ʙᴀᴅ ʙᴏʏ [ jαsσn p. tσdd х σc ]

[ 𝔽𝕀𝔽𝕋𝕋𝔼𝔼ℕ ]

·ｂａｄ ｈｅｒｂ ｎｅｖｅｒ ｄｉｅｓ·

          CUANDO TODO HABÍA DEJADO DE DOLER, algo en mi pecho se volvió a mover.

No podía respirar, era como si todo el aire del mundo se estuviera acumulando en mi nariz, por lo que abrí la boca para hacerlo. Cuando el aire pasó por mis pulmones mis ojos se abrieron de repente.

— ¿Qué cojones? —pregunté cuando mi cerebro se puso a pensar. Miré a mi alrededor, estaba en aquella casa. Sola, la sangre empapaba mis prendas y me di asco.

—Por fin —escuché una voz en la puerta.

— ¿Por qué no estoy muerta? —le pregunté a Metrón— ¿Y Jason, y Tim y Dick? —le pregunté sintiendo otra presión en mi pecho.

Estaba viva, pero ellos no creían eso.

—Saben que estás viva. Batman, Tim, Dick y Robin se tuvieron que ir por una urgencia.

— ¿Y Jason? —pregunté.

—Está fuera, no ha parado de pegar al pobre manzano del jardín trasero.

Suspiré, me lo creía. Me levanté sin esfuerzo, aunque me mareé.

—Es normal después de haber vuelto a la vida —asentí y caminé con dificultad hasta la puerta trasera.

Los golpes se oían desde aquí. Abrí la puerta y bajé las pocas escaleras hasta llegar al suelo, respiré profundamente al verle. 

Me acerqué por atrás, abrazándome los brazos por la corriente mañanera, el sol se estaba alzando. Era mi momento favorito del día.

—Por lo menos no es una persona, vamos avanzando —sus golpes cesaron al oírme. Sus músculos se tensaron por completo y juraría que había dejado de respirar. Di un par de pasos hasta llegar a su espalda y comencé por acariciarle los hombros, pero no se destensó, bajé por sus brazos y llegué a su mano, él la cogió y me la agarró con mucha fuerza. Ambos sentimos aquella corriente de electricidad en nuestras manos.