Hyuk sintió cómo una de las manos de Hae comenzaba a bajar por su cuerpo, hasta llegar a sus muslos y a su entrepierna. Tembló ante el contacto, pero aun así no se separó.
Se sentía extraño. Se sentía raro y cuando Hae tomó su erección entre sus manos, este jadeó por el placer que comenzó a invadir todo su cuerpo. Se sentía tan bien, pero tan incorrecto a la vez.
Pero el cerebro de Hyuk ya no reaccionaba... ya no estaba encendido... sino que se dejaba llevar por las emociones, las caricias que su cuerpo recibía. Emociones nuevas para todo su ser, pero que lo llevaban a un lugar a quinientos kilómetros de la tierra.
Hyuk sintió como Hae colocaba sus manos sobre sus muslos, para poder levantarlo y así, que enrollara sus piernas alrededor de la cintura del mayor. Este lo hizo sin oponerse, y sin darse cuenta que el otro ya estaba completamente desnudo frente a él y con su erección igual de dura que la de él.
Sintió un intruso en su parte trasera, pero el placer pudo más que el dolor. Sentía arder en esa parte, pero tambien un placer indescriptible. Quería más y más... no quería detenerse. Y Hae lo sintió por la forma en que su ano lo succionaba.
Comenzó a mover su dedo dentro de la cavidad de Hyuk y cuando lo sintió lo bastante dilatado, metió un segundo, sintiendo cómo el cuerpo de Hyuk se tensaba un poco por la intromisión. Después de todo... era virgen.
-Te amo- le dijo Hae acercando su rostro al oído de su amante, que jadeaba por el placer y el dolor que sentía.
Un rubor adornó el rostro de Hyuk y sonrió tontamente, para luego separarse un poco y poder ver a Hae a los ojos. Era sincero. Era verdad lo que le decía.
Apretó más su agarre por el cuello de Hae y lo atrajo hacia él, para poder besarlo con pasión, con amor.
-Entonces ámame- le dijo al oído luego de que separaron para poder tomar aire y mordió el lóbulo de Hae, quien gimió al sentir ese contacto caliente y húmedo en su oreja.
Ingresó otro dedo dentro de la cavidad de Hyuk y este escondió su rostro entre el cuello de Hae. Dolía.
-No te tenses, porque será peor- le dijo, intentando hacer que se relajara.
-Hazlo.
-Pero...
-Solo hazlo.
-Dolerá más de lo que te duele ahora.
-No me importa- le dijo y se separó para volverlo a ver. Acercó su rostro y dio un casto beso en los labios ya hinchados de Hae, al igual que los suyos- Dolerá de todos modos.
Y con esas palabras, quitó sus dedos y afianzó más el agarré de Hyuk sobre sus caderas, para así, separarlo del árbol donde estaba apoyando la espalda y lo tendió en el suelo, con él sobre Hyuk.
-Date la vuelta- le dijo alejándose un poco del cuerpo caliente de Hyuk y este sin decir nada, se volteó y se colocó en cuatro- Seré gentil.
-De... De acuerdo- contestó algo nervioso, cayendo poco a poco en la realidad.
Sintió la erección de Donghae sobre su entrada y se tensó. ¿Dolería? Se preguntó y comenzó a sentir cómo le besaba la espalda y tocaba sus costados.
Hae comenzó a sentir que con aquellos toques gentiles lograba distraerlo y así, poco a poco comenzó a entrar dentro de Hyuk, quien apretó fuertemente sus manos, tomando entre sus dedos pequeños restos de césped, que eran arrancados a medida que Hae ingresaba más y más dentro de él.
Sintió el choque contra las caderas de Hae y este se detuvo hasta que Hyuk se acostumbrara a su presencia.
Se sentía tan exquisito, tan apretado, tan hermoso, que las ganas de moverse le eran excesivas, pero sabía que era la primera vez para Hyuk y no quería lastimarlo...
-Mue... Mueve- le pidió mientras intentaba recuperar el aire que se le había escapado de los pulmones cuando lo sintió completamente dentro. Dolía. Dolía jodidamente, pero el saber que la persona era Donghae... el dolor y el placer se mezclaban en su interior.
Sintió como Hae comenzaba a salir de su cuerpo y cuando se encontró fuera, volvió a ingresar.
A medida que las estocadas se hacían más y más rápidas... comenzó a sentir un placer, corriendo por completo al dolor y en una de las estocadas sintió como una corriente se extendía por todo su cuerpo y gimió fuertemente, haciéndole notar a Hae que había encontrado ese punto que hacía llegar a Hyuk al cielo.
-¡Ahí... Ahí Hae!- exclamó mientras jadeaba por las embestidas que Hae le daba una y otra vez en ese punto que lo estaba por volver loco.
Las estocadas comenzaron a ser más fuertes, más certeras, más seguidas y cuando Hyuk sintió que su interior era llenado, era invadido por una sustancia, se vino en la mano de Hae, quien lo masturbaba.
Ambos cayeron rendidos, con las respiraciones entrecortadas.
Hyuk mirando hacia el suelo y Hae mirando hacia el gran cielo nocturno que se alzaba sobre ellos. Giró su rostro, encontrándose con los ojos de Hyuk, quien lo miraba intensamente mientras respiraba lentamente.
Hae extendió su mano y acarició el cabello de Hyuk y sonrió al ver que el otro cerraba los ojos, disfrutando del contacto.
-Me gusta tu color de cabello- comentó y Hyuk abrió los ojos sin entender- Cuando tenemos nuestro primer cambio, nuestro cabello cambia al color del pelo que tenemos en nuestra forma lobuna.
Hyuk no dijo nada y se le quedó mirando. Ni siquiera sabía que color tenía... pero luego recordó sus brazos en su habitación.
-¿LOS TENGO BLANCOS?- gritó y se paró, sintiendo una leve punzada en su parte baja.
Hizo una mueca de dolor.
-¿Estas bien?- le preguntó Hae mientras tambien se sentaba.
-Nada que no pasará- le contestó mientras intentaba sentarse correctamente- Dime- lo miró- ¿Tengo el cabello blanco?
-Del blanco más hermoso que haya visto- le contestó y lentamente comenzó a acerca su rostro al de Hyuk, y cuando lo tuvo lo suficientemente cerca, colocó una de sus manos sobre la nuca del menor y lo besó lentamente, dulcemente.
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Cuando dos corazones se encuentran [TERMINADA]
FanfictionHyuk había hecho demasiado para no convertirse. Durante tres años seguidos había optado por la soledad de su habitación, de donde no había salido, ni siquiera para comer con la familia en la casa de campo que tenían. Allí había logrado centrarse y e...