∆ C23: Propósito cumplido.

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|Narra Katie|

Rick, Michonne y Glenn hablaron con un sujeto en el Santuario, uno de los integrantes normales. Al parecer el señor se veía con buenas intenciones y dejó bastante reflejado el desprecio que tenía hacia Negan. Convenció a los adultos nombrados en que él borraría la terrible imagen del Santuario e incluso le cambiaría el nombre a la comunidad.

No tuve problemas con eso, si ellos tres confiaban en el sujeto, entonces yo también.

Por otro lado, le pedimos al nuevo líder —Daniel— que nos diera un momento en la sala de reuniones. Necesitábamos hablar como grupo y ponernos de acuerdo para llevarnos a los salvadores peligrosos. Eso hacíamos ahora. Estábamos esperando por Maggie, Sasha, Carol, Tara, Enid, Ezekiel, Jesús y Aaron. Los demás vigilaban de los salvadores para que no se escaparan.

Se podía palpar la libertad en el ambiente, la felicidad, pero también la tensión. Había tensión en mi grupo porque sentían que lo que hice estuvo mal. Su preocupación me estaba comenzando a incomodar un poco; maté a Negan a sangre fría, lo sé, pero esa siempre fue la idea, en ningún momento lo oculté así que no era sorpresa.

— ¿Se puede saber por qué me siguen juzgando? —quebré el silencio.

—Yo no te juzgo —Daryl se encogió de hombros.

—Yo menos —Michonne y yo chocamos los cinco.

—No te estamos juzgando —habló Glenn a mi lado.

—Solo que creímos que lo harías en un lugar más privado —continuó Rick.

—Negan asesinó a un chico de Hilltop, Negan mataba a golpes con un maldito bate frente a otras personas, le trituró la cabeza a Ashley y a James frente a mis malditos ojos —solté la rabia y el dolor que tenía en la garganta—. Si le hubiesen hecho lo mismo a alguno de los presentes en la habitación, ¿le hubiesen metido un tiro en la cabeza y ya?

Nadie contestó.

—Se llama venganza y pasó suficiente tiempo como para cobrarla bien. Murieron mis mejores amigos y estoy en todo mi derecho de cobrarla.

Rick suspiró y caminó hasta mi lugar.

—Confío en ti y te apoyo —me abrazó—. Bien hecho.

Tocaron la puerta. Era Emily.

—Buena puntería, Em —chocamos puños.

—Papá me enseñó a cazar conejos cuando era pequeña —mencionó con ápice de orgullo y nostalgia—. No pensé que era tan buena.

—Lo eres —la felicitó Glenn con una sonrisa.

La puerta se abrió una vez más, dejándome ver a Maggie junto al resto de mis amigos. Ella sonrió con mucha alegría al abrazarme.

—Lo lograron —susurró en mi oído—. ¿Está muerto?

—Muy muerto —contesté cuando nos separamos.

Luego de que nos saludáramos con los recién llegados, hicimos una reunión rápida para hablar de lo que vendría después.

Allí, con esas personas que en algún punto de mi vida fueron unos desconocidos, me sentía tan cómoda, tan segura, pero sobre todo cuidada; sentía que si ellos me respaldaban, nada iba a pasarme, nada iba a detenerme. Les agradecía una vida entera por todo lo que habían hecho por mí, por las veces que salvaron mi vida, por todo.

La persona con la que comencé este mundo ya no estaba. Ash me enseñó todo lo que, muy adentro sabía, pero no estaba lista para aplicarlo. Me enseñó a tener paciencia, a jugar con inteligencia y nunca dejarme llevar por las emociones del momento. Eran tres puntos débiles que me hicieron convertir en una terrible persona, una insoportable, pero estaba muy agradecida de haber tenido alguien como ella que me ayudase a ser mejor.

Sin Sentimientos. (2ª Parte de Sentimientos Encontrados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora