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Capítulo 5
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— No puedo creer que lo hayas perdonado— susurró Abby en mi oído, cruzándose de brazos y mirándome enojada.— Ni yo— señaló Wendy, mientras los tres observábamos a Dominik entrando en el aula y dirigiéndose a su mesa— Y sobre todo se digna a mirarte...
Alcé mi mirada hasta dar con la de él, susurró un pequeño gracias que, si bien no escuché, descifré gracias a su movimiento de labios. Me limité a asentir como respuesta.
Realmente aun no puedo creer el vuelco que han dado las cosas.
Me giré nuevamente a mirar a mis amigas y seguimos con nuestra charla.
— ¿Qué puedo decirles, chicas?... Sinceramente me ha dado un poquito de Lástima —dije encogiéndome de hombros, sin tono de broma, haciendo un puchero.Volví a mirar a mi Dios Griego, se veía algo melancólico y cabreado, no miraba al frente, más bien mantenía su vista pegada al móvil mientras avanzaba rápido viendo quizá qué cosas. Abby puso su mano sobre mi hombro, debió de darse cuenta que mi mirada llevaba un buen rato fija en Dominik.
— Sé por qué está así, cariño... Durante la mañana, cuando llegué, lo vi hablando con la zorra Morgan…, parece que lo ha mandado a freír monos— sonrió mínimamente, instantáneamente una sonrisa se dibujó en mi rostro también, ella frunce el entrecejo— Mi amor, no te hagas ilusiones...— No me las haré, tranquila— dije guiñándole un ojo.
— Oh, ¡chicos, chicos!— Nos susurró Wendy a ambos, agitando su mano frente a nuestros rostros— Casi lo olvidaba, celebraré mi cumpleaños el sábado por la noche, ya saben lo usual en las fiestas... Mis padres estarán fuera de la ciudad por algunos días y quería aprovechar la oportunidad. ¿Vendrán, no es así? Invité a todos, menos a Morgan, claro.
—Vale, yo voy...— dije sonriendo, pero luego caí en cuenta de que mi Dios Griego iría también.
❀ ❀ ❀
— Jóvenes, Dejaré un trabajo en parejas con entrega para mañana— Dijo Edward Bouvier, el maestro de música del siglo XX, cuando quedaban diez minutos para acabar el último bloque del dia— Pero, en esta ocasión, yo elegiré las duplas.— la queja no se hizo esperar, todos soltaron al unísono un bufido terrible— Nada de quejas, muchachos, o me veré en la obligación de dar como mínimo treinta planas para el informe.
Tras hacerse el silencio, Bouvier comenzó a nombrar a varios de mis compañeros.
— Wendy Mellark y Abigail Sharman— mencionó, volviendo luego a revisar la lista de nombres de los alumnos presentes.
Que suerte tienen las dos.
— Alonso Araos y Valentina Morgan— y así una tercera— Fernando Sharman y Besta Jones...
Salían y salían nombres, pero aun no me era mi turno, hasta que...
— Daniel McCain y Dominik Blacked¡Ah, mierda!
Cuando la clase terminó y Bouvier salió del aula, el Dios Griego se acercó a mí.
— Me ahorraré muchas cosas que pensaba decir, es mejor así, ¿no?— dijo él, encogiéndose de hombros— Nos vamos a tu casa apenas lleguemos al aparcamiento…Luego de aquellas simples palabras, él se dio media vuelta y se marchó. Abby y Wendy me miraban sorprendidas, casi boquiabiertas.
— ¿Qué demonios ha sido eso?— preguntó Wendy, en un susurro.
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Cheonsa || 천사 [EN EDICIÓN]
Ficção Adolescente•【Cheonsa】• ♥ Daniel McCain cree haber superado todos sus males. ♠ Dominik Blacked llegó a ser su nuevo mal. [EN EDICIÓN DESDE EL 25/08/2019] #2 en Romancegay (21/08/2019)