El Rey De La Muerte *Yoonmin*

21

Había trascurrido un mes, desde la ejecución de los responsables de herir al rey, y dentro de este múltiples cosas sucedieron, el reino estaba en constante vigilancia, seguían apareciendo rebeldes y cada vez más cerca del Castillo, Yoongi había desarrollado una extraña paranoia, no dejaba a Jimin o a algún miembro de la realeza sin protección.

A Jimin no le molestaba, pero tampoco era fanático de ser seguido dieciséis horas al día, sus amigos de la corte habían sido de mucha ayuda, ya que trataban hacerle pasar un ameno momento en medio del caos, además de que le explicaban lo sucedido en el reino y lo que le gente hablaba, le preocupaba la reacción de la clase trabajadora e inocente, que con estos conflictos sólo sufría pérdidas, tanto comerciales como económicas, por el toque de queda y los constantes problemas en torno a la corona.

Lamentablemente esa no era la única preocupación que achacaba la mente de Jimin, una tarde en especial donde LuHan era el único que estaba a su lado, fue que se atrevió a sincerar su corazón. Estaban planeando la visita bimestral al orfanato y hospital del reino, una actividad que era meramente suya, iba en representación de la realeza, aunque Yoongi quería retrasar esa visita, Jimin no lo creía correcto, en esos momentos el pueblo debía ver que ellos estaban ahí para atender sus responsabilidades y no se escondían en el castillo.

—LuHan ¿Podrías ayudarme?

El castaño lo observó con ojos curiosos, asintió y sonrió amablemente, mientras dejaba los papeles que estaban revisando.

—Claro que si Jimin ¿Hay algo que te moleste o quieras saber?

Asintió con una ligera mueca. —Necesito que consigas una prueba de embarazo.

Dijo aquello en voz baja, pero clara, LuHan le miró con asombro, no era desconocido para Jimin que en el reino se hablaba de la tardanza que tenía para quedar en estado, Yoongi en ningún momento le comentó algo acerca del tema, este se portaba como siempre, pero Jimin sentía la presión de ser esposo del rey, donde uno de sus papeles primordiales era dar un heredero.

Estaba seguro que sería complicado como todos lo decían, llegó a estar ansioso porque nada sucedía, pero sus pensamientos y preocupaciones habían cambiado  dos semanas atrás, cuando las náuseas matutinas y los mareos constantes aumentaron significativamente. No le dijo a nadie, mucho menos a Yoongi, porque no sabía cual podría ser su reacción y deseaba estar seguro primero de que realmente lo estaba, antes de llamar al doctor real quien lo confirmaría al rey.

—¿Piensa que ha quedado en estado? —preguntó el castaño sin salir de su asombro—. Eso explicaría sus brillantes ojos.

Jimin enrojeció, pero le dio la razón, su cuerpo estaba cambiando y necesitaba la confirmación. Al mismo tiempo se preguntaba en qué momento había concebido. Llevaba casado casi un año y su estómago no estaba hinchado, debía tener pocos meses o incluso semanas.

—¿Puedes conseguirla?

—Sí —susurró con ojos decisivos—. Iré de inmediato.

LuHan se levantó y salió rápidamente del salón, Jimin no podía ocultar sus miedos, tal vez no se trataba de un bebe, sino de alguna sintontología por estrés, la presión que sentía Yoongi también le afectaba de sobremanera, escuchar sus incertidumbres y darse cuenta de lo que pasaba en los calabozos le atemorizaba a tal grado de que por las noches  escuchaba gritos de dolor y al mirar a su lado se daba cuenta de que Yoongi no estaba en la cama, eso le había causado pesadillas, unas que intentaba ocultar bajo una sonrisa comprensiva, como todos en el castillo.

Era demasiada presión, ¿Sería adecuado traer a un bebé en esa situación? ¿Y si algo le pasaba a Yoongi? No quiso pensar en eso, se limitó a distraerse mientras esperaba a LuHan.