Capítulo 7

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Uriel había salido a dar una vuelta para despejar un poco la mente, aún estaba un poco melancólico por la mudanza y no había acabado de asimilar el hecho de que Deka fuera una maga. Él siempre había creído que los magos no existían y ahora todo había cambiado. Llegó al centro de la ciudad, se acordaba del camino que había seguido con Diego el día de su llegada. Se sentó en un banco, se puso los auriculares, abrió el libro y empezó a leer. Pero la lectura no duró más de cinco minutos ya que alguién se la interrumpió.

-¡Hola! -dijo aquella persona.

Uriel cerró el libro, se quitó un auricular un poco molesto y alzó la cabeza. Era Iris y no estaba sola, la acompañaban 3 chicas, seguramente eran sus amigas. Iban todas con los mismos zapatos de plataforma. "Cuánta personalidad", pensó Uriel.

-Hola -saludó finalmente el chico.

Iris se sentó a su lado, y al lado de esta una de sus amigas. Las otras dos se quedaron de pié, aunque hicieron cara de no estar muy contentas.

-¿Qué haces aquí tan solo? ¿Dónde está Diego? -preguntó Iris, poniendo más énfasis en la pregunta de Diego.

-Intentaba leer... y no sé dónde está Diego, posiblemente con Deka -contestó Uriel apagando la música.

-¡Ah si! Que maleducada soy... -se disculpó Iris -estas son Alessia, Naomi y Bella. Chicas este es Uriel, irá a nuestro instituto el año que viene, ¿verdad?

-Bueno si... no lo sé... en principio si, no quiero confirmar nada -dijo el chico un poco sorprendido.

-¡Pero que modesto eres! -exclamó Iris pasándole la mano por su pelo castaño y mirando fijamente sus ojos verdes.

Uriel notó como se sonrojaba, ¿no podía ser un poco más disimulado? Iris sonrió y, seguidamente, se levantó del banco para seguir su camino con sus amigas.

-La semana que viene hay una fiesta, esta es la dirección -propuso la chica, entregando un papel a Uriel -te espero allí -se despidió, guiñándole un ojo.

Las demás chicas se despidieron de él y, cuando ya desaparecieron de su campo visual, volvió a meter la cabeza en el libro, aunque ya no estaba tan concentrado como antes por culpa de la insinuaciones de Iris, o quizá no lo eran. Por lo que le habían explicado Deka y Diego, seguramente era así con todos los chicos. No le apetecía mucho ir a esa fiesta, pero a la vez tenía ganas de conocer a quienes iban a ser sus próximos compañeros de clase, así que les escribió un whatsapp a los demás por un grupo que habían creado. Ian contestó al momento poniendo un emoticono indicando que si que iba a ir, pero la pareja tardó un poco más en contestar.

...

Diego y Deka estaban estirados en la cama de esta, en ropa interior y Deka sin sujetador. Él estaba estirado boca arriba con una mano detrás de la cabeza y, ella tenía su cabeza apoyada en su pecho y estaba jugando con los pocos pelos que tenía él debajo del ombligo.

-Sabes... -empezó a decir Deka -a Iris le gustas de verdad...

-¿Y ahora eso a qué viene? -preguntó el chico frunciendo un poco el ceño.

En ese momento sonaron sus móviles al unísono, pero ninguno se inmutó, se quedaron como si no hubiesen sonado.

-Solo digo que... bueno... antes de que empezara a salir contigo, ella me explicaba lo mucho que le gustabas, me decía que estaba enamorada de ti desde primaria* pero que tu nunca te fijabas en ella. Entonces empezó a ligar con todos los chicos para ver si tú mostrabas algún interés por ella... -explicó Deka.

-Espera, espera, espera... -la cortó Diego al mismo tiempo que se sentaba y, por ende, obligaba a Deka a sentarse- ¿lo estoy entendiendo mal o tienes miedo de Iris? -preguntó con una sonrisita.

-No es eso... -Deka desvió la mirada hacia abajo -es solo que... bueno ella es tan... y yo soy tan... y lo que te dijo el otro día en el parque... entendería si preferirías estar con ella antes que con...

-Deka para -dijo Diego levantándole la cabeza, se puso serio -estoy contigo por alguna razón, ¿no? Ya sabía que Iris me iba detrás pero te elegí a ti, ¿verdad? Deka... te quiero, y no te cambiaría por ninguna chica, por muy buena que estuviera -la tranquilizó el chico mirando fijamente los ojos marrones de ella.

-Sabes que no me gusta que me digas que me quieres -le recordó la chica con una sonrisa.

Diego sonrió y la besó, colocando una mano en la parte de atrás de la cabeza de la chica, acariciando su pelo rizado. Deka no le había dicho nunca a nadie que lo quería, le costaba mucho pronunciar esas palabras. Por eso, siempre que Diego se lo decía se incomodaba, porque no sabía qué contestarle. El primer día que Diego se lo dijo ella le contestó con un simple gracias y tuvieron unos cuantos problemas, pero con el paso del tiempo, Diego comprendió que no era tan fácil para ella mostrar sus sentimientos con palabras y le prometió que intentaría decírselo lo menos posible. A parte, era una chica bastante insegura, y eso hacía que siempre que le dijeran que la quería no se lo creyese del todo, no podía comprender cómo le podía gustar a Diego. ¡A Diego! Que era el típico chico de las películas super ligón y atractivo, de aquellos que con solo mirarte ya te deja embarazada.

Deka cogió el móvil y leyó lo que les había enviado Uriel en voz alta, seguidamente escribió un whatsapp avisando de que tanto ella como Diego podían ir. 


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Primaria: de los 6 a los 12 años. 

La piedra de la reina CalifyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora