∆ C7: Un plan sin límites.

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|Narra Katie|

— ¿Todo? —cuestioné, confundida—. ¿De qué estás hablando, Adam?

—Necesito que escuches bien y me prestes atención —su rostro era serio y preocupado. De verdad que le importaba esto.

Mantuvimos la mirada un momento hasta que asentí. Él desató mis manos, mis pies y yo pude acomodarme un poco sobre la silla. Él solo dio unos pasos atrás y me miró inquieto.

—Bien. Katie lo que te diré no es fácil ni sencillo —advirtió empezando a preocuparme—. Debes escuchar hasta el final.

— ¿Puedes hablar de una vez? No me gusta el suspenso.

Alzó la cabeza, tomó un poco de aire, se cruzó de hombros y me miró de nuevo.

— ¿Recuerdas tu conversación con Negan hace un rato? —inquirió.

Asentí, sin entender el rumbo.

—Bueno, en efecto, Daryl no es tu papá.

—Él me dijo que había una posibilidad —sentí la necesidad de aclarar.

—Pero no lo es —reiteró Adam—. Si se acostó o no con mamá, igual no hay forma de que fuese tu papá.

— ¿Por qué lo dices?

Él suspiró. En sus brazos veía la tensión, estaba nervioso.

—Mamá hizo pruebas, yo las vi un día que estaba buscando algo en su armario —explicó—. Eran unos papeles del hospital dentro de una caja negra que llamó mucho mi atención. Al leer bien entendí que era una prueba de paternidad —sabía que él no estaba mintiendo porque, además de no tener razones para hacerlo, sus ojos lo delataban—. En ese momento no entendía por qué mamá lo había hecho si claramente decía Richard Collins, pero ahora lo hago.

Daryl nunca fue tu papá. Ni siquiera influyó. Siempre fue Richard, siempre. 

—Entonces Daryl solo es el sujeto con quien mamá tuvo una aventura.

Adam alzó las cejas en señal de ironía y asintió.

—Sí, eso es —confirmó—. Los tres fueron amigos durante mucho tiempo, eran vecinos cuando niños, pero no eres su hija.

Pasé una mano por mi cabello y la dejé reposar en mi boca.

¿Cómo podía ser esto posible?

|Narra Carl|

— ¿Tu hermana? —repitió Marc, muy confundido—. Yo conocí al hermano de Katie y ciertamente no eres tú.

Anni bajó las escaleras, pero nadie volteó a verla.

—No me entienden —negó con la cabeza tratando de explicar—. Somos primos, pero toda la vida hemos sido muy unidos. Como hermanos.

Y fue cuando todos hicimos click.

— ¿Está secuestrada? —reiteró esperando que dijéramos que no, pero Jason se adelantó.

—Sí y probablemente muera.

Entonces Emily, Marc y Anni le dieron un puñetazo en el brazo.

— ¡Hey! —chilló con el ceño fruncido y cubriéndose el golpe—. ¡Respeten!

—No le transmites respeto ni a una hormiga, Jason —comentó Emily, hastiada—. Omite tu existencia.

—Omite tú tus respuestas sarcásticas, Emilia —contraatacó.

Emily frunció el ceño con disgusto.

— ¿Emilia?

—Sí, Emilia.

Sin Sentimientos. (2ª Parte de Sentimientos Encontrados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora