cap 15

770 44 2
                                    


Desperté con el cuello entumecido y me lo froté a la vez que miraba a mi alrededor, estaba sentada en el sofá, ayer debí de haberme quedado dormida ahí.

Me levanté y me dirigí a la cocina a prepararme algo para desayunar.

Hoy era el día, había quedado con Álex en apenas unas horas en casa y tenía que admitir que estaba nerviosa, no sabía como iba a comportarse después del beso de ayer.

Desayuné rápidamente y me dirigí a la habitación de Tyler para anunciarle que ya me iba a mi casa y darle las gracias por alojarme en su casa.

Pero cuando llegué arriba y toqué la puerta no me respondió, así que decidí entrar, me lo encontré tirado en la cama con una chica bajo el brazo, la reconocí al instante, era mi antigua mejor amiga Carla.

Sentí una punzada muy fuerte en el pecho y salí de allí echa una furia, no me podía creer que se hubiera acostado con ella, después de los últimos días que habíamos pasado juntos, y menos con ella, sabia perfectamente que la odiaba.

Antes de que me diera cuenta ya había llegado a mi casa, abrí y entré, cerrando de un portazo.

No pude evitarlo y me eché a llorar, no sabía lo que sentía por él, pero esa imagen me había dolido demasiado.

Oí unos toques en la puerta y fui a abrir, segura de que sería Álex, sin embargo, me sorprendí cuando me topé con Ana.

-Hola-saludé

-No tendría que estar aquí

No la entendí, nunca me había tratado de usted, pero no podía referirse a ella misma, trabajaba aquí con lo cual tendría que estar aquí.

-¿Que?-pregunté

Ella suspiró y se sentó en el escalón.

-Tu padre me despidió en cuanto os fuisteis

-oh, lo siento mucho, es culpa mía-exclamé triste 

Ella negó con la cabeza y me miró

-No es culpa tuya, ni de Álex, solo mía, me encaré a él cuando os fuisteis porque dijeron cosas fea de vosotros que no me gustaron nada, no reconocía a tu padre y no pude evitar saltar a defenderos.

La rodeé con los brazos, tenía dos hijos y estaba sola para criarlos y darles de comer, ahora que la habían despedido no sabía como podría sacarlos adelante, me sentí muy mal por ella y mi odio por mi padre creció, no tenía límites, Ana llevaba con nosotros desde que mi hermano nació, no podía despedirla por una rabieta de las suyas.

-Ana-susurré-podéis quedaros aquí este mes mientras buscas un nuevo trabajo, tráete a tus hijos, hay comida y dinero de sobra para todos

Me miró con los ojos rebosantes de emoción

-¿Estas segura?

Yo asentí con fuerza, era mi manera de agradecerle lo que había hecho por mi hermano y por mi en todos estos años. También era una muestra de rebeldía frente a mi padre.

Oímos un ruido y nos giramos sobresaltadas.

Era Álex, que acababa de darle una patada a una lata de refresco que había por el suelo.

En ese momento me vino a la mente el beso de ayer y me sonrojé sin poder evitarlo. 

Él parecía incómodo y no le quitaba la vista de encima a Ana, la cual de revolvió incómoda, a la espera de que alguien dijera algo.

-Álex, Ana y sus hijos se quedaran este mes con nosotros, mi padre la ha despedido..

Él asintió sin dejarme acabar la frase y entró en casa rozándome con el hombro al pasar, fue apenas un roce pero un calor me invadió todo el cuerpo con su contacto.

Ana no pasó y me dijo que se iría su casa y que en un par de días vendría con sus hijos.

En cuanto me despedí de ella y entré a casa me puse muy nerviosa al pensar que estaría un par de días a solas con Álex.

Lo encontré sentado en el sofá viendo la tele y me senté junto a él pero sin tocarlo, sin saber muy bien como comportarme con el.

No paraba de mirarlo de reojo, a la espera de que me mirara, sin embargo no lo hacía

Hice acopio de valor y me acerqué un poco a él, lo suficiente para que nuestros hombros se tocaran.

En cuanto se tocaron Álex separó el brazo, agaché la cabeza, pero me sorprendió sentir de repente s brazo rodeándome los hombros.

Lo miré de nuevo y esta vez él también me estaba mirando.

Me tocó la mejilla con la otra mano y cerré los ojos en cuanto sentí que mi pulso se disparaba, en ese momento no pensé en nada, solo en él y en el tacto de sus brazos rodeándome.

Me empujó suavemente de los hombros para acercarme la cabeza a su pecho y me acurruqué contra él.

No sabía muy bien que nos estaba pasando, lo único que sabía es que me hacía sentir genial y que no quería que me soltara.

Cuando nos separamos juntó sus labios con los míos suavemente, más largo que el anterior Peri nuevamente me quedé con ganas de más, deseé que volviera a besarme y que no dejara de hacerlo.

Se levantó del sofá demasiado pronto y se dirigió a la cocina.

Cuando volvió llevaba dos platos, uno en cada mano, llenos de pasta, los dejó en la mesita que había frente el sofá y me tendió un tenedor.

Lo cogí y me estiré para coger mi plato, Álex devoró el suyo e intentó quitarme comida a mi

Le di un manotazo fingiendo estar molesta y el estalló en carcajadas.

Esperó pacientemente a que me lo acabara y se levantó para llevarlo todo de nuevo a la cocina.

Miré el reloj, solo eran las tres de la tarde.

Al ver que no volvía me dirigí al piso de arriba y me metí en mi cuarto con la intención de cambiarme para ponerme el bañador y tirarme a la piscina, por suerte estaba climatizada y cuando metí los pies estaba tibia.

Llevaba un rato nadando cuando vi como Álex corría hacia la piscina y se tiró, salpicando agua por todas partes.

Reí y fui hacia donde él estaba, intenté ahogarlo pero al final acabé y con la cabeza bajo el agua, salí tosiendo y le di un puñetazo en el hombro.

-Te queda bien el pelo mojado-dijo chinchándome

Hundí la cabeza en el agua y salí con la boca llena de agua, antes de que pudiera darse cuenta de mis intenciones le escupí toda el agua en la cara y huí de ahí nadando y riéndome.

Oí como nadaba para alcanzarme pero yo ya había salido y me hice con la manguera.

La abrí y le apunté, impidiéndole avanzar.

Aprovechó un momento en el que la bajé a causa de la risa para hacerse con ella, la apagó y me cogió en brazos, se acercó al borde de la piscina y me lanzó al agua.

Cuando nos cansamos decidimos salir e ir a cenar algo, yo propuse comer un sandwich o algo pero él insistió en ir a cenar a un restaurante que le había gustado mucho.

Acabé accediendo y nos fuimos a arreglar.

Descubrí que Álex seguía teniendo su coche y me llevó al centro.

Me abrió la puerta del coche y del restaurante, la decoración era preciosa y muy pija, típico de él

Nos tendieron enseguida y Álex pidió por mi unos platos cuyos nombres ni entendí, pero resultó estar todo buenísimo y al acabar insistió en pagarlo todo él y no me quedó más remedio que aceptar.

Volvimos a casa llenos y con mucho sueño y me desplomé en la cama, me dormí nada más tocar la almohada .

HERMANASTRO ERES UN IDIOTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora