Lo siento, fue mi culpa

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—¿Qué le pasó a Ghiaccio, Marisa? ¡Dime!

—Tranquilo, eso lo vamos a ver un poco antes de volver al enfoque de la protagonista, ja, ja.

—Solo espero no lo hayan matado... el es mi mejor amigo, me ha ayudado bastante, más aún porque soy tímido con otros chicos.

—Descuida, estará bien.

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—¡¿E-era necesaria esta estúpida lencería de gato?!— Exclamó el chico de hielo.

—Te vez tan atractivo con ella... ¡Oye, Ronaldo, espero estés grabando todo!

¡Sim, senhor! (Sí, señor)

—¡Buen chico! Bien, ahora con lo que te inyecté, será menos probable que lo muerdas, así que...

Cioccolata introdujo su miembro en la boca de Ghiaccio. El chico seguía molesto, pero con el viagra, no pudo evitar contener ese impuro instinto que le incitó a comenzar a chupar. 

Mientras tanto, con la Squadra. Melone no quería regresar a casa hasta saber sobre su compañero, aún seguía preocupado. No dejaba de pensar que tal vez Ciliegia lo había capturado o bien, haber mandado a capturarlo para ser torturado. Simplemente no lo soportaría. 

En la cima de un edificio, llegaste mucho más rápido que Illuso. Así que te dio tiempo de poder contemplar la vista desde la azotea de este. 

''Realmente pienso que Ciliegia debió quedarse con Illuso... solo llegué y arruiné las cosas. Ahora ella está muerta, Illuso está herido, sus compañeros están desesperados por la pérdida de uno de los suyos, otro casi muere''. 

Solo quiero brincar de este lugar y desaparecer. Quiero morir. Illuso estará mejor sin mí... por favor, perdóname, pero es por el bien de todos, necesito hacerlo...''

Saltaste del edificio y comenzaste a caer rápidamente. El viento levantó tu ropa y tu cabello, la gente no paraba de gritar. 

Tu mente dejó de imaginar el evento y volviste a mirar hacia abajo. 

'' Dios mío, no lo entiendo. Pero... si quieres que viva, demuéstrame que hay un motivo para hacerlo, solo uno. Es todo lo que necesito para volver a encender la llama que me da vida. Sólo busco uno...

...solo un motivo.'' Pensaste para ti. 

Después de eso, se escucharon pasos corriendo. Un hombre salió de la puerta para entrar a la azotea. Era él.

—Illuso...— Tus ojos inmediatamente se llenaron de lágrimas. 

El hombre del espejo se acercó a darte un abrazo y a alejarte de la orilla.

—¡¿Qué pensabas hacer?! ¡Te necesito en mi vida! ¡Te necesito porque te amo!

—¡Illuso, perdóname...!

Comenzaste a llorar.

—No tengo nada que perdonarte. Perdóname a mi, yo te metí en un lío. 

—No, no es verdad... desde que te conocí, me comencé a sentir mejor. El saber que alguien quería cuidar de mi... yo...— Dijiste con una voz entrecor.tada.

—No llores, amore. ¿Sabes? Hazlo, llora todo lo que necesites, no soportaría saber que estás mal.

—Pero... ¡Lloro todo el tiempo!

El hombre de coletas comenzó a acariciar tu cabello para decir; —Todo va a estar bien, llegará el día en el que vas a sonreír en vez de llorar. Nos iremos lejos de aquí.

Illuso x Lectora - El Reflejo de tu AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora