|Narra Katie|
—Son muy nobles —dijo uno de los hombres. Estatura media, calvo y un poco gordo—. Fueron a buscar las armas por nosotros.
Algo se removió en mi estómago.
—Ahora, las dejarán en el suelo sin hacer ningún movimiento del que luego se arrepientan, y así nosotros nos iremos olvidando de este asunto —negoció el mismo sujeto.
—Otra vez no —escuché una voz femenina muy familiar. Casi al instante unas ráfagas de disparo se hicieron presentes asesinando a los desconocidos.
Sus cuerpos cayeron al suelo y la figura de Ashley con una sonrisa se dejó ver. Ella tenía una MP5 en su mano y su mirada solo denotaba entusiasmo.
No, no puede ser.
Me miró, me guiñó el ojo, y tras parpadear y menear mi cabeza, vi que realmente era Abraham.
—Gracias, hermano —Marc se acercó al pelirrojo.
—Por nada —le dio unos golpecitos en el hombro.
— ¿De dónde sacaste esa MP5? —inquirió Tara.
—De una gasolinera a unos treinta kilómetros —cambió el cartucho.
— ¿Y qué haces por aquí? —le preguntó de nuevo—. Pensé que estabas con mi Rick.
—Iba a Hilltop a visitar a Maggie y a Glenn pero me detuve en este pueblo para buscar un arma, ¿están bien?
Los tres asintieron, pero estaba concentrada en las punzada insoportable en mi abdomen.
—Katie, ¿qué sucede? —preguntó Marc, preocupado.
—Es la herida, tengo... represalias.
—Tenemos que llevarla con Carson —habló Carl acercándose a mí—. Debe hacer algo, darle algún medicamento.
—Rosita y yo iremos a Alexandria a llevar estas armas —indicó Marc—. ¿Vienes, Tara?
—No, acompañaré a Katie.
—Bien —acomodó el bolso en su hombro y me miró—. Mantente viva, por favor, no mueras.
Asentí y él se fue junto a Rosita.
(...)
Al llegar a Hilltop, el doctor Carson me entregó unos medicamentos para el dolor. Revisó la herida, pero todo estaba bien, estaba cicatrizando bien. Realizó un ultrasonido y no había rastro de alguna hemorragia interna. Todo bien.
Salí de la enfermería para buscar a Maggie y a Glenn. No los veía desde hace un mes y estaba segura que se alegrarían mucho de verme. Iba caminando tranquilamente cuando uno de los habitantes de Hilltop comenzó a gritar.
— ¡Salvadores!
Ay no.
— ¡Katie, ven aquí! —escuché la voz de Jesús a unos metros. Estaba cerca de la casa de Gregory.
Comencé a correr para alcanzarlo, pero pisé una piedrita y me doblé el tobillo.
¡Maldición!
El chirrido de las bisagras me dijo que habían abierto el portón y el motor de varios autos me tensó. Ya habían entrado. Me levanté del suelo y caminé tan rápido como pude, pero el dolor de la articulación no me dejaba en paz.
¡Apúrat-!
—Katie Collins —una voz masculina me hizo detener—. La chica que asesinó a nuestros hombres.
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Sin Sentimientos. (2ª Parte de Sentimientos Encontrados)
Fiksi Penggemar⚠️ ALTO CONTENIDO DE SPOILER ⚠️ Leer primero SENTIMIENTOS ENCONTRADOS ------------- Los psicólogos siempre han dicho que con violencia no se resuelven las cosas, que el perdón es mejor que la venganza. Pero en este mundo ya no existen los psicólogo...