Un don

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EN ASGARD--

-¡Vaya chico!, si que fue raro y a la vez entretenido 

-Me duele todo- comento apenas abrió los ojos, la luz que entraba por la ventana lo cegaba un poco y al intentar incorporarse le dolían todos los músculos. Frey estaba frente a chico aunque él no sabía donde estaban Syd u Odín para que le dijera su veredicto

-Lo sé, pero estarás bien, en unos días claro

-¿Que sigue ahora?

-¿Ahora? nada... solo debes ir a casa a descansar. 

-Pero ¿y la prueba? ¿y Odín? ¿Que dijo?

-Cálmate, solo ve a casa y olvídate de todo, nosotros nos encargaremos, tu solo tienes que esperar, nosotros lucharemos. Ven, te ayudo

-¿había algo importante que debía hacer?- por alguna razón no lograba recordar el por que estaba ahí. Todo lo demás estaba en su cabeza, pero no podía concentrarse lo suficiente para que la memoria le soltara la razón de la lucha, ¿por que estaba involucrado en primer lugar?

-No que yo sepa, te llevaré a casa

-No, sé que hay algo, aunque no lo puedo recordar, algo que debo probar para ayudar a alguien, alguien muy importante pero no se quien

-Entonces no es tan importante ¿no crees? ya déjate de bobadas y vamonos- Frey lo levantó y le insistía en salir de aquel lugar

-Frey...- me miró con duda- ¿que pasó con los lobos?

-Los mataste

-No, había dos que me estaban destrozando cuando perdí el conocimiento

-Mira Edward, puedes filosofar todo lo que quieras en casa, pero ahora ¡ya vamonos!- su tono insistente levantó las sospechas de su interlocutor

-¿Cual es la prisa?

-Ninguna, es solo que quiero tu bien

-¿por que? si ni siquiera te caigo bien, espera, no te caigo bien...- hubo un momento de silencio, pues cayó en cuenta de un detalle muy importante- no me iré de aquí hasta haber acabado la prueba, que Odín me de su aprobación o me deseche pero no me moveré, vine a cumplir una misión y no me iré hasta cumplirla.

La imagen de Frey desapareció en un instante como un dejo de neblina ante un soplo del viento del norte.

De pronto Edward reaccionó como si hubiera estado sumido en un sueño, abrió los ojos de nuevo y vio frente a sí a Odín con su cetro en mano, giro sobre si mismo y encontró a Frey a Syd detrás de él ¿Que rayos había pasado?

-Has probado tu lealtad, tu caballerosidad, osadía, valentía y determinación al no dejar la batalla sin siquiera saber el por qué de ella. Reconozco el valor de tu esencia, por lo que te concedo que puedas servir en nuestras filas después de tu muerte, siempre que te mantengas en la virtud y el valor. Te daré un don.

***

NADJA--

El aliento del gigante era nauseabundo, por poco vomito al estar tan cerca. Su mano se cerraba alrededor de mi. Sabía por lo que había leído, que este tipo de gigantes no eran muy astutos  que digamos, utilizando mi poder, traté de concentrarme para hacerme invisible, el coloso sorprendido de no verme en su mano la abrió frente a sus narices,  viendo con detenimiento sus dedos vacíos y así, pude aprovechar para saltar a su cara y enterrar mi daga en uno de los ojos de mi enemigo. 

El grito de dolor que soltó fue espantoso con ambas manos se agarraba la cara y entre el jaleo salté al suelo de la nave, corrí pues me quedaban segundos, no había tiempo para regresar por la rampa. Aren me esperaba del otro lado en el barco pero estaba muy abajo de mi.

Nadja y el secreto del halcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora