Capitulo 15

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"Mi familia"

El sol ya había mostrado sus primeros rayos, y la mayoría de los vikingos ya estaban despiertos, había sido una noche larga y pesada para algunos, pero se había solucionado con una siesta

a inicios de la mañana, en Berk se escucho una explosión en lo profundo del bosque, todos estaban preocupados y solos los más "valientes", se internaban al bosque para ver que había sido ese estruendo, que había funcionado como un despertador

-¿Qué encontraron?-pregunto Valka llegando a duras penas corriendo, venía cansada, ya que había corrido desde la cabaña del jefe que se encontraba en la colina, hasta lo pies del bosuqe, eso agregándole que se venía peinando en el camino

-Aún nada señora Abadejo,los vikingos que mandamos, no han regresado todavía- dijo un vikingo al que le faltaban la mayoría de los dientes, y los que le quedaban, estaban amarillos por la falta de limpieza, aún así señalaba lo distintos puntos de búsqueda sonriente, Valka analizó el mapa que estaba frente a sus ojos

-Envíen al antiguo equipo A de Berk, son los mejores luego de los oficiales- el equipo A al escuchar su sobrenombre dieron un grito ahogado, pero aún asi, sacaron valor, y se internaron en el bosque, que ya empezaba a tornarse de un hermoso color verde, producto de la luz del sol

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-Wow...jamás había visto un Huevo explotar de esa manera- Brutilda había pasado la noche en el bosque, y hoy en la mañana, su oficio de guardia, había sido interrumpido por la explosión que le rompió los tímpanos en pleno inicio de la mañana

La aturdida chica se levanto del suelo, y tras la pequeña nube de humo que se había formado con la explosión, vio lo que no veía hace años...un hermoso bebé Dragón, pero con eso, también venía incluido con un rugido desgarrado nuevamente para sus oídos de por si, ya rotos, y ese rugido, no era nadie más, que la madre del pequeño, que si su memoria no le fallaba, era un Escaldaron, una criatura magnífica en todos los ámbitos, piel verde agua escamosa, la cabeza con la forma de un medio círculo, el estómago ligeramente inflado, ya que su especialidad era calentar agua normal a miles de grados celcius, y luego expulsarla al escupir, un roce de esta agua, y estabas muerto, en lugar de patas tenía una aleta en forma de corazón, y el detalle que lo destacaba, eran sus ojos, de un profundo color negro, tanto, que funcionaba como un espejo de otro color, por instinto, Brutilda tomó al bebé dragón en sus manos, pues el grito de su suegro, la había alterado, era ella corriendo sin ningún rumbo, y con media docena de vikingos enojados atrás, lo que no se esperaba, es que del otro lado estuviera la mamá del pequeño bebé Dragón, linda forma de empezar la mañana ¿no?

En el océano

-Alisten las velas, llegaremos a la isla Grefh al atardecer-Hipo apenas había dormido la noche anterior, cuando Astrid se quedó dormida entre sus brazos, por inercia la abrazó y la acosto en la cubierta, al ponerle alrededor de 10 mantas encima, quedó satisfecho, no quería que pasara frío, y volvió a la profunda oscuridad de la noche, pero ahora...era de día

Patán y Brutacio se encargaron de acatar la orden de su jefe, Patapez, se encargaba de ver si iban por la ruta correcta, y a la vez, iba viendo si por las corrientes del océano existían los peces que alguna vez leyó en la biblioteca de Berk, no se comparaba con la emoción de encontrar un nuevo dragón, pero algo lo dejaba satisfecho, Eret se encontraba afilando una de sus dagas, y cuando dejaba a estas descansar un rato, para que no se rompiera, limpiaba la armadura que asemejaba la piel de rompecráneos, por último, Heather se encontraba ya preparando el desayuno, si las chicas no hubieran interferido, probablemente no se hubieran preocupado de su alimentación, pero eso no era de extrañarse, lo que si era válido para poner una cara de duda, era ver que Astrid, aún no se despertaba.

Hermanas HoffersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora