"Paper Plane" (Prusia)

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¡Atención por favor!
Para esta historia, Alemania será pequeño y Prusia de su edad aparente normal :3 (que ya sé que no es canon pero me gusta cómo queda XD)
Bueno una vez dicho esto, comencemos!



[Narra _____]
Ese muro llevaba años ahí, de hecho desde que nací no había visto jamás aquella parte de Alemania que estaba bajo el cuidado de los soviéticos, nací tres años después de que construyeran ese muro, y siempre había soñado con cruzarlo y ver más allá de esa barrera, ya era algo normal ver a las personas resignadas a quedarse en su lado del muro, a pesar de que han pasado años desde su construcción, veintiséis para ser exactos. Recorría la ciudad como siempre, en busca de algo que fuese menos aburrido que lo monótono, pero seguía todo igual, iba a caminar regreso a casa cuando observé que un niño pequeño lloraba sentado al lado del muro, ninguna persona de acercaba a ayudarle, así que decidí hacerlo por mi cuenta.

[Narrador]
—H-Hola pequeño...¿Estás bien?— preguntaste observando cómo sus lágrimas caían por sus mejillas.

—Sí...estoy bien...— dijo entre sollozos y comenzó a limpiar sus lágrimas con uno de sus brazos. Era muy tierno, llevaba puesto un short de tirantes y una camisa blanca de cuello italiano, además de sus calcetas del mismo color que la camisa y unos zapatos algo desgastados de agujeta.

—¿Éstas perdido? ¿Dónde está tu madre?— preguntaste aún insistiendo en ayudarle.

—No tengo...mi único hermano está del otro lado.— suspiró y miró el muro con decepción.

—Ya veo...pero, ¿Cuánto tiempo llevas aquí?— dijiste asombrada y él solo tomó tu mano, sentiste su manita fría apretar la tuya.

—Unos años...Prusia siempre me manda aviones de papel...pero hoy no lo hizo...seguro esos soldados volvieron a impedirlo.— volvió a llorar tapando su rostro con su mano libre.

—¿Prusia?— tu tono dudoso hizo que el pequeño alemán soltara tu mano, a lo cual tú retomaste la situación. —Bueno...¿Entonces dónde vives?, Te debo llevar ahora mismo a casa o puede ser peligroso.— sus cabellos rubios se movieron con el viento y su manita volvió a tomar la tuya.

—Vivo en una casa abandonada, cerca de la avenida.— explicó y tú lo miraste con ternura, era obvio que el pequeño estaba solo.

—Bien... sé que esto sonará raro pero...no te puedo dejar solo, quieres venir a mi casa?— el ojiazul te miró dudoso, nadie le había ofrecido ayuda, al pensárselo por unos minutos finalmente aceptó ir contigo.

—Mi nombre es Ludwig Beilschmidt, mi hermano me dice West, cuando se enoja me llama Alemania.— dijo y se sonrojó un poco al confesar, aunque no del todo, que él era Alemania.

—Yo soy _____(t/n) _____(t/a).— Te presentaste y ambos caminaron hasta tú casa.

(......)

Después convivir por un tiempo con el chico, sabías sin duda alguna que el pequeño se trataba de la representación de Alemania y que su hermano era Prusia, diario llevabas al ojiazul a enviar aviones de papel, tú habías empezado a platicar con el joven también, sabías que se llamaba Gilbert, ambos se habían escrito en una carta que enviarían en forma de avión de papel, sobre el muro, el joven siempre te agradecía por cuidar a su hermano, y el pequeño Ludwig nunca se olvidaba de agradecertelo también.


Buen día _____:

Primero que nada ¿Cómo estás?, Espero que muy bien. Sabes, West me dijo que el viernes será su cumpleaños, hubiese querido darle un presente, pero es evidente que con la situación del muro me es imposible, por eso me tomé la molestia de añadir unos billetes a este avión, por favor sea libre de usarlos como le apetezcan. Una vez más gracias por cuidar de Ludwig.
Alles gute zum geburtstag!

