➽ Los personajes de BNHA utilizados pertenecen a Kōhei Horikoshi.
➽ Las imágenes utilizadas en este libro tampoco me pertenecen. Crédito a sus respectivos autores.
➽ Portada y separadores kk hechos por mí :v
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Muy pocos conocen la grandiosa sensación de felicidad que experimenta un artista cuando hace lo que más le gusta. Ese sentimiento de libertad que inunda su pecho, la satisfacción de poder liberar el peso en sus hombros cuando tienen un día malo y el arte se vuelve tu terapeuta, tu mejor amigo.
Cada artista es diferente. Ninguno es igual, pues cada uno brilla a su manera.
Los músicos alegraba los oídos, el teatro creaba un sinfín de sensaciones, la pintura hablaba mediante los colores y el baile expresaba con el cuerpo.
Este último era un factor importante para Bakugō, quien iba caminando junto a Kirishima hacia el estudio donde tendrían su próxima clase. No sabía qué canción iban a bailar esta vez, pero por dentro estaba emocionado.
Siempre había sido conocido por ser una persona con un terrible carácter y dominado por una intensa ira todo el tiempo. No era alguien a quien te gustaría molestar. Su madre sabía que debía hallar una forma de distraerlo y que al mismo tiempo lo relaje. Y después numerosos intentos fallidos con el fútbol, béisbol, natación y voleibol, el interés del rubio cayó sobre el baile urbano.
Le gustaba mantenerse activo con su cuerpo y los movimientos le permitían sentirse liberado, además de presumir su indiscutible talento. Tal vez se ganara la vida con una carrera profesional, como ingeniero o médico, pero la pasión con la que bailaba nadie se la podría arrebatar.
—¡Chicos! —exclamó una voz femenina detrás de los amigos y ambos se voltearon hasta encontrarse a tres adolescentes de su misma edad caminar hacia ellos— ¿Cómo están?
—Muy bien, Mina —contestó Kirishima con una de sus relucientes sonrisas y Bakugō tan solo respondió con un gruñido molesto.
—¿Cuál creen que será la canción de hoy? —preguntó Sero caminando junto a sus amigos por los pasillos que daban a su respectivo salón.