Segunda P a r t e

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Capítulo 14

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2 meses después

El juicio en contra de Francesco tardó unos meses, pero no fue demasiado difícil meter a esa bestia tras las rejas. Aunque, por desgracia, debido a tanto estrés y ajetreo varias cosas en mi familia cambiaron.

La pequeña Elizabeth comenzó a ir al psicólogo hace un mes, tras el impacto que le provocó ver cómo mi padre golpeaba a mi madre y a mi muchas ideas se plantaron en su mente, comenzó a tener miedo de salir y de la mayoría de los hombres a excepción de mí... Y a su corta edad eso es un tema complejo.

Mi madre se movía de aquí para allá entre audiencias y juicios, pero lo bueno fue que al tener tantas pruebas en contra de mi padre, no fue tan tardío como los jueces y todos nosotros esperábamos.

Yo por mi parte, encontré en los cigarrillos un escape a mi ansiedad luego de todo lo vivido, el estrés provocado tras volver después de un mes a la universidad y ser bombardeado con todas esas pruebas y trabajos. No estaba entre mis planes atrasarme con los exámenes y faltar a clases, pero tuve que hacerlo, no podía dejar sola a mi madre con toda la carga que suponía un juicio y una hija menor.

Lo que más agradecía de toda esta situación, era tener a Dominik conmigo. Luego de haberle dicho que si a su petición, obviamente nos volvimos más cercanos, y todo mejoró entre nosotros con el avance de los días. Comenzó a ayudarme con la universidad pasándome los trabajos y las tareas.

Me sorprendió lo mucho que puede cambiar alguien cuando se enamora.

Mi madre era feliz al verme feliz con Dominik y desde el primer día lo aceptó dentro de mi casa.

Contarles a mis amigas no fue tan difícil después de todo. Abby estaba feliz por mi, se lo conté cuando apenas llevaba una semana con Dominik... Recuerdo que me dijo que lo había logrado, que tenía al chico más rudo y popular comiendo de la palma de mi mano, locamente enamorado de mí...

Pero si lo miro fríamente, yo he estado todo este tiempo igual con él, aun cuando el Dios Griego no pensaba en mí de esa manera... Yo ya esperaba a que me mirase con otros ojos, con esos ojos que dicen te quiero de verdad.

Esperaba a que Dominik sintiese lo mismo que yo, y que comprendiera el latido desbocado de mi corazón cuando lo veía pasar frente a mí.

La única persona con quién la cosa realmente costó fue con Wendy... Tardé mucho en hacerle entender que era feliz con mi Dios Griego... Y creo que hasta ahora aún no lo acepta. Pero llegará el día en que lo hará.

Observaba un montón de ropa que había sobre mi cama, buscando que ponerme. Cuando las cosas entre Dominik y yo se arreglaron en vías de nuestra actual relación, me aleje por completo de la ropa oscura y volví a usar mi ropa de colores tiernos. Hace algunos meses mi cabello volvió a estar tan blanco como siempre.

Tomé mi bolso y revisé si tenía todo lo necesario para salir, las llaves, la licencia, mis documentos y mi infaltable cajetilla.

Bajé las escaleras mirando mi móvil y me dirigí a la sala de estar para despedirme de mi mamá.

- Adiós mamá...

- Daniel, espera- me dice poniéndose de pie, su voz suena a que esta enojada.

- ¿qué ocurre? -preguntó guardando el móvil y mirándola sonriente. Pero su cara de pocos amigos me hace sospechar que algo realmente no anda bien- ¿qué?

- ¿Por qué no me lo dijiste?

- ¿Qué cosa?...

- ¿Por qué no me dijiste que Dominik era quien te golpeaba?

La respiración se me cortó, eso fue lo que nunca me atreví a contarle, porque jamás hubiese aceptado que yo estuviese con él.

- Mamá... No entiendo...

- ¡No te hagas el tonto Daniel!- me grita- ¿Qué es esto?

Me pone la pantalla de su móvil frente a la cara, y vi ese video perdido en Internet desde hace tanto tiempo, la grabación que hicieron de Dominik golpeándome.

- Por Dios Daniel... ¡Soy tu madre, tenía derecho a saberlo!

- ¿Cómo querías que te lo dijera mamá?- susurré nervioso

- ¡No quiero volver a verlo aquí!- gritó poniendo el móvil sobre la mesa con un ruido fuerte.

- Mamá... Tu no entiendes- susurré ya a punto de llorar

- No Daniel, ¡tú no entiendes que él no te hace bien!

- ¡Por favor Emilia, no me digas a mí que no entiendo, tú pasaste 17 años de tu vida con alguien que no te hacía bien!- Grité enojado- ¡Dominik ha cambiado, tu misma has visto cómo es ahora, así que déjame ver quien te ha mandado ese estúpido vídeo!

Tomé el móvil y abrí el correo, saqué mi Móvil y le tomé una foto a la dirección de mail que le envío el vídeo a ella.

Volví a dejar el móvil en la mesa.
- si quieres que te demuestre que Dominik ha cambiado lo haré, incluso puedo hacer que él hable contigo... Pero no me vas a prohibir verlo.

★ ★ ★


No estaba de ánimos de ir a la Universidad así que me encerré en mi cuarto el resto del día, mientras me dedicaba a hablar con Dominik por las redes sociales.

- ¿Mañana puedes venir a mi casa?- le pregunté cuando me llamó al salir de la Universidad.

- Planeaba pasar a verte ahora, pero...- dijo sin concluir lo que diría

- No creo que sea la mejor idea venir hoy, déjame hablar con mi madre, además necesito averiguar quién le envió el video, llamé a Abby para que me ayude...- dije tranquilo, escuché cómo encendía el motor de su moto- maneja con cuidado, y llámame cuando llegues, te quiero...

- Yo también te quiero, Ángel... Te hablo al rato.

Y colgó.

Esperé unos minutos hasta que Abby llegó, bajé a abrirle la puerta mientras mi madre cocinaba, no habíamos intercambiado palabras en toda la tarde, pero quería arreglar eso pronto.

- Hola cariño- dijo abrazándome

- Hola amiga- dije yo respondiendo a su abrazo.

- Buenos tardes señora Emilia- se acercó a mi madre y la saludo de un beso en la mejilla.

- Hola querida- dijo ella sonriente

»Sabes disimular Emilia«

- Estaré arriba con Abby, mamá- dije, ella asintió sin siquiera dirigirme la mirada.

- ¿quieres que les lleve algo de comer?

- No, gracias.

Llevábamos cerca de media hora frente a la computadora, sin saber muy bien qué hacer.

- Muéstrame otra vez el correo- dijo ella de pronto, sacándome de mis pensamientos.

Tomé el móvil y busque la foto para mostrársela.
- juraría haber visto ese correo antes...- Pasó una mano por su cabello, comenzando a estresarse. Al cabo de unos segundos se acercó al ordenador y entro a su correo electrónico.- ¿Ves? Es este...

Abrió el mensaje que tenía de aquella persona y al ver de quién se trataba sentí que se me helaba la sangre... Y luego de procesarlo no pude sentir más que rabia...
- Wendy...

Cheonsa  ||  천사 [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora