Un baile

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La noche ya nos había envuelto y el rubio se alejó hacia el auto que lo esperaba como todos los días.

-Nad, mira , me gustaría preguntarte algo- se le notaba un poco incomodo

"Mamma Mía, Here I go again, my my; How can i resist you" - comenzó  a sonar mi celular con la melodía característica de las llamadas de mi madre

-Disculpame Ethan...-me puse el teléfono en la oreja- Bueno... si, lo sé mamá. No te preocupes, enseguida estoy allá. ¿Enserio? si no tardo. Lo lamento Ethan mi madre estaba preocupada por que ya es muy tarde, quiere que vuele para allá. ¿Podemos hablar mañana?

-No, es que- no le di tiempo a contestar, ya me estaba alejando

***

-¡Mamá! ¿cual es la sorpresa que...¡ABU!- Chillé como si estuviera en pleno concierto

Corrí a abrazar a mi abuela que estaba frente a mi con los brazos abiertos, enseguida me sentí como en casa, como si hubiera estado resfriada y ella fuera mi caldito de pollo, tan reconfortante como una taza de chocolate caliente en el invierno de Dinamarca.

Casi un año tenía desde la última vez que la ví y aquí estaba.

-Hola linda...¡ que alta estás! ¿o será que yo me hice más pequeña?- esa era mi abuela- déjame verte,¡huy! estas algo bronceada

-Solo un poco

- te sienta bien, de seguro ya has de tener uno que otro pretendiente por ahi ¿no?- dijo guiñándome un ojo y no pude evitar recordar lo que apenas unas horas antes había vivido con Edward- Ah! ya veo.... te has sonrojado, luego me cuentas eso, por que ni creas que te lo vas a guardar para ti sola

-¡Nadja! ¿hay algo que quieras compartir?- me miró mi madre levantando una ceja

-Serena, ya tiene 15 años además, esto es entre mi nieta y yo, tu la tienes todo el tiempo para interrogarla pero los chicos nunca fueron tu especialidad, mira que mi pobre Thomas tuvo que hacer malabares para que te dieras cuenta de que le gustabas... espero no lo hayas heredado - me dijo para molestar a mi mamá, con ella siempre ha sido así, le gusta meterse con ella de vez en cuando.

La abuela se iba a quedar con nosotros durante las vacaciones  y al parecer mi padre pasaría más tiempo en casa en el mismo periodo, algo muy bueno estaba pasando.

Rápidamente, después de cenar subimos a la habitación donde se quedaría, la ayudaría  a desempacar y de paso podríamos platicar a solas.

-Ahora si, déjate de cuentos y dime ¿quien es el chico?

-No, abuela, es que

-No,no, no, nada de mentiras conmigo, chiquilla, o le diré a tu madre quien me dio su contraseña del celular para jugarle una broma a tu padre aquella vez

Ahí estaba, la abuela cómplice pero en versión chantajista.

-Está bien- dije con resignación- se llama Edward

-OH! Un nombre lindo aunque anticuado y ¿que? ¿ya se besaron?

-¡Abu!

-No es de espantarse

-No, no es eso es que... no nos hemos besado

-¿Y por que no? ¿le huele mal la boca?

-Jajaja no para nada, es que no podemos

Le conté a mi abuela todo con lujo de detalles desde el primer momento en que lo vi,  hasta el ocaso que acabábamos de compartir.

-A mi me parece que esa tal Audrey no lo quiere ni él a ella por supuesto. Deberían estar juntos tú y él.

Nadja y el secreto del halcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora