Una escena

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Las cosas han cambiado un poco, no sé por qué pero desde que salimos de la India, Valko ha estado un poco extraño, se ha aislado un poco y las conversaciones sobre libros que tenemos ahora son más largas y continuas, últimamente incluso me ha pedido que vaya a platicar aún si no he terminado los libros. Su semblante denota preocupación, aunque no puedo definir por qué. Hoy bajaremos a tierra de nuevo por lo que como es costumbre, muchos se están recuperando de la resaca cuando le son impartidas sus misiones.

-Tu vendrás conmigo, esta vez solo estaremos un día, así que no hará falta que llevemos nada- Valko me indica mientras vamos bajando del barco.

Logro ver a Aren que me mira a la distancia, esta vez parece que se quedara en el barco. No está a gusto con la decisión pero es mejor, el bajar es sinónimo de muerte para él y no quiero que vuelva a tener otra crisis. Su esencia es la muerte y el futuro, ¿como algo tan opuesto puede combinarse en él? supongo que es como sus ojos, colores opuestos para habilidades contrarias en un solo ser, que difícil.

Aún no sé como haré para encontrar mi esencia como dijo Freya... aún no sé si debo aceptar mi destino o no, aunque por el momento no tengo opción de ser  libre, aún si pudiera serlo, tendría que seguir en el barco, no puedo meter en líos a los tripulantes ni a Valko.

-Estas distraía, necesito que estés alerta, hoy no habrá paseos, llegamos, hacemos el cambio y nos vamos

-¿Cual cambio?

-No has escuchado nada de lo que te dije?- comenta algo molesto

-Perdona, no estaba prestando atención

-No es lo que piensas- comenta desorientándome- él no es débil, no fue por eso que no bajó. Es solo que aquí no tengo misiones para él y me es más útil en el barco para tener todo listo para nuestro regreso

-No estaba pensando en ello

-Mira, sé que parezco atolondrado e infantil a veces pero no soy ningún estúpido, los he visto y aunque omito mis comentarios, no estoy ciego ni sordo - creo que me ruboricé , no sé a que se esté refiriendo pero me da un poco de pena- sé que has estado preocupada por él, todos lo estamos, tenemos más tiempo que tú conociendo ese lado de Aren, somos una familia, algo rara pero familia al fin y todos los miembros me preocupan pero eso no impide que cumpla al cien mis funciones o que no confíe en que lo superarán, en que son fuertes a su manera, incluso tú, una enclenque, entrometida, niña mimada- por su sonrisa supe que estaba bromeando así que me indigne falsamente

-¡Oye! no me defiendas tanto

-Ya sabes, cuando gustes, ahora ven, que ya estamos por llegar 

LLegamos a un museo ¿por qué no me sorprende? creo que este tipo de lugares le gustan a Valko, el capitán sube al techo del edificio frente al centro de exhibición y lo sigo. Las escaleras de emergencia del edificio están oxidadas por lo que las manchas del polvillo que desprenden se extienden sobre mis brazos y ropa. Al llegar al techo, hay un pequeño muro de contención alrededor de apenas unos 50 cm de altura por lo que nos acostamos sobre el pecho para pasar desapercibidos desde el otro lado de la calle.

El sol es abrazador y seco, además de que no hay ni un árbol cerca como para buscar sombra y el viento parece que se ha detenido en este lugar. Debemos hacer esto rápido por que siento que me ahogaré si seguimos aquí.

-Necesito que te infiltres sin que te noten pero el cambio lo haré yo. Hay en exhibición una de las vasijas más antiguas de la humanidad, con inscripciones en sumerio, en unos minutos uno de los guardias dejará la réplica justo debajo del suelo del museo, en una de las salas del almacén subterráneo. Yo entraré como un turista y tu te encargarás de subir el articulo del almacén a la sala de exhibición donde yo te estaré esperando. Las cámaras se apagarán en 10 minutos, por unos 2 o 3 minutos, suficiente para que localices y muevas el objetivo

Nadja y el secreto del halcónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora