cap 5

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Cuando abrí los ojos el sol entraba a raudales por la ventana y tuve que entrecerrar los para no quedarme ciega.

Me levanté lentamente de la cama justo cuando Álex aparecía por la puerta que conectaba nuestras habitaciones, con el pantalón de pijama y sin camiseta.

-Veo que ya estás despierta-dijo-tienes 20 minutos para prepararte, hoy te llevo yo al instituto.

Lo miré con mala cara, ni de coña iba a dejar que él me llevara al instituto, es más, tenía intención de no ir.

-Ni de coña-respondí seca.

Frunció el ceño pero no dijo nada, dio media vuelta y cerró la puerta de un portazo.

Suspiré derrotada y me vestí con lo primero que encontré, unos vaqueros, sudadera y converse blancas.

10 minutos después bajé tranquilamente las escaleras y me senté a la mesa a desayunar el café que mi padre me había preparado.

En ese momento Álex volvió a aparecer y se sentó a mi lado, observándome fijamente.

-¿Que quieres?-le espeté

-Ya lo sabes, que acabes de desayunar para que podamos irnos al instituto.

Lo miré furiosa.

-No voy a ir hoy al instituto-dije cortante

Él me miró con el ceño fruncido

-Claro que vas a ir, venga, vámonos

Y dicho esto me agarró del brazo y me arrastró por el patio hasta meterme en el asiento del copiloto de su coche.

Me crucé de brazos como una niña pequeña y miré por la ventana para no tener que verle a él.

Oí su risa mientras se sentaba y arrancaba el motor del coche.

En cuanto arrancó salimos despedidos hacia delante, tuve que agarrarme a los laterales del asiento para no darme con el salpicadero en la cabeza.

Lo maldije entre dientes, lo que hizo que de sus labios brotara otra carcajada y que acelerase aún más.

Llegamos al instituto en menos de 10 minutos y ambos nos apeamos del coche a la vez.

Hice ademán de alejarme de él para ir a buscar a Anny, pero me agarró por los hombros y no dejó que me despegara de su lado

A medida que nos adentrábamos en el instituto notaba como todo el mundo nos miraba, no, como todo el muno ME miraba, todo el mundo sabía en que fechas estábamos y todo el mundo me miraba con pena y compasión brillando en sus ojos.

Me puse furiosa, no quería su compasión, quería a mi hermano.

Me entraron ganas de llorar, pero me contuve y aguanté con la cabeza bien alta hasta que vi frente a mi a Anny, estaba destrozada, con los ojos rojos y brillantes.

Corrí a abrazarla y empezó a llorar en mi hombro, a mi no me salieron más lágrimas, no podía seguir llorando, tenía que ser fuerte, por las dos.

Sentí una mano sobre mi otro hombro y me giré lo suficiente como para ver a Álex de pie detrás mía.

Estreché más fuerte a Anny, haciendo así que Álex tuviera que soltarme el hombro, oí un suspiro de exasperación y acto seguido unos pasos alejándose y supe que Álex se había marchado. Mejor, no estaba de humor para sus tonterías, aunque tuve que admitir que si no fuera por el ahora no estaría en el instituto consolando a mi mejor amiga.

Quité esos pensamientos de mi cabeza y arrastré a Anny hasta el baño.

A la hora de la comida Álex nos condujo a su mesa con sus amigos, cosa que nos sorprendió muchísimo, y también nos destrozó un poco por dentro, era la misma mesa en la que siempre se sentaba mi hermano, con esos mismos chicos.

-Yo era su mejor amigo...

Casi no oí lo que había dicho Álex.

Abrí los ojos como platos, no tenía ni idea, Chris nunca me habló de ningún Álex, es más, nunca le había visto por el instituto hasta que aparecieron por la puerta de mi casa. Era muy raro, alomejor solo era que no me había fijado nunca en él.

Cuando alcé la vista vi que tenía los ojos brillantes.

-Él siempre hablaba de ti-dijo con ojos soñadores-se pasaba él día con algo bonito que decir de ti. Eras lo que más quería en este mundo te lo puedo asegurar.

Miré a mi alrededor y vi que los otros chicos, incluso Anny asentían, dándole la razón a Álex.

Una lágrima solitaria rodó por mi mejilla.

Mi hermanastro me puso una mano en la rodilla y me la apretó suavemente.

-Se que tu no me ves como a un hermano pero yo a ti si, siempre he querido tener una hermana pequeña, ¿sabes? pero creo que hemos empezado con mal pie.

Una pequeña sonrisa se dibujó en mi cara.

-Se que se te hace difícil-continúo-que crees que estoy aquí para llenar el vació que dejó Chris, pero no es así, nunca podré llenar ese vacío y lo se, lo tengo asumido, solo quiero que me puedas ver como lo que en un mes seremos, hermanos.

Me puse tensa, era verdad, en un mes nuestros padres se casaban.

-Me da rabia que mi padre haya pasado de página tan rápido, después de más de 20 años junto a mi madre..-susurré para que solo Álex me oyese.

-Él no ha pasado de página-dijo igual de bajito-simplemente ha encontrado a alguien que le hacía tan feliz como le hacía tu madre.

Negué con fuerza, no quería admitir algo así, era demasiado duro.

Él me abrazó con fuerza y yo le correspondí de la misma manera, dejándome consolar por alguien que no era Anny, por primera vez desde que Chris se fue. Alomejor esta era una oportunidad de volver a ser feliz, no tanto como antes pero ahora la posibilidad de ser feliz junto a Sabrina y su hijo se abría camino en mi mente.

Todo se vería en cuanto volvieran de la luna de miel y conviviéramos como una familia más.

HERMANASTRO ERES UN IDIOTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora