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Ira.

Tristeza.

Felicidad.

Carajo, odio cuándo esas tres están en una sola oración.

La presión que provocan es asfixiante.

El querer sacarlo todo y tener éxito en el intento es para los fuertes, porque los débiles lo almacenamos todo, cómo un computador o incluso una esponja. Absorbemos, más y más.
Sin miedo a saciarnos y vomitar.

Somos humanos, tenemos el derecho a ser escuchados. A ser aceptados. A no ser discriminados ni ignorados.

Pero, vaya mierda de sociedad que tenemos.
Nos convierte en una oveja más del rebaño, siguiendo estereotipos oníricos, alabando religiones extremistas. Obligando a que dejes tu amor propio de lado y tus sueños más añorados, por el bien de los que te rodean.

Y si algo altera el orden, se vuelven en contra. Dicen palabras vacías y dan media vuelta. Cómo si nada hubiera pasado, ya que todo y todos están bien.

Y me da lastima, porque que existimos las ovejas negras.

-J.

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