∆ Especial/Extra: Ángel guardián.

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Este capítulo es el especial por las 236k leídas de Sentimientos Encontrados y las 19k leídas de Sin Sentimientos. Además, también les quiero agradecer por todo el amor, los comentarios, los miles de votos y el apoyo que le dan a ambas historias. De verdad estoy muy feliz por eso y, ¿qué mejor forma de agradecer que darles un segundo final?

SI NO HAS CULMINADO ESTA HISTORIA, ABANDONA EL ESPECIAL Y VUELVE CUANDO HAYAS LEÍDO AMBOS LIBROS.

Quédense hasta el final y lean la nota que dejaré abajo ;)

|Narra Carl|

—No... no, Katie, no —murmuré varias veces mientras agitaba con suavidad el rostro de mi novia—. Katie vuelve, por favor.

— ¡Doctor, haga algo! —gritó Adam con la voz vibrosa—. ¡Haga algo, maldición!

El doctor Carson miró la herida y luego a cada uno alrededor de la castaña. Asintió y se levantó.

—Necesito llevar a Katie a mi consultorio —habló, concentrado en la herida—. Necesito que la muevan, pero antes debo cubrir ese agujero.

—Haga lo que tenga que hacer, pero traiga a mi hermana de vuelta —Adam era el más afectado de todos.

Yo también, estaba asustado y no sabía si lo del doctor iba a funcionar, pero que Katie siempre haya estado en una situación mortal o casi muerta me hizo mantener un poco la calma. Pero Adam, al contrario, era primera vez que veía a su hermana así.

El doctor tomó la muñeca de la castaña y pidió silencio. Su ceño se fruncía con fuerza, su pecho bajaba y subía con lentitud, su concentración era evidente justo ahora. Se colocó el estetoscopio y palpó el pecho de Katie por encima de su sudadera. Estuvimos en extremo silencio por unos dos minutos hasta que el doctor se inquietó.

—Tiene pulso —dijo, sereno—. Es muy lento, casi ni se escucha, pero está allí y debemos actuar rápido.

No escuché ni hice nada, solo me aparté para que Rosita y Sasha ayudasen al doctor a inmovilizar a Katie. Todo a mi alrededor se puso en mute cuando dijo que seguía con vida. Sabía que no era muy conveniente que fuesen tan lentos los latidos, pero estaba viva, ella estaba ahí, no se había ido.

Comencé a reír porque no entendía cómo lo hacía. Cómo podía sobrevivir a cada patada en el culo que le daba la vida. No quería cantar victoria antes de que Carson actuara, pero no podía evitar sentir esta alegría, este alivio por esos lentos latidos.

El sonido volvió y recobré la postura. Quería ayudar. Vi a Glenn, a papá y a Abraham colocando una tabla ancha en el suelo. Jesús y Adam iban a levantar a Katie para acostarla sobre la tablilla. Ya la herida había sido cubierta con la ayuda de muchos trapos.

—Déjenme ayudar —me acerqué y ayudé a cargarla.

Con rapidez, pero cuidado, la elevamos unos escasos centímetros del suelo y la acostamos en la tabla. No hubo problemas. Daryl y Glenn tomaron un extremo de la madera y llevaron a Katie hasta el remolque de Carson.

—Creo que mejor nos quedamos aquí —papá me tomó del brazo—. Es lo mejor.

—Pero quiero...

—No sabemos nada de medicina —me recordó, tomándome el hombro—. Ella estará bien, solo no estorbemos.

Sin Sentimientos. (2ª Parte de Sentimientos Encontrados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora