Scars (Sterek)

Capítulo 4

Stiles se levantó de la cama mientras dejaba salir un gemido de dolor, la tarde anterior se había ensañado con él, Noah escuchó a su hijo y se despertó para verlo sentado en la cama reteniendo el llanto.

- Déjame ayudarte Stiles.- El nombrado giró la cabeza y miró a su padre antes de asentir levemente. Noah suspiró aliviado y se fue a su lado para ofrecerle uno de sus brazos, con ayuda de su padre consiguió llegar al lavabo y allí se quedó él solo. No se miró al espejo en ningún momento sabría que se iba a encontrar. Se lavó como pudo y cuando iba a salir del lavabo se detuvo al escuchar unas voces, Stiles pegó su oído a la puerta y tragó saliva.

- No puede hacer ninguna misión hoy.- La voz de su padre retumbó dura y serena en la habitación.

- Pues Deucalion quiere que mate a una persona.- Contestó la voz de Peter, Stiles cerró los ojos mientras sentía el dolor de su cuerpo presente.

- Pues dile a Deucalion que la próxima vez no le castigue así.- Dijo la voz de su padre antes de escuchar un portazo, sabia que su padre podía ser tan sumiso y tan rebelde como él quisiera, dependiendo de la ocasión, y esta requiere un poco de rebeldía. Stiles salió encontrándose a su padre con la respiración acelerada.

- Saldré.- Dijo la voz del chico, su padre lo miró mientras negaba levemente y le ayudaba a llegar a la cama.- Sera lo mejor.- Dijo intentando levantarse.

- No.- La voz rotunda de su padre hizo que se volviera a tumbar.- No puedes salir así, vas hacer mal el trabajo y eso equivale a ser castigado más, no pienso dejar que te saquen en estas condiciones.- Dijo mientras acariciaba el pelo, Stiles tuvo la necesidad de apartarse pero aguanto la incomodidad de esa acción mientras cerraba los ojos. La puerta se abrió cuando el chico ya había conseguido dormirse, en la puerta Deucalion miraba con el ceño fruncido a los dos humanos.

- Necesito que salga.- Noah negó mientras se acercaba a Deucalion.

- No puede mantenerse en pie solo, en estas condiciones no te sirve.- Le dijo haciendo que Deucalion se diera cuenta de la realidad, resopló y miró a Noah.

- Pues tienes que salir tu, iras con un lobo para que te sea más sencillo.- Noah miró a su hijo antes de asentir, él ya había matado a personas, pero esas personas eran personas malas, ahora debería matar a una cualquiera. Suspiró y salió junto a Deucalion de la habitación y la cerró con llave, así impediría que su hijo saliera y que algún lobo entrara.

- Dejarle descansar.- Suplicó mirando a la manada, esta miró a su Alpha y asintió mientras hacía una señal para que todos se fueran, habían esperado un castigo monumental por esa negación.

- Luthor ves con él, asegúrate de que hace bien el trabajo, sino el castigado vas a ser tu.- El lobo de piel morena casi negra asintió mirando a Noah serio.- Debes matar a un camarero, su turno acaba a las tres así que tienes media hora para pensar, se llama Jeremy.- Noah asintió y comprobó las balas del cargador de su pistola antes de ponerle el silenciador. Deucalion sonrió mientras miraba a su lobo.- Y tu ya sabes que debes hacer después.- El lobo asintió y salió fuera seguido por Noah.

- No pienso recibir un castigo por tu culpa.- Dijo la voz grave del lobo, Noah sonrió ladinamente mientras subía al todoterreno y hacía crujir su cuello.

- No te preocupes, puedo ser igual de profesional que mi hijo.- Dijo mientras el coche se ponía en marcha, el lobo no comentó nada más en todo el viaje cosa que Noah aprovechó para pensar como lo haría, lo mejor seria algo rápido, tal y como saliera un disparo en la frente, rápido, sencillo y sin testigos. Luthor aparcó delante de la hamburguesería que él recordaba haber traído a Stiles a comer y fueron andando hasta la parte trasera del local al lado de la salida de empleados. Se apoyó en un muro mientras que Luthor vigilaba la entrada del callejón.- ¿Te encargas de vigilar?- El lobo asintió y Noah sacó la pistola para dejarla en su cintura. Tarareaba una canción mientras mira su reloj de bolsillo esperando que sea la hora. Era mi primera vez en muchos años que cogía una pistola para matar, desde que dejó de ser policía por la manada de Deucalion no las había tocado, y aunque intentara no demostrarlo se le veía nervioso. La puerta se abrió y un chico de la edad de su hijo salió mirándolo con el ceño fruncido.