Cuidado con lo que haces Dennis

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Nota: El capitulo posee una escena subida de tono, más no es nada sexual para que considere antes de leer.

Kevin: 

Mire mi reloj y eran las doce y treinta de la noche, vi al menos unas cuarenta  veces  la hora desde que me había recostado en la cama. En mi mente pasa una y otra vez la voz de Tía Lydia como si fuese una grabadora la cual no tenia botón de apagado. 

"Tu madre tiene un tumor cerebral, le queda poco tiempo". 

Quería gritar, llorar, lanzar todo lo que tenia a mi alrededor solo para no sentir este dolor que tenia en el pecho. Logre sentarme en la cama porque de a poco sentía como el aire se me acababa, como mi cuerpo no reaccionaba a los movimientos que mi cerebro enviaba, una gota de sudor frió recorrió mi frente y fue en ese momento que las lágrimas brotaron de mis ojos. 

Tenia mucha angustia, tristeza y otro sin fin de sentimientos que apuntaban solo a una cosa, quería a mi madre a pesar de todo lo que pase en mi niñez no sentía rencor hacia ella y en este punto no sabia si era bueno o malo, algo si era seguro tenía que ir ahora mismo con ella.

Me levante rápidamente de la cama aun con escalofríos pero decidido a ir hacia Nueva York ya que ahí se encontraba ella. Sabía que el viaje duraba al menos unas dos horas y que si llegaba a tiempo al terminal de buses podría comprar un pasaje que me llevara esta misma noche hacia allá.

Comencé a acomodar mi ropa en una maleta mi plan era mantenerme al menos una o dos semanas con ella en Nueva York, poco me importaban las clases en este punto o la casi vida social que estaba empezando a crear, porque si se me daban las posibilidades era más que seguro que me quedaría por allá con ella ayudándola en su tratamiento, si es que había uno.

Mi pulso estaba acelerado al igual que mis ganas de salir ya de esta casa, quizás fue esto lo que alerto a los otros, por lo que no tardaron en pronunciarse. 

Sentí el dolor más grande de toda mi vida al cerrar la maleta.. eran ellos.  Sabía que iban a  interceder en esto o mejor dicho, tenía claro que Dennis haría hasta lo imposible por no permitirme hacer lo que realmente quería, si se trataba de mi madre el se oponía rotundamente pero yo mismo no iba a permitir que eso sucediera. 

** Cuando me vi en aquella habitación oscura, pude notar lo tenso que estaba el ambiente. 

Era todo un verdadero caos. ellos discutían e incluso logre escuchar algunos insultos que eran por parte de Jade quien estaba muy molesta con Dennis. 

-¡No puedes prohibirle ver a su madre! - Gritaba Jade mirando a Dennis. 

-Es mejor que te calles, no tienes idea de lo que estas diciendo y no tienes el mas mínimo derecho de opinar en esto ¿Quedo claro? -Vi a Dennis demasiado serio, era la primera vez que lo veía de ese modo. 

-¿Pero quien demonios te crees, guapo? ¿ah? ¿Crees ser el dueño de todo? ¡Al diablo te equivocas con eso! - Jade seguía a la defensiva, mientras Barry los separaba quedándose al medio de ambos. 

-¡Por favor Jade!, no es necesario llegar hasta ese tipo de vocabulario... creo que es mejor que escuchemos las razones del porque Dennis no quiere que Kevin vaya a Nueva York ¿No te parece amorcito? -Barry miro a Jade de manera tan serena que nadie podría haberse negado a ello. 

Ella le miro y soltó mucho aire para luego asentir a sus palabras, sin embargo ahí estaba Dennis con sus brazos cruzados su ceño fruncido y su intimidante ceja alzada.

-No, no daré razones ni argumentos que avalen lo que creo. Ninguno de ustedes merece  explicaciones del porque de mi postura respecto a lo que esta atravesando Kevin, no iremos con su madre y es el punto final que pondré en esta conversación... y que quede claro, no pienso ser comprensivo con ninguno de ustedes si piensan contradecirme,  si tengo que quitarles la luz para que ese encuentro no suceda y alejarlos de manera permanente de ella, créanme que lo haré- Dennis sonó igual que un dictador que sabia perfectamente que su palabra era ley e iba a hacer cumplida, además de dar a entender que estaba decidido a matar a cualquiera que intentase llevarle la contra. 

Yo, Kevin Wendell CrumbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora