Cheonsa || 천사 [EN EDICIÓN]

Ｃａｐíｔｕｌｏ １９

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Capítulo 19

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— ¿Acaso crees que fue fácil para mí ver cómo aporreabas a golpes a mi hijo? ¡No lo fue, Dominik! — Gritó mi madre al borde de las lágrimas tras algunos minutos hablando. Cerré los ojos con fuerza en el momento en que mi madre golpeó la mesa con sus manos. — ¡Te dejé entrar a mi casa como si nada pasara! ¿Por qué? ¡Por qué mi hijo no fue capaz de decirme que el chico de quien se había enamorado antes había sido quien lo dejó inconsciente a base de golpes!

Se me llenaron los ojos de lágrimas al verla a ella llorar, también por recordar aquel tiempo en el cual las cosas entre Dominik y yo eran así..., Cuando nuestras únicas interacciones eran los golpes que él deba y yo recibía.

— No justifico mi actuar, Emilia, sé que fui un idiota con Daniel... Y también sé que es imposible que tú me perdones por eso— dijo él, su expresión facial era una mezcla de nerviosismo y seriedad, aunque aun así, muy en el fondo, pude percibir esa dosis de tranquilidad tan propia de él.— Pero he cambiado, y lo digo enserio, tu hijo me ha hecho cambiar... Me costó mucho aceptar que había comenzado a sentir cosas por él, nunca había pensado en la posibilidad de que alguien de mí mismo sexo fuera a gustarme, o más aún, me fuera a enamorar... Pero es algo que pasó y ya... Dejé a la chica tóxica con la que estaba, tras molestarme con ella por haber grabado y subido a Internet el dichoso video que grabó sin que yo se lo pidiera— suspiró— Y luego de darme mi tiempo para pensar me di cuenta de que no eran simples ideas mías... Realmente estaba sintiendo algo por este chico, y cuando nos hicimos amigos comencé a enviarle cartas, mientras otras simplemente las guardé o las boté, pero ahora que estoy con Daniel sé que estaría dispuesto a tantas cosas por él...

Dominik se puso de pie, y puso su silla frente a la de mi madre— bajo mi mirada atenta y atónita— la tomó de las manos y la miró a los ojos.

— Emilia... Lo di todo por estar con Daniel, perdí a muchos de mis supuestos amigos, las personas que creía que lo entenderían me dieron la espalda... Me he agarrado a palizas con media universidad para que no hablen mal de nosotros, para que no hablen mal de él... Me han bombardeado con mensajes ofensivos, pero no me importa— sonrió, y pude ver como aquella sonrisa se volvía una mueca y se le inundaban una vez más los ojos de lágrimas— No me importa en absoluto luchar contra todo eso, mientras esté a su lado... Porque estoy jodidamente enamorado de Daniel...

Esta vez a quien se le llenaron los ojos de lágrimas fue a mí, sentí que la respiración se me cortaba mientras él decía esas palabras, y lo siguiente fue un mar de lágrimas cayendo sin parar volviendo inútiles mis esfuerzos por reprimirlas.

— Lo único que quiero es que mi hijo no vuelva a sufrir, Dominik...— dijo mi madre, con la voz más blanda, más comprensiva y más emocionada— Él sabe que la sociedad aún no es capaz de saber que lo que ustedes sienten es amor también... Pero más allá de eso, Daniel sufrió mucho de pequeño, ¿Sabes?... Aún así, siempre se guardó todo... No sé por qué no me contaba las cosas que ocurrían en la escuela.

》Lo veía llegar con moratones en la cara y siempre me decía que se había caído en bicicleta, yo sabía que otros niños querían hacerle la vida imposible porque mi pequeño era diferente, al menos para ellos... Tenía que conformarme con escucharle llorar por las noches porque, sin importar cuanto esfuerzo hiciese, él no me decía ni pío— Las lágrimas salieron a montón de los ojos de mi madre, mientras yo lloraba aún más, en completo silencio, sin siquiera poder dirigirles la mirada. Sin poder evitar que toda clase de recuerdos abordaran mi mente. — Sufrió muchísimo cuando se enamoró por primera vez, jugaron con él y le gastaron una pésima broma. Realmente no le deseo a nadie que vea a su hijo en lo más profundo del pozo mientras los demás lo tiran aún más abajo y le impiden salir, mientras uno está ahí sin poder hacer nada... Solo quiero que Daniel sea feliz, que sonría sin importar qué tan mal lo mire el resto, quiero que lo cuides, Dominik...

Dominik abrazó a mi madre con fuerza en un acto rápido.

— Lo haré... Emilia, te prometo que lo haré— dijo, cerrando los ojos con fuerza— Gracias por esto, por escucharme y por darme la oportunidad de poder hacer a Daniel feliz... No sabes lo que eso significa para mí, te juro que no lo sabes.