Capítulo 10

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Capítulo 10

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Luego de limitar mi fin de semana a pensar, recluido en mi alcoba, sin contestar los mensajes a casi nadie y dejando solamente a mi madre entrar a mi habitación— Y a mis amigas, que invaden mi espacio— Decidí que lo mejor que podía hacer era ir a hablar con Dominik, aclarar todo en pro de mi paz mental.

Hable con mis amigas acerca de mi decisión en nuestro grupo privado y, como no tengo ni la menor idea de donde vive Dominik, decidimos preguntar por el grupo de whatsapp al cual hacía días no entraba.


Bestia Jones🐱: K dcen de la fiesta de los de 3ro?
Naly Ali: Dios Besta, escribe Bien... ¿también te invitaron?
Mika'sa: Invitaron a todos los de música, Genius
Wendy😙: Hey, chicos, estamos todos los de primer año aquí?
Araos: Faltan Williams, Blacked y Morgan.
Abby😍⛤: ¿Alguien tiene la dirección de Blacked?
Feña : ¿y para qué la quieres?
Abby😍⛤: ¿Qué te importa?
Araos: uh, ¡Pleito, pleito, pleito!


Entonces me atreví a hablar


D. MCcain: ¡Venga! ¿Alguien la tiene?
Araos: Yo
Abby😍⛤: pues... ¡Manda!
Araos: Nah
Wendy😙: ¿Por qué no?
Araos: Porque Dominik me matará si le doy su dirección a alguien...
Feña: ¿Para qué quieren su jodida dirección?
Wendy😙: Necesitamos hablar con él, Fernando...
Abby 😍⛤: ¿Qué tanto preguntas?
Feña: porque yo la tengo, ¡idiota! 😑

Nos costó un poco lograr que Fernando soltara la dirección de mi Dios Griego, pero cuando lo hizo, prácticamente me puse a saltar sobre mi cama. Abby me dijo por privado que era ahora o nunca, que si no iba en ese preciso momento terminaría por arrepentirme y tirar mi oportunidad por la borda.

Así que me di una ducha rápida, me vestí, salí corriendo de casa y me subí a mi carro. Muerto de nervios, emprendí camino a la casa de Dominik.

Una hora más tarde


Me costó bastante, pero al cabo de unos minutos al fin logre llegar. Realmente no es fácil transitar en el centro de la ciudad a estas horas...
Subí al quinto piso por las escaleras, a paso tranquilo, quizás inseguro. Luego busqué el departamento 526.

Al llegar frente a la puerta, suspire, inseguro de tocar. Extendí la mano para llamar pero en eso escuché su voz tras de mí a mi espalda.
¿Daniel? — Dijo en voz baja, relajada, enseguida me di la vuelta para mirarle— ¿Qué haces aquí?

Traía puesta una polera cortada en mangas y cuello, con el logo de Batman al centro. Un pantalón negro ajustado y botas militares. Su estilo rockero me encanta... Y yo tan de blanco y celeste.
Hola, Dominik—dije casi en un susurro. De milagro las palabras me salieron de la garganta. Él se veía nervioso.

Paso por mi lado, observando sus llaves, Abrió la puerta del departamento y me hizo pasar.

Un ligero olor a perfume de hombre se impregnó en mi nariz apenas crucé el margen de la puerta.
Cuadros bastante grandes de estrellas de Rock y algunas bandas colgaban de las paredes. Estaba desordenado, pero era acogedor.
Venga, siéntate— camino hacia la cocina y me señaló la mesa de tragos, caminé tras él y me senté en un banquillo que había frente a la misma— Dime ¿para qué soy bueno?

Somos amigos... ¿Verdad?— pregunto viendo mis manos.

Claro, lo somos— sonrió y se acercó al refrigerador para sacar unas sodas.

Pues quiero contarte algo...

Se sentó frente a mí en la mesa, me tendió una lata y me miró mientras abría la suya.
Te escucho...

Recibí una carta hace un tiempo— dije sonriente por el recuerdo de esas lindas palabras.

¿si?, ¿alguna admiradora?

Es un chico...

oh, ¿sabes quién ha sido?, ¿alguna firma?

una firma simple, no la entendí en un principio, decía "D.D.R"— alce mi mirada hacia el, con una ceja alzada, abrió los ojos como platos— te descubrí, Dios del Ring...

Se mantuvo un momento en silencio, el rubor le subió hasta las mejillas. Dominik es tan blanco que podría jurar que parece un tómate, un muy lindo y tierno tomate.
— Mierda...— dijo rascando su nuca— Daniel yo...

Me puse de pie y me acerqué a él. Alzó su mirada hacia mi y de inmediato se levantó también.
— No digas nada— le susurré, recorriendo su rostro con mis manos. Entrelace mis dedos con el cabello mínimamente largo de su nuca y, dándome impulso con la punta de mis pies, junte nuestros labios. Se me cortó la respiración y se me aceleró el corazón. Tenía los ojos cerrados, pero parecía ver estrellas.

Sentí como su mano izquierda apretaba ligeramente mi cuello mientras la derecha bajaba hasta mi cadera, la distancia entre nosotros se hizo nula en cuestión de segundos.

La situación no tardó demasiado en avanzar, al instante dimos paso a nuestras lenguas. La distancia inexistente entre nuestros cuerpos me hacía sentir calor.

Dominik soltó un gruñido sobre mis labios y de un momento a otro bajó los suyos hasta mi cuello, comenzando a repartir besos y mordidas suaves por el mismo.

Mi respiración comenzó a acelerarse rápidamente. Su cálido aliento rozando mi piel me hacía soltar gemidos.

Sus labios volvieron a los míos en busca de más. Mis brazos rodearon su cuello y en un susurro entrecortado dijo que me sujetara fuerte.

Se agachó un poco, tomó mis piernas para ponerlas alrededor de su cadera y me sostuvo con sus manos en mi trasero.

Caminó sin dificultades mientras me besaba y me aprisiono entre su cuerpo y la pared.

Sentía entre mis piernas como su miembro se ponía duro. Continuó besándome mientras yo acariciaba su nuca y saboreaba sus labios. — Quiero... Quiero hacerte mío, Ángel— dijo con la voz entrecortada, yo sentí una corriente eléctrica recorriendo mi espina dorsal, definitivamente es el mejor día de mi vida.

Cheonsa  ||  천사 [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora