el novio celoso y posesivo.

-Ai Kong, ¿que le hiciste a P'Arthit? - las preguntas llovían sobre el, sus curiosos amigos atacaron certeramente.

-eh Kongphob, ¿ustedes ya lo hicieron? - Oak y su impertinencia fue victima de un codazo de May y un jalón de oreja de parte de Preapailin. 

-¡Nong Kongphob!- desde fuera del salón se escuchó la voz de un irritable Arthit. Semejante llamado asustó también a los novatos que salieron despavoridos del salón, algunas chicas sonrieron con complicidad a Arthit; una de ellas incluso se atrevió a decirle que cuidarían bien de su novio. Perdió la cuenta de las veces que sus mejillas se tiñeron de rojo ese día.

-estoy listo P'- el rubor de sus mejillas contagio el resto de su cuerpo, de nuevo esa sonrisa de satisfacción en su novio. Movió la cabeza en dirección al estacionamiento. No le dirigió la palabra al menor durante el viaje, en su lugar murmuraba bajito solo para el.

No debería sonreír, fue castigado enfrente de los novatos, fue un castigo vergonzoso, ¿por que sigue sonriendo? 

Sus manos se aferraban al volante, conducía con mucho cuidado, tal vez por que tenia en sus manos el auto de su suegro, tal vez porque esta confundido y molesto por la actitud de su novio, o quizás por que aun tenía que pedirle a Kongphob que le dejase ser el "esposo" por ese fin de semana. Si quizás esa ultima idea era su frustración resumida. Aunque su padre no le hablaba, Arthit habría deseado que su padre le gritara o golpeara, pero no; el señor Rojnapat simplemente se levanto del sofá y se encerró en su habitación, desde ese momento dejo de hablar con el; su madre en cambio,bueno, ella ya lo sospechaba, desde hacia un par de años, Arthit dejo de visitarlos con frecuencia, la excusa: trabajos escolares con su "amigo", reuniones con su "junior" y un sin fin de razones, todas con el mismo nombre, Kongphob.

Debería estar preocupado por su reputación, o al menos preocuparse por conocer a sus suegros, ¿por que sigue sonriendo?

La señora Rojnapat fue muy comprensiva con su hijo, lloró con el cuando estuvo a punto de perder a su novio; y aunque lamentaba no poder tener nietos tan guapos como su hijo, le había "ayudado" a su bebe a conseguir esas cosas que usaban las parejas gay; y esperaba con todo el corazón que su único hijo no fuese la "novia".

Sería casi de noche cuando llegaron a la casa de la familia Rojnapat. Arthit apagó el motor, respiro profundo y se giró para mirar a Kong. 

-Kong... 

-si P'...- no de nuevo, esa enorme sonrisa perforándole el corazón. 

-Kongphob, serías... podrías... - las palabras salían de su boca pero no tenían ganas de formar oraciones coherente. -amable... yo... mamá...

-Tranquilo P', seré amable con mis suegros- en realidad Arthit estaba mas preocupado de la forma en que su padre podría llegar a tratar al menor. 

Cerró los ojos y bajo la mirada con timidez, ¿como era posible? ¿acaso Kongphob podía leer sus pensamientos? 

-Kongphob... ese castigo no... -Haciendo uso del valor reunido para traerlo a casa, se inclino un poco sobre su novio.

-Lo sé P', no me estabas castigando a mi- tal acción lo tomó por sorpresa pero era bueno ocultando sus emociones gracias al entrenamiento de los hazer- pero con gusto te besaría de nuevo veinte veces- Arthit le calló con un dulce y casto besó en los labios- y veinte veces más - o al menos lo intento.

Si te estaba castigando a ti, por coqueto, tonto...

Un golpeteo en la ventanilla del conductor los trajo de regreso a la realidad. El padre de Arthit estaba de pie fuera del auto, con una linterna en la mano y una mueca de desagrado tatuada en la cara. Había sido testigo del hermoso momento, y les apuntaba acusador amente con la linterna.



SOTUS XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora