cap 14

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Al despertarme al día siguiente me desperté acompañada de un molesto zumbido procedente de la mesita de noche, donde el día anterior había dejado el móvil.

Mire la pantalla, tenía diez llamadas perdidas de mi padre y Sabrina, hoy era su boda, iban a casarse, pero yo no pensaba asistir ni de lejos.

También tenia varios mensajes de Álex

"IDIOTA EGOCÉNTRICO": A ti también te han llamado?

Sonreí sin poder evitarlo al ver el nombre con el que le tenía agregado y seguí mirando sus mensajes.

"IDIOTA EGOCÉNTRICO": Hola?

"IDIOTA EGOCÉNTRICO": No pensarás ir, verdad?

"IDIOTA EGOCÉNTRICO": Responde, dime que no vas a ir por favor..

Me apresuré a responderle

"YO": ¡En la vida! Estaba dormida ;)

Enseguida me llegó su respuesta

"IDIOTA EGOCÉNTRICO": Que susto, como no respondías creía que te habías unido a su bando

¿Su bando? ¿Ahora habían bandos? Reí ante lo estúpido de su ocurrencia, solo éramos dos hijos enfadados con sus padres, nada más.

"YO": Jamás

En ese momento tocaron suavemente la puerta y Ty apareció por ella, llevaba el torso desnudo y  unos pantalones grises de chándal que dejaban ver la goma de los calzoncillos.

Estaba irresistible y no pude evitar quedarme embobada mirándole. Él me dirigió la misma mirada y me di cuenta de que por la noche había perdido la camiseta y que solo llevaba el sujetador y los pequeños pantalones del pijama.

Estuve tentada de taparme con la sábana para que dejara de mirarme, me hacia sentir halagada pero incómoda a la vez.

Se acercó rápidamente y se tumbó junto a mi, inmovilizándome las manos para no poder taparme.

-Te he dicho que no te tapes, no delante mía-sus ojos me miraban con severidad.

Solo asentí e intenté liberar mis manos de su agarre, pero él no lo aflojó y dejó mis manos unidas encima de la cabeza.

Me besó, primero suavemente, con dulzura, pero luego empezó a besarme con más pasión, sus movimientos eran desesperados, como si tuviera la impresión de que me iría y quisiera aprovechar al máximo mi cuerpo.

Cuando por fin me soltó lo aparté ligeramente de mi para poder respirar y que se me ralentizaran los latidos de mi corazón, pero no lo permitió, me sentó sobre su regazo y apoyó sus manos en mi nuca, de forma que nuestras frentes quedaron pegadas.

Su respiración estaba entrecortada y sus ojos brillaban con un deseo que nunca antes había visto.

-Eres preciosa-susurró.

Se me aceleró el corazón con esas dos simples palabras y uní mis labios a los suyos a la vez que un gran deseo invadía mi cuerpo, lo deseaba a él.

Le acaricie el torso desnudo y el se estremeció y se separó de mi como si le hubiera dado un calambre.

-N..no puedo-susurró para si

Yo lo miré extrañada, intentando entender que acababa de pasar.

-¿Que no puedes que?-le pregunté

Él me miró con los ojos brillantes.

-Tenerte aquí, tan cerca de mi y no..

Se interrumpió y se dejó caer en el suelo

-¿Y no que?-le insté a seguir hablando 

-Y no llegar a más-dijo al fin

El corazón se me aceleró hasta el punto de que creí que se me iba a salir del pecho y estaba segura de que él podía oír mis latidos desde donde estaba.

A pesar de todos los besos y de las caricias no había querido pensar en llegar a hacer algo más, pero era obvio que él si y que el hecho de estar los dos todo el día a solas en su casa no ayudaba mucho, solo hacía que sus ganas crecieran.

Me sentí mal, él me gustaba, pero no estaba preparada para dar ese paso todavía, sabía que él me respetaría, que me esperaría hasta que estuviera preparada pero ahora mismo necesitaba que me diera el aire.

Me vestí y salí de su casa para ir a dar un paseo, él no me detuvo, ni me preguntó a donde iba, solo se quedó en el suelo abrazándose las rodillas, como si eso mantuviera a raya las ganas de levantarse e ir a donde estaba yo cambiándome.

En cuanto salí de ahí llamé a Álex, necesitaba verle, no podía explicar el por qué, pero necesitaba su apoyo en esos momentos.

Quedamos en vernos en un parque cercano a la casa de Ty, pero mientras esperaba a que llegara vi algo que me sorprendió mucho, era Ana, el ama de llaves. Creía que estaría en la boda de mi padre, pero ahí estaba, sentada sola en un banco y llorando.

Me acerque intrigada a preguntarle que pasaba, pero unos brazos me rodearon y no me dejaron avanzar.

-Hola hermanita-susurró su voz en mi oído.

Me giré para mirarle a los ojos, pero no eran los de Álex, no eran verdes, eran marrón oscuro y sin embargo era el, mi hermanastro.

-¿Que te has hecho en los ojos?-pregunté extrañada y curiosa

Él se encogió de hombros.

-Me apetecía un cambio

En ese momento me dio una idea, analicé mis puntas del pelo rubias con los dedos y me giré hacia Álex.

-Si tu quieres-dijo leyéndome la mente.

Nos dirigimos hacia una peluquería y por suerte estaba vacía y accedieron a atenderme al momento, le sonreí agradecida a la peluquera y le dije que era exactamente lo que quería y procedió a hacerlo.

Cuando acabó me miré al espejo sorprendida, no me reconocía.

Me habían cortado el pelo, antes me llegaba a la cintura, ahora era un palmo mas corto y ya no lo tenía rubio como mi padre, sino que era de un negro azabache acabado en puntas azules.

Sin embargo me gustaba, estaba diferente pero me quedaba bien.

-Estas preciosa-me dijo Álex al salir de la peluquería.

Yo me sonrojé y clavé la vista en el suelo avergonzada.

Él me cogió de la barbilla e hizo que le mirara a los ojos, yo busqué ese verde que tanto me gustaba pero no lo encontré, con esas lentillas no veía el brillo de sus ojos y me molestó.

-Me encanta el azul de tus ojos-susurró

Desvié la vista incómoda, no sabía aceptar los cumplidos 

Cuando volví a mirarle a los ojos vi que se estaba inclinando hacia mi, sin saber porque mis latidos se dispararon y entreabrí los labios, a la espera de que se juntaran con los míos.

Fue apenas un roce, enseguida se separó y clavó la vista al frente, echando a andar sin esperarme.

Se perdió tras una esquina pero no le seguí, estaba confusa

¿que acababa de pasar?

Negué con la cabeza y me encaminé de vuelta a casa de Ty.

Cuando llegué me di cuenta de que el no estaba, lo preferí, estaba muy confusa en ese momento y me alegraba poder tener unos minutos de paz para mi misma y poder pensar en lo que había pasado.

Había sido muy raro, pero deseé que hubiera profundizado el beso.

Era mi hermanastro si, pero no podía negar que sentía algo por él, y esa tarde lo había confirmado, lo que no sabía era el porque Álex me había besado, quería pensar que era porque él también sentía algo por mi pero no lo veía claro.

Sin darme cuenta me quedé dormida y no pude dejar de pensar en él.

HERMANASTRO ERES UN IDIOTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora