7.- Y tú, ¿aceptaste ser su pareja?
Un día de abril del año 2016, me dirigía a mi departamento, justo iba en la calle, pasando sobre el estacionamiento de una tienda departamental, al lado de una compañera, íbamos riendo a carcajadas y algo nerviosas, más yo, pues del otro lado de la acera caminaba a la par un chico que desde hacía minutos antes estaba siguiéndome, (el chavo no era un desconocido, era un pretendiente mío) entonces mi compañera se burlaba de mí por encontrarme en esa situación; después de no más de cinco minutos de camino, se acercó un joven que al parecer era amigo de mi compañera (él ya se había percatado de la situación) al darse cuenta de que era su amiga decidió encontrarla y ese fue el momento en el que mi compañera nos presentó, fue un apretón de manos y un cordial ''mucho gusto'' lo que inició la historia de amor más importante de mi vida.
Pasaron más de seis meses cuando volví a verlo, (quiero aclararte querido lector que no fue un amor a primera vista) fue en una reunión a la que mi compañera debía asistir y me invitó a acompañarla para posteriormente salir juntas quizá al cine o a cenar; fue en ese momento cuando él se dirigió a mí, y me comentó que debía asistir al grupo de jóvenes que, dentro de una iglesia cristiana él lideraba y en el que mi compañera le apoyaba, yo recuerdo que me encontraba ausente en ese momento sólo checaba mis redes sociales y sólo quería cenar o ir al cine.
Llegó el momento en el que decidí apoyar a mi compañera en sus actividades dentro del grupo de jóvenes que mencioné en el párrafo que antecede, acudí a varias reuniones, les aclaro que en ninguna estuvo presente el líder; pasaron escasos dos meses cuando dejé de ir al grupo ya que mi compañera tenía otras actividades y yo decidí no seguir yendo sola.
Fue un 01 de febrero de 2017, a las 5:29pm cuando recibí un mensaje a mi red social de Facebook, y resultó ser del amigo de mi compañera, si, el líder de jóvenes de la iglesia cristiana quien me saludó de la siguiente manera:
-Hola, cómo estás J ¿ya no piensas nunca más en la vida regresar al grupo de jóvenes, verdad?-.
Querido lector, ese fue el primer mensaje de miles que formarían parte de nuestra historia, te comparto que después de ese mensaje existieron citas, convivios, buenos momentos, muchos detalles, un mutuo estudio de personalidad, creencias, gustos y gran cantidad de aprendizajes, anécdotas, y risas compartidas; estar con él resultaba tan agradable, fue algo totalmente nuevo, muy romántico y especial lo que comenzó a nacer entre los dos.
Así pasaron los meses, era como si nos conociéramos de años atrás, teníamos la firme convicción de que Dios era el que tenía todo planeado para nuestras vidas, de que existía y sigue existiendo un propósito para la unión que estaba a punto de darse. Nos hicimos novios y era muy placentero el tiempo compartido, de mutuo aprendizaje y de gran ayuda el uno para el otro; se sentía como si uno fuera el complemento del otro.
Hubo momentos que fortalecieron la relación, no me dejarás mentir querido lector que, muchas veces las relaciones son entorpecidas por terceros, en nuestro caso, todo mal que nos quisieron ocasionar nos sirvió para darnos cuenta de lo unidos que estábamos y del gran amor que Dios ya había depositado en cada uno de nosotros. La relación maduró muy rápido, realmente todo fue muy espontáneo y hermoso; ya hablábamos de querer compartir nuestras vidas, unirnos en matrimonio, te cuento que en mi caso, tenemos a Dios como el centro, él es nuestro dador de fuerza, amor, comprensión, tolerancia, respeto... y de todo lo que como pareja necesitamos en nuestro día a día. Querido lector, independientemente de que sea el centro en tu relación, nunca permitas que el amor, el respeto y la confianza falten en ella.
Hace algunos meses, para ser exacta un miércoles 02 de mayo de 2018, un día común, ombligo de semana, tenía el plan de conocer a compañeros de mi ahora esposo, consistía en cenar en un restaurante y la situación se dio de la siguiente manera: salí de la oficina donde trabajo y me dirigí a mi departamento, tenía una hora para alistarme, mi esposo (en ese momento mi novio) me dijo que debía vestir muy bonita porque sus amigos eran ''fresones'', sinceramente me vestí muy casual y decidí recoger todo mi cabello, faltando poco llega mi novio al departamento y me pide que mejor suelte mi cabello, que le encanta verlo suelto; (les adelanto que en pláticas pasadas le mencioné que al momento de que él me pidiera matrimonio mi cabello debería de estar peinado en ondas y mis uñas bien pintadas); pasó el tiempo y yo seguía peinando mi cabello y mientras mi novio se encontraba en el baño sonó su celular, le pregunté que si le respondía la llamada y me contestó que sí, y esta conversación se dio al momento de contestar:
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¡Tengo pareja! ¿Y ahora qué?
RomanceNadie nos prepara para tener pareja, no hay una escuela pública o privada donde sus materias sean: "como leer el pensamiento de tu novia en 2 sencillos pasos" "como elegir qué quieres comer y en donde, sin que tu novio se moleste" o mi favorita "tu...