Capítulo 1

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En la casa el único ruido que se escuchaba era el ruido del látigo al aterrizar en la piel. El hombre de mediana edad que estaba tapándose los oídos intentando irse de esa realidad, ya no aguantaba más, el escuchar como castigaban a su hijo, su único hijo,  y que por su culpa estaba ahí sin poder escapar era demasiado para él. El ruido cesó pero Noah sabía que lo peor llegaba ahora, por ese mismo motivo salió al balcón y encendió un cigarrillo. En ese momento un grito se escuchó y Noah empezó a llorar como solo hacía cuando su hijo era castigado. Cerró los ojos mientras todo parecía dar vueltas.

- ¿Disfrutando de la música ambiental?- Noah abrió los ojos y miró hacia abajo donde un hombre de piel oscura lo miraba con una sonrisa feroz, él tragó mientras apretaba su puño.

- Vete a la mierda Ennis.- Le dijo con todo el veneno que su voz podía transmitir, el lobo lo miró con una sonrisa mientras continuaba haciendo la ronda. Noah volvió a entrar y suspiró mientras encendía la bañera y calentaba el agua, conocía a su hijo y lo único que quería era lavarse, deshacerse de esa suciedad. La puerta se abrió y Peter, el peor lobo después del jefe, empujó el cuerpo de su hijo hacia dentro. Stiles aterrizó de rodillas mientras las lágrimas y la sangre corría por su cuerpo. Noah se acercó corriendo pero su hijo impidió que lo tocara.

- Espero que la próxima seas más rápido, Deucalion no le gusta castigar tanto a su mejor soldado.- Dijo mientras pasaba su lengua por los labios, Noah solo lo miró con odio antes de levantarse y echar a ese lobo de la habitación.

- Tienes la bañera preparada Stiles.- Él asintió y entró cojeando, cerró la puerta mientras empezaba de nuevo a llorar. 

Stiles no conseguía entender el porque le pasaba a él esto. El por que de todos los adolescentes de Sacramento, Deucalion lo había escogido a él, al más enclenque de todos. Stiles se metió con cuidado en la bañera y dejó que toda la suciedad que los lobos dejaban en su cuerpo desaparecía parcialmente. El llanto de su hijo rebota en toda la habitación y sabía que todos los habitantes de esta casa lo estaban escuchando. Noah se odió de nuevo, por ser tan débil, por no poder escapar, porque por su culpa su hijo era obligado a matar. Su hijo era un chico alegre y extrovertido, la puerta se abrió y un Stiles con la cabeza baja salió sin mirarle, ahora solo quedaba la sombra de ese chico, lleno de muerte, odio y rencor. Stiles no miró a su padre ni un segundo antes acostarse en la cama. Noah no insistió, solamente volvió a salir al balcón donde la luna ya estaba en su cúspide, deseó por un momento estar muerto, dejar de ser el estorbo por el cual su hijo seguía en esa casa.

*

Stiles se levantó sintiendo aún las consecuencias del reentrenamiento de su jefe. Se vistió sin hacer ruido para dejar dormir a su padre, sabía que le hacía daño con su mutismo y su indiferencia, pero no podía enfrentarse a él, no cuando por su culpa su padre había tenido que dejar a su madre sola. Bajó mientras se arreglaba su abrigo negro, siempre llevaba ropa larga ocultando lo más posible su cuerpo no le gustaba que la gente viera sus marcas.

Al entrar en la cocina se dio cuenta que sería el desayuno más horrible de esa semana, en la mesa mirándolo con una sonrisa estaba su jefe, Deucalion. A su lado el peor soldado de Deucalion, y no por ser malo en su trabajo sino por ser bárbaro, Peter. Y por último la loba que más lo envidia y odio le tenia en toda la manada, Kali. Stiles se sentó con la cabeza agachada mientras cogía una pieza de fruta.

- Tienes una misión.- Stiles se detuvo y tragó el trozo de comida que tenía en la boca, no se atrevió a levantar la cara, no por sumisión sino por miedo a que esas palabras fueran para él. Unas manos agarraron su pelo y tuvo la cara de su Alpha a centímetros de la suya.- ¿Me estás ignorando?- Stiles tragó saliva antes de clavar los ojos en los del lobo más temible del estado.

- No señor.- Dijo con dureza, Deucalion asintió de acuerdo antes de soltarlo y volver a sentarse.- ¿Qué debo de hacer?- Dijo mientras volvía a mirar a la superficie de la mesa, Deucalion miró con gracia la actitud de su esclavo/asesino, estaba bastante orgulloso de su elección.

- Tú, tu padre y Ethan os iréis esta noche a Beacon Hills, debes matar a un mecánico.- Stiles se tensó al escuchar el nombre del pueblo, el pueblo de su madre.

- ¿El nombre?- Preguntó mientras me levantaba para tirar la fruta a la basura, Deucalion sonrió mientras se acomodaba en la silla.

- James Orton.- Stiles asintió mientras se iba a la puerta a paso lento y cojeando levemente.- Espero que hagas bien tu trabajo, por que dentro de dos días iremos para allá a quedarnos una temporada todos.- Asintió antes de salir de esa cocina para subir a la habitación. Al abrir la puerta su padre estaba esperándolo sentado en la cama, cuando este se acercó abrazarlo, Stiles simplemente se apartó y fue hacia su armario para preparar la maleta.

- Nos vamos esta noche, tengo una misión en Beacon Hills.- Dijo sin girarse a mirarlo, la cara de Noah por un momento se alegró volver al pueblo donde fue tan feliz con su difunta mujer, y quizás, solo quizás la antigua manada de su mujer los podrían salvar. Porque Noah no era tonto, sabía el porque su hijo había sido escogido, la presencia de sangre sobrenatural en el cuerpo de su hijo era un imán para gente como Deucalion. Noah simplemente asintió y comenzó a preparar la maleta, con la pequeña esperanza que la manada de Beacon pudiera ayudar a su hijo.

A su vez Stiles intentaba no pensar en que dentro de unas horas debería acabar con la vida de un hombre que lo más seguro es que tuviera familia, eran muchos los asesinatos que llevaba en su espaldas. Nadie de la manada pensaba que duraría tanto, creían que se rompería en el primer asesinato, pero Stiles aprendió a discernir, a ponerse una máscara para los trabajos, pero eso no funcionaba siempre. Stiles cerró la maleta mientras se rascaba el brazo.

- Stiles para, ya te has hecho sangre.- Él solo miró lo que había dicho su padre y asintió mientras iba al lavabo a curarse el brazo y lavarse las manos. Noah suspiró mientras cerraba su maleta y bajaba a desayunar, sabía lo que pasaba su hijo pero no podía hacer nada, si quisieran sus captores podrían matarlo en un segundo. Entró encontrándose la cocina vacía y suspiró aliviado, no le gustaba compartir tiempo ni espacio con los lobos. 

Cuando su vida se vio reducida a las cuatro paredes de esa casa Noah pensó muchas veces en quitarse del medio, dejarle el camino libre a su hijo. Quería que Stiles fuera feliz, con una novia o un novio, con una casa, unos estudios, una familia... Pero todo se fue a la mierda, en el preciso momento en que Deucalion paso por su puerta y le explicó lo que pasaría si no iban con ellos. Noah no luchó, Stiles si se resistió durante un rato, luego simplemente lloró quieto y todo eso Claudia lo vio desde la ventana de la casa mientras lloraba, los lobos eran inteligentes y había olido la muerte en la mujer, no duraría mucho, así que no tenía caso llevársela. La puerta de la cocina fue abierta y Peter entró con una sonrisa mientras él decidió irse, ese era el lobo que más odio le generaba.

- Hola Noah.- Dijo con una voz sugestiva, Noah lo miró antes de negar y salir de esa habitación lejos de ese asqueroso lobo. Solo esperaba morir pronto con su hijo o poder huir los dos.

Scars (Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora