cap 18

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Cuando me desperté al día siguiente Álex ya no se encontraba junto a mi y deduje que habría bajado a desayunar.

En las escaleras me crucé con Juan, que, en vez de apartarse, me dio un empujón con el hombro que me desestabilizó, le fulmine con la mirada y seguí mi camino , de mal humor. 

Cuando llegué a la cocina Álex y Marc ya estaban sentados y casi acabando de desayunar, me senté yo también y Ana me puso el desayuno, unos huevos con beicon que deboré enseguida, muerta de hambre. 

Ayudé a Ana a limpiar los platos del desayuno y me lo agradeció con una sonrisa.

-Creía que os llevabais mal-me dijo señalando a Álex con la cabeza.

Yo me encogí de hombros un poco avergonzada

-Las cosas cambian

Ella negó con la cabeza

-No tanto querida, no tanto-sus palabras destilaban amagura

-Pues las cosas si que han cambiado Ana, hemos pasado de odiarnos y no poder ni vernos sin pelearnos a no poder estar el uno sin el otro.

Ella se sorprendió de la agresividad de mis palabras

-Solo digo que antes de hacer o tener nada con él te asegures de que sus sentimientos son totalmente sinceros. Te quiero como a una hija ya lo sabes y no me gustaría para nada que alguien te hiciera daño.

-Gracias Ana, enserio, pero estoy bien y se que es sincero cuando dice que me quiere

-Un momento, ¡¿Te ha dicho que te quiere!?

-Bueno si..-confesé agachando la cabeza, subittamente muerta de vergüenza

Ella abrió los ojos como platos a la vez que en su cara se iba dibujando una sonrisilla malévola.

-¿Y tu le has creído?

La miré molesta, ¿que si le había creído?¿Por que no le iba a creer?

-Solo digo-dijo como si me leyera la mente-que las dos sabemos como son los chicos como Álex y tu eres una chica lista, se que no te dejarías dañar por un chico.

-Mamá-Juan interrumpió nuestra conversación y se acercó a su madre para susurrarle algo en el oído para que yo no lo pudiera escuchar.

Miré hacia otro lado y clavé mi mirada en el grifo del fregadero y en la gota q temblaba a punto de caerse.

Cuando volví a mirarlos descubrí que Ana había desaparecido, solo estaba Juan, ahí de pie taladrándome con su intensa mirada azul. Me sentí incómoda enseguida y traté de pasar por su lado para salir de ahí y poder huir de él.

Pero cuando iba a pasar por su lado se interpuso y no me dejó pasar.

-Juan porfavor déjame pasar, deja de hacer el tonto.

-¿El tonto?-su voz grave fue como un látigo en el corazón, hacía meses que no oía esa voz que tanto me marcó-solo quería hablar contigo

Hizo un puchero y yo aparté la vista enseguida. Sabía lo que pretendía, no le bastó con la última vez, estaba intentando volver a jugar conmigo pero esta vez no lo iba a permitir, fui muy ingenua la última vez, pero había aprendido, ya no era la de antes, no iba a volver a caer en sus brazos como una tonta.

Le aparté de malas maneras.

-Pues yo no quiero hablar contigo-dije y me fui.

No intentó seguirme y enseguida llegué a mi cuarto.

Nada más sentarme al escritorio alguien tocó mi puerta, me levanté hecha una furia, suponiendo que era Juan.

-¡¿Ahora que quieres!? ¡Déjame en paz ya!

-Uy uy, creo que alguien acaba de tener una bronca con mi hermano

Era Marc, le pedí disculpas enseguida y el se rió y no le dio la más mínima importancia.

-Tranquila, te entiendo, mi hermano saca de quicio a todo el mundo

Le sonreí y le invité a pasar a mi habitación

-¿y dime como es eso que tenéis la casa sola durante tanto tiempo?

Procedí a contarle toda la historia de mi padre y de Sabrina

-buf, ¿y ahora está embarazada? eso no te hará mucha gracia

-Ninguna créeme

-¿Ya sabéis que haréis cundo vuelvan vuestros padres? supongo que no os quedaréis aquí si las cosas están así, al menos yo no querría quedarme.

Me encogí de hombros, realmente nunca lo había pensado, suponía que nuestros padres acabarían perdonandonos y seguiríamos viviendo aquí pero ahora que lo pensaba si nuestros padres estaban muy enfadados alomejor no nos dejarían seguir viviendo aquí.

-Bueno tu no tienes que preocuparte, eres menor, tienes que vivir con tus padres, en cambio Álex es otro caso, el si es mayor de edad, podrían echarlo perfectamente

-¿Tu crees que nuestros padres serían capaces de echarlo? Vale que ha hecho muchas de las suyas, pero su madre en el fondo le quiere, dudo mucho que sea capaz de echarle.

-Por su bien espero que tengas razón, pero aún así yo de él le pediría perdón a vuestros padres en cuanto vuelvan de la luna de miel, aunque al final no sirva de nada, al menos lo habrá intentado.

Estaba de acuerdo con él, le diría a Álex que les pidiera perdón, y yo también lo haría, puede que yo no me llevara tan mal con mi padre que él con Sabrina, pero aún así me gustaría que la relación con mi padre mejorara de una vez, estaba harta de estar tan mal con él, desde que murieron mi madre y mi hermano la relación con él iba cada vez peor.

-Bueno, tengo que hacer deberes,-anunció Marc- luego si quieres vemos juntos alguna serie o alguna película y me acabas de poner al día que estoy seguro de que aún tienes cosas que contarme.

Río y se fue de mi habitación, no sin antes darme un abrazo de despedida.

Aproveché para buscar a Álex y comentarle lo de pedirle perdón a nuestros padres

Lo encontré sentado en el borde de la piscina con los vaqueros remangados y las piernas dentro de la piscina. Tenía la vista clavada en el reflejo del agua y parecía perdido en sus pensamientos.

Me acerqué lentamente a él y se sobresaltó al verme reflejada en el agua

-¿En que estabas pensando?-pregunté sentándome junto a él.

-Nada-se frotó los ojos y siguió con la vista clavada en el agua-me he quedado empanado

-¿Seguro?-lo veía raro.

Por fin me miró a los ojos y tenía el  ceño fruncido.

-No se-había agresividad en su voz, cosa que me sorprendió muchísimo

-¿Álex que te pasa?

Él se levantó y me dio la espalda.

-Pregúntale a Juan o como se llame

Y dicho esto se fue adentro y segundos después oí como se cerraba la puerta principal.

Corrí adentro en pos de Álex pero ya se había ido, así que fui a buscar a Juan para decirle cuatro cosas.

HERMANASTRO ERES UN IDIOTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora