Antes miraba tus ojos y tu boca y tu lunares.
Los contemplaba como si tus ojos fuesen estrellas, tu boca un hoyo negro y tus lunares constelaciones.
Los contemplaba con genuina admiración como si jamás antes hubiese visto belleza semejante a la tuya.
Porque era única.
A veces disimuladamente, a veces sin pudor existente. Te miraba mucho y poco en un espacio de tiempo corto.
Luego pasé de verte mucho a verte nada y luego otro poco que pasó a nada en lo absoluto.
Porque primero estabas y te tuve pero me fui y regresé, y entonces te fuiste tú.
Ahora te miro mucho.
Mucho.
Mucho.
Mucho.
Pero no ya no puedo ver con claridad tus ojos y tu boca y tus lunares, ni puedo cegarme con estrellas ni perderme con un hoyo negro ni buscar constelaciones.
Te tengo y no te tengo.
Entre mis brazos ansío sentirte tangible y no como un anhelo insistente.
Quisiera mirarte mucho más.
Más.
Más.
Más.
Pero no a través de una pantalla.
Así no logro ver estrellas ni hoyos negros ni constelaciones.
---
Nolosé
