Mi amiga se encontraba siempre en hospitales psiquiátricos, geriátricos, hospitales de escasos recursos en pueblos, en lugares en donde la vida pudiese acabar. Mi amiga, una de tantas amistades que he hecho a lo largo de mis vueltas al sol, es prácticamente la muerte materializada. Es invisible para todos aquellos cuya vida continua, y visible para los que están cerca del final o que alguna vez lo estuvieron. Mi vieja amiga desplegó una vez sus alas negras cuando mi corta vida quedaría así, corta. Pero en vez de matarme, me hizo una guerrera. Un ángel negro, eso es mi amiga. Esta vez, por la fecha, sabía que estaría en el cementerio en donde enterré una de mis hijas, esa a la cual tuvo que desplegarle sus alas.
—Mi vieja amiga. — dije a manera de saludo. Ella era una mujer algo vieja. Siempre traía un tocado que le cubría con una malla sus ojos. Los labios eternamente rojos, un bastón de ébano, tacones ligeramente altos, manos cubiertas por guantes de tul y un traje negro de dos piezas. Tenía el aspecto de una viuda, siempre de luto.
—Todos los años vengo aquí, amiga. Desde ese día, todos los años. Y ninguno de ellos tú has estado. Pareces no tener respeto a los muertos, a tus muertos.
—...pues sus cuerpos serán los cimientos donde se construirá el nuevo mundo. Si regresara a rendir tributo a mis muertos no lograría nada de lo que me propongo, pasaría el resto de mis días en eso. Quien se devuelve a sus errores no procura enmendarlos jamás.
—Lo has hecho muy bien hasta ahora, amiga. Rompiendo todas las reglas, apartándote de tu dios para lograr unirte a él de una vez y para siempre.
—Mis enemigos se han amontonado en las costas de mi isla y yo sola no puedo derrotarlos. Tú me diste la profecía para iniciar el Ascenso. Necesito de tu ayuda.
—No sé cómo pagarás el milagro que te pido por mis servicios, si en tu isla se suscitará uno que acabará con tu Ascenso.
—Para eso estoy aquí, para que elimines ese hijo que se está gestando en Lorena.
—Ese hijo morirá bajo la alianza entre Rose y tú. Pero hablo de los ángeles gemelos que se unirán en Poveglia para acabar con tu Ascenso. Paulette y Mazzimo son.
—Esa es buena información. Ahora necesito saber qué pinta Rose en mi Ascenso.
—No será solo tu Ascenso, amiga. Pero eso que estás pensando de eliminarla es imposible, es parte clave no solo de tu Ascenso sino de la guerra que se avecina, de todas las guerras. Los animales son más útiles y letales cuando son domados.
—Si me dices eso es porque sabes cómo hacerlo.
—Solo con que sepas un secreto podrás hacerlo. Pero con saberlo, con tu actuación, pones en peligro todo entre las dos. Pero no importa si dejo de existir, he vivido por mucho tiempo llevándole la muerte a la gente, trabajando por un dios ingrato. Te ayudaré, vieja amiga.
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La Danza de las Hermanas I : Santuario de Brujas
FantasíaDesde que fue fundada en tiempos donde la tierra era de quien la reclamara, la isla de Poveglia siempre albergó en su superficie terrores inimaginables. Sin embargo, ni siquiera los habitantes que quedaron atados en ella en un espiral mortal se imag...