Se despide Gilbert Beilschmidt.


Esa había sido la última carta que habías recibido de Gilbert, para ser sincera empezabas a sentir cosas por él, era verdad que no lo conocías en persona, nunca habías visto su cara, ni escuchado su voz, pero aquellas cartas cada día los unían más, era como si ambos tuviesen un vínculo. Pasaban los días, semanas y meses, pasó un año y luego dos.
Finalmente un día se escuchó por la radio aquella gran noticia.

—Nos reportan una noticia de última hora...¡El muro que dividía nuestra nación, ha sido derribado!— el pequeño Ludwig corrió a tus brazos y te abrazó fuertemente, tú lo hiciste igual, sin decir palabra alguna, tomaste las llaves y ambos salieron corriendo hacía el lugar.

—¡Voy a ver a mi hermano! ¿Verdad ____?— preguntaba emocionado el rubio mientras lo alzabas en brazos para que no se perdiera entre la gente, pasaban los minutos y el chico no aparecía, ambos lo buscaban desesperados, hasta que el pequeño gritó. —¡¡¡Un avión de papel!!!— corriste con el pequeño en brazos, y divisaste a un joven albino recargado en un árbol. —¡Es Gilbert! ¡Es mi hermano!— gritó eufórico el alemán y saltó de tus manos para correr a las del albino.

—!West!— lo alzó el chico, mirabas desde lejos como el albino reprimía algunas lágrimas, mientras el pequeño lloraba de emoción abrazando a su hermano. —Has crecido mucho... mírate...eres un chico fuerte!— le decía el mayor sin dejar de sonreír.

—Te extrañé...nunca te vayas de nuevo...— oíste decir del menor, el cual se separó un poco y comenzó a buscarte con la mirada, cuando te encontró sonrió y volvió su mirada con su hermano. —Gilbert...quiero que conozcas a ____.— el mayor volteó y al ver tu seña de mano saludando sonrió tiernamente. Bajó al pequeño y tomándolo de la mano caminó hasta ti.

—Finalmente nos vemos en persona, señorita ____.— sonrió el mayor y estrechó tu mano.

—Gilbert...— sonreíste y, como si conocieras al chico desde años, tus lágrimas comenzaron a brotar.

—No llore, por favor. Es usted mucho más hermosa cuando sonríe.— soltó tú mano y comenzó a limpiar tus lágrimas.

—Lo siento yo...— intentando tranquilizarte abrazaste al albino. —Siento como si fuésemos familia, sabe?— el mayor te separó lentamente y volvió a limpiar aquellas lágrimas que bajaban por tus mejillas. —debe creer que estoy loca...— sonreíste aún con los ojos rebosados en lágrimas.

—No...de hecho...— suspiró y te tomó de la cintura con su mano libre. —No venía preparado para esto pero...no puedo retenerlo más...— volvió a hacer una pausa y se acercó aún más a ti. —De alguna forma...me enamoré de usted.— confesó a lo que te sonrojaste.

—Yo también me enamoré.— se miraron y después de dudarlo unos segundos, finalmente estamparon sus labios en un cálido beso. El pequeño ojiazul solo tapaba sus ojos con su mano.

—No era necesario que se besaran.— comentó el menor y ambos se separaron de aquel beso, riendo ligeramente por el comentario del pequeño.

—Algún día lo entenderás, West...— sonrió Gilbert y te tomó de la mano. —Pero ahora ¡Vamos a celebrar esto! Ya nada nos va a separar...— ambos tomaron de una mano a Ludwig y comenzaron a caminar por la ciudad, no solo estabas feliz por poder conocer a tu amor y que además te correspondiera, si no porque ese pequeño que habías cuidado ahora se había reencontrado con su hermano.

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:'D gracias por leer! ^^

Realmente quise hacer este ahora así por qué Alemania pequeño me da mucha ternura >u<
Espero les haya gustado! :3

Nos leemos pronto! UwU

By: Miyu :D

&quot;Mochilera Por El Mundo&quot; [Hetalia x Reader] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora