Lonely Girl

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(T/N) Era una chica normal. Con la excepción de que de que tenía el corazón roto, no por amor, si no por soledad. Un día, luego de una jornada de trabajo normal, llegó a su departamento donde tenía 3 años viviendo. Ella vivía sola, junto a su pequeña mascota llamada Amatista.

Otra noche de verano sola. Sin amistades, sin tu familia... No eras muy buena socializando, eso explica porqué tu trabajo solamente consiste en ser una costurera de una tienda de vestidos, ni si quiera atendías a los clientes. Te pagaban tu sueldo más comisión, así que no podías quejarte.
A parte ya estabas acostumbrada a hablar únicamente con tu patrona, la cual te veía como a una hija.

En cuanto a tu familia... No sabías ni quienes eran. Creciste sola en un orfanato, lleno de otros niños y niñas como tú, sin familia. Aunque en muchos casos, ellos si tenían una mamá o un papá, o tal vez ambos. Pero, o estaban en la cárcel, o habían perdido la custodia de sus hijos. En realidad muchos casos de niños de ese lugar eran completamente aterradores y tristes, menos mal tu problema más grande fue no conocer tus raíces.

Desafortunadamente, no era muy común que parejas sin hijos quisieran adoptar, y cuando querían, preferían adoptar bebés recién nacidos o nenes meses. 

Tenías la esperanza de ser adoptada, pero desafortunadamente, nunca pasó. Solo quedó resignarse para cumplir la mayoría de edad y ser una persona independiente.

Tras una vida vacía y sola, a veces sentías que perdías la cabeza.

Así que decidiste refugiarte en el alcohol.

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Luego de un rato, estabas en tu cuarto tomando una enorme botella de Wodka. Había un silencio melancólico que rodeaba toda la habitación.

En ese mismo momento, un hombre de, estatura alta, ojos carmesí, cabello café recojido en 6 coletas y con ropa alcochonada, estaba utilizando su stand para viajar de espejo a espejo, con la esperanza de encontrar algo interesante ya que estaba aburrido.

Debido a que dentro del mundo de los espejos no hay nadie, a menos que él lo lleve, había un absoluto silencio. Pero a lo lejos escuchó un llanto desconsolado.

¿Porqué podía escucharlo si se supone que no puede escuchar nada del mundo real a menos que se acerque a dicho espejo?

Tal vez no había respuesta lógica, pero al notar que el ruido incrementaba, pensó;

«¡No puede ser, el llanto se volvió más  intenso! Iré a ver qué pasó. Tal vez sea una chica que necesite ayuda.»

En cuestión de segundos el ruido del llanto lo llevó al cuarto de un departamento, precisamente a la habitación #230. Se acercó al espejo de tu cuarto y te vió llorando desesperadamente.

—Oye, ¿Estás bien? — Preguntó.

En eso, el hombre salió del espejo al ver que no respondías. Notó la botella de Wodka y el aliento a alcohol de tu boca.

—Debes estar ebria. Seguramente por eso estás llorando—

—¡Tú! — Exclamaste.

—Sí te preguntarás que hago aquí. No te haré daño—

—¡¿Cómo puedes estar aquí sin tener ganas de vomitar, si estoy hecha un asco?! — 

—No digas eso... Eres muy bonita como para definirte con palabras tan feas. Ven, puedes llorar en mis brazos—

El alcohol hizo que perdieras la lucidez, así que todo parecía un sueño.

Solamente te acercaste a él porque te inspiró confianza. ¿Cómo? Fue porque olvidaste que eres desconfiada gracias al alcohol.

Illuso x Lectora - El Reflejo de tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora