Capítulo 2

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Un sonido estridente que provenía de la calle hizo que Uriel se despertara de golpe, al abrir los ojos no veía absolutamente nada, se levantó de la cama y fue directo a subir la persiana de su habitación, acto seguido miró la hora en su móvil, eran las ocho de la mañana. Bajó las escaleras y justo al entrar al salón vio la cabeza de una persona familiar sobresaliendo del sofá, se fue acercando y vio como Diego estaba ahí sentado viendo la televisión con Gael.

-¿Aún estás así? -preguntó Diego con una gran sonrisa en la boca. Sus dientes eran realmente perfectos.

-Son las ocho de la mañana, la pregunta es, ¿qué haces tú aquí? -dijo Uriel un poco desconcertado.

-Hombre, tenemos que ir pronto, sino después habrá mucha gente y no tendremos sitio para ver la actuación -explicó Diego.

-Es que no se entera… -intervino Gael.

-Vale, espera quince minutos -dijo Uriel antes de subir las escaleras corriendo.

Uriel se vistió con una camiseta de manga corta de color gris con un pequeño bolsillo en el lado izquierdo del pecho de color granate, unos pantalones tejanos hasta las rodillas de color negro y unas bambas en mal estado. Cogió rápidamente su riñonera e introdujo el móvil y las llaves en el segundo bolsillo, arregló un poco la cama para que no se viera tan desordenada, se pasó la mano por la cabeza para peinarse un poco y bajó corriendo las escaleras. Diego estaba hablando con los padres de Uriel sobre cómo era su instituto porque no sabían en cual apuntarlo.

Salieron de casa y fueron en dirección contraria al día anterior. Estuvieron hablando todo el camino, Diego le explicaba que las actuaciones de su novia eran muy realistas, y Uriel hablaba sobre su vida en Glorinne. Llegaron a la entrada del parque, desde lejos ya se veía la montaña rusa. Cada uno se pagó su entrada y se pusieron unas pulseras de color azul claro para poder subir a las atracciones. La actuación de la novia de Diego empezaba a les diez y aún quedaban cuarenta minutos, así que decidieron ir a subirse a unas cuantas atracciones. Era un parque gigantesco, con mucho color y mucha gente, a Uriel le agobiaban las multitudes. Justo en la cola para entrar a la sala donde actuaba la novia de Diego, Uriel se fijó en una chica preciosa que tenía seis personas más atrás de él. Era una chica pelirroja, con el pelo muy largo recogido con una trenza, ojos verdes y el rostro lleno de pecas, se parecía mucho a su ex-novia.

-Oye, Uriel, ¿qué miras? -preguntó Diego mirando hacia donde miraba Uriel.

-¿Conoces a aquella chica? -dijo Uriel señalándola disimuladamente.

-Sí, es de mi cole, se llama Iris, es idiota -contestó Diego con un tono un poco de desprecio.

-¿Por? -Uriel no apartaba la vista de la chica.

-Porque es una narcisista egoista -explicó Diego -le cae mal a la mayoría, pero también esa mayoría se la tiraría.

Uriel no podía dejar de mirarla, le causaba un sentimiento que no podía explicar. La chica se percató de que Uriel la estaba mirando y le mando una sonrisa un poco picarona, Uriel notó cómo le ardían las mejillas. Entraron a la sala y se sentaron en la segunda fila, Uriel intentó buscar con la mirada a la chica y la vio sentada unas tres filas más atrás de donde estaba él con Diego. Las luces de la sala se apagaron y el lindo rostro de la chica desapareció. Uriel se asustó por el ruido que hicieron las luces del escenario al encenderse. Acto seguido, una lluvia de colores apareció iluminando el escenario, azul, rojo, verde… todo tipo de colores se veían en movimiento encima de la estructura. De repente, de un lateral, salio una chica de piel blanca como la nieve, pelo rubio y rizado, con el rostro pintado con unos polvos con purpurina, unas pestañas muy largas y de color azul, claramente postizas, y los labios pintados de un color cian muy llamativo. Vestía una camiseta de color azul marino de mangas pomposas, unos pantalones de color blanco, cortos y con unos bolsillos extremadamente grandes, y con unos zapatos de plataforma, muy altos y con cadenas de color verde chillón.

La piedra de la reina CalifyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora