Capitulo 1: Escape

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Los pequeños príncipes leían en su cuarto el antiguo libro de leyendas. Su madre jugaba con ellos y dramatizaba la historia de la caída de los dioses.

Neptuno: Ese es papá?

Oceano: Si, el destronó al antiguo rey y nos trajo paz.

Ky: Quienes son esos que están atrás?

Oceano: Ellos son dioses, hermosas criaturas muy poderosas.

La reina notó como su hijo mayor se mantenía silencioso y pasivo mientras escribía algo en un papel. Su silencio le incomodó ya que su hijo mayor siempre tenía una gran sonrisa en su cara.

Oceano: Atlas? Te sientes bien, mi cielo?

El niño se mantuvo escribiendo en silencio. La reina le restó importancia y continuo jugando con los más pequeños.

Neptuno: Atlas, podemos jugar?

Atlas: No - Respondió escondiendo su papel.

Oceano: Dejame mirar ese papel.

Atlas: No...

Oceano: Vamos cariño, me gustaría ver lo que tienes escrito.

El niño volteó el papel y al la reina leerlo retrocedió asustada. La carta no parecía escrita por un niño, era una carta revelando el futuro del rey. Un futuro sangriento y doloroso.

La reina tomó el papel y lo llevó a su marido, él lo observó, su cara seria cambió a una muy enfurecida. El pequeño Atlas seguía en su habitación escribiendo cuando su padre entró y lo tomó por su delicado cabello rizado.

Atlas comenzó a llorar mientras su padre lo arrastraba al oscuro cuarto debajo del palacio.

Kyro: Aprenderás a la fuerza...

El pequeño niño continuaba llorando y gritando. Luego de que su padre le diera repetidas veces con el látigo el llanto del pequeño Atlas cesó. Ya que estaba inconsciente. El rey volvió al palacio y comenzó a jugar con sus hijos.

Oceano: Donde está Atlas?

Kyro: Esa cosa está donde pertenece.

Oceano: Le dices cosa a nuestro hijo?!

Kyro: No es mi hijo, maldigo el día en el que permití que fueras al Reino Mortal.

Oceano: Yo jamás haría una cosa así!

Kyro: Dile eso a tu "amante".

Neptuno: Papá! Vienes a jugar?

Kyro: Si! Y miren lo que les traje.

El rey tomó de una canasta un gran caballito de madera. Los niños rápidamente comenzaron a jugar. Durante horas los niños no preguntaron por su hermano mayor. La reina al no ver a su hijo alertó a todas las criadas y comenzaron a buscar al príncipe.

La criada encargada de limpiar los calabozos cansada de ver a la reina llorar por su hijo rompió la promesa que le había hecho al rey y le dijo donde estaba su hijo.

Criada: Madame, S-su hijo está en un calabozo, el rey le azotó. Si desea le acompaño.

Oceano: Que los dioses la acompañen. Acompañeme.

Al llegar al lugar donde se encontraba el príncipe la reina lo tomó en sus brazos y vio como las heridas marcaban su delicada piel.

Criada: Madame, Creo que el rey se acerca.

Unas pisadas comenzaron a oírse y cada vez eran más y más fuertes. La reina se puso de pie y comenzó a caminar hacia una de las salidas secretas que daba hacia el bosque. Al llegar a la puerta escuchó a la criada gritar por piedad. El grito fue interrumpido por el sonido de una espada cortando la carne y la sangre que caía en la pared.

La reina cerró la puerta y corrió lo más rápido que pudo hacia el bosque perdiéndose en la oscuridad de la noche.

Dioses de OlympiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora