Al abrir la puerta encontré a Conner sentado en el suelo a unos metros de mí, observando el atardecer con nostalgia.
—hey Conny, te traje la cena.
A diferencia de las otras ocasiones que lo llamé por ese apodo, no protestó y en cambio se limitó a asentir sin quitar la vista del horizonte, así que decidí armarme de valor y sentarme a su lado, lo cual pareció sorprenderle. Le entregué la bandeja sonriendo y en vez de devolverme la sonrisa me observó melancólico y bajó la vista, para ser honesta me rompió un poco el corazón. No me parece extraña su actitud, cuando terminó su relación con Megan ella rápidamente le reemplazó por La'gaan; lo cual le había destrozado por completo.
El resto de la cena quedó en silencio, hasta que Conner terminó de comer y ambos nos dirigimos hacia la cocina de la base. Al pasar junto a la sala de mando nos encontramos a La'gaan muy romántico con Megan, mientras ésta intentaba hacer su trabajo. Noté como Conner se tensaba y apresuraba el paso intentando evitarlos, tuve que correr para llegar a su lado.
Luego de terminar de fregar los platos Conner se sentó derrotado en el desayunador, mientras yo lo observaba recordando el día en que nos conocimos; fue el mismo día en el que creamos el equipo y por accidente terminamos involucrados en el proyecto Cadmus hace ya varios años.
Me di cuenta de que Conner parecía incómodo, posiblemente queriendo preguntar algo, pero Nightwing sin darse cuenta de la situación le interrumpió cuando por fin parecía querer hablar.
—Superboy, tenemos una mision; Syrin, Canario Negro Tiene un trabajo para tí, vallan a cambiarse.
hice lo que me pidió y después de desearle suerte a conner me dirigí a mi habitación mientras me preguntaba que me habría querido decir y busqué mi uniforme en el armario.
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Cuando salí me encontré con mi maestra, quien al parecer ya se encontraba esperándome, los chicos estaban a punto de irse a su misión, y Gar se despidió de mí antes de irse.
Observé al grupo de no más de diez hombres a travez de los binoculares de visión nocturna, al parecer estaban guardando su cargamento en la parte de atrás de dos furgonetas.
—¿y como van las cosas con Conner?
Casi me caigo del edificio en cuanto Dinah me tomó por sorpresa, y aunque no pudiera verlo, apostaría que en ese preciso momento mi cara se encontraba completamente roja.
—¿Eh? ¡¿D-de que hablas?!
la rubia me sonrió divertida sin quitarle la vista a los hombres de abajo–No lo Niegues, ya he visto como te pones cuando está cerca–no contesté nada, en cambio preferí seguir observando a los hombres esperando que mi expresión no me delatara–parecen estar hablando español, posiblemente sean mexicanos.
—no asumas que todas las personas que hablan español son de México, eso es racista–le recriminé a mi maestra–son argentinos, y dicen que saldrán en una hora hacia los muelles.
—bien, lo siento, lo tendré en cuenta la próxima vez.
Comenzamos a bajar en silencio y logré dejar inconscientes a dos hombres sin que me notaran, rápidamente oculté sus cuerpos y me di cuenta de que había un hombre más dentro del camión, antes de poder avisarle a canary ésta confrontó a los hombres que quedaban, y el hombre del camión sin dudar un segundo arrancó a todo lo que daba, comencé a correr tras de el y cuando estuve lo bastante cerca destruí las llantas traseras del camion con mi grito sónico, provocando que se volcara, segundos después el hombre salió arrastrandose antes de quedar inconsciente en la calle.
—bien hecho siryn, puedes volver a casa, yo me ocuparé del resto.
Un par de horas después me encontraba saliendo de la ducha tarareando una canción mientras me terminaba de secar el cabello; cuando conner pasó a mi lado sin siquiera darse cuenta de que me encontraba ahí, al punto de que me hizo caer al piso.
—¡lo siento! ¿Estás bien?–preguntó extendiendo su mano hacia mí al darse cuenta de lo que había provocado, dudé por un momento pero al final acepté su gesto, y en cuanto tomé su mano sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo.
Me ayudó a levantarme sin mucho esfuerzo y nos quedamos viendo a los ojos durante lo que me pareció una eternidad, pero Conner acabó el momento bajando la vista hacia el suelo, y por un momento me pareció ver que el motivo de esto era el color rojizo que comenzaba a extenderse desde sus mejillas.
—l-lo siento, yo... iré a bañarme y si quieres puedo invitarte a desayunar, ya sabes, para disculparme, p-pero solo si quieres...
Si esto es un sueño por favor que nadie me despierte, juro que nunca había escuchado a Conner utilizar tantas palabras en una misma oración, y menos ponerse tan nervioso.
—claro, me encantaría–cuando asintió apenado y se dio la vuelta para entrar al baño de los chicos porfín noté que estaba completamente lleno de lodo, además de la enorme sonrisa que se formó en mi rostro. Finalmente luego de un par de minutos por fin logré salir de mi trance al escuchar el sonido del agua proveniente de las duchas y me dirigí a mi habitación prácticamente flotando, mientras intentaba decidir qué me pondría para salír.
