Yo, Kevin Wendell Crumb

Señora...¿Qué?

Kevin: 

Mis ojos pesaban, apenas podía abrirlos y si lo intentaba demasiado al final terminaban doliendo. En mi mente divagaban diversos recuerdos todos muy difusos que apenas lograba identificar, sin embargo tengo esa sensación aún. Esa sensación de miedo, de angustia e increíbles ganas de llorar las cuales me hicieron desesperarme y abrir mis ojos con unas cuantas lagrimas que me inundaban por completo. 

La luz blanca que logre ver me hizo aterrizar en esta realidad, una realidad que no quería vivir y que me tenía asustado, me tenia ajeno a las vivencias que me podía entregar de ahora en adelante la vida. Di unos cuantos parpadeos para sentir la seguridad de que estaba vivo y cuando lo logre comprobar desvié mi mirada hacia el lado, mi brazo estaba lleno de mangueras transparentes, junto con una maquina que media mis pulsaciones y daba a entender que mi corazón estaba bien, sin embargo, lo que más me ha llamado la atención es ver a Tía Lydia junto con mis primos Peter y Sara sentados en un sillón durmiendo. No los veía hace mucho tiempo, para ser exactos desde que mi padre se fue y no volvió ahora bien,¿Estoy en un hospital? ¿Donde esta Tod? ¿Que ha pasado con mamá? y ... ¿Dennis? 

Veo como una enfermera se acerca a mi maquina de pulsaciones y al verme sonríe. 

-Kevin que bueno que has despertado- Su voz era cálida y dulce- le avisare a tu tía y llamare a la doctora para que te venga a revisar ¿Okey? -se inclino hacia mi y acaricio mi cabello- Todo estará bien ahora... 

Sus palabras de una u otra forma me hicieron sentir tan bien pero a la vez una tristeza gigante me invadió. Solo asentí a sus palabras sin decirle nada y ella me dedico una sonrisa para después ir donde mi tía. La enfermera solo la movió un poco y tía Lydia dio un salto e inmediatamente atendió lo que se le estaban informando. Cuando levanto la cabeza y me vio despierto las lagrimas brotaron de sus ojos y se acerco de inmediato a mi dejando a mis primos dormidos en el sillón. 

Ella al verme sonrió y me acaricio la cabeza y se acerco sutilmente a dejar un beso sobre mi frente , sentí como una de sus lagrimas había llegado a mi frente. 

-Kevin... no sabes lo feliz que estoy de verte cariño -sus labios seguían posados en la piel de mi frente mientras acariciaba mi mano con cuidado- Pensé lo peor cuando supe que estabas en el hospital. 

Así que si era un hospital... no le dije nada, pero su tome su mano como pude, es difícil querer hablar cuando sales de una especie de sueño tan profundo, porque sientes todo tu cuerpo inmovilizado, es como si algo faltara. 

-Buenas tardes -una mujer un poco más adulta que la anterior se hace presente y la Tía Lydia se aparta ligeramente de mi- Soy la Doctora Kristen Fletcher... me han puesto a cargo de Kevin y necesito examinarlo si me lo permite. 

Tía Lydia asintió y se alejo de mi, pero no demasiado porque vi que ella se quedo parada frente a la cama, observando y escuchando cada palabra que decía la mujer. 

-Hola Kevin- Ella se inclino hacia mi y me sonrió- Me llamo Kristen y soy tu doctora, se que esto no se ve bien y que estas confundido pero mira- abrió el cajón de un mueble que estaba al lado de mi cama y levanto algo hasta mi ... ¡Era Tod!- Este amiguito ha estado muy preocupado por ti al igual que todos nosotros.

-Tod...-Mis brazos se extendieron para poder recibir a mi amigo. 

-Veo que puedes hablar, ¡Muy bien muchacho! -ella sonrió y anoto en unas hojas algo- ahora Kevin pondré una linterna sobre tus ojos y quiero que la sigas ¿de acuerdo? -pregunto animosamente y saco una linterna de su bolsillo, la encendió y la coloco sobre mi rostro y cuando la movía en diferentes direcciones pude seguirla sin problemas- ¡Muy bien! eres un muchacho muy inteligente y sano por cierto -ella rió un poco mientras seguía anotando- ¡Perfecto!, señora Golden... -ella se dirigió esta vez a mi tía- Me gustaría hablar un momento con usted.