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- Doctora Taki... m-me esta... asfixiando... 

Yusaku observaba como Ryoken era abrazado por la mujer que era su hermana mientras servía el té al otro hombre de tez morena y cabello azul-violeta al igual que su barba a la vez que el tercer hombre de cabello esponjo verde estaba examinando a la asistente de cocina como siempre hacía cuando llegaban de visita. 

- Lo siento, no puedo evitarlo, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vimos - decía la mujer de cabello rojo aun abrazando a Ryoken - parece que Yusaku-kun te cuida muy bien, aunque también deberías hacer un poco de ejercicio, comienzas a engordar, así no vas a conseguir novia.

- Doctora Taki - gruño Ryoken con un notorio sonrojo en su rostro. 

- Perdón... olvide que quieres casarte con Yusaku-kun.

Aquel comentario hizo que Ryoken se sonrojara por completo, miro a Yusaku que continuaba con una expresión neutral sirviendo el té a los invitados.

- ¡Te-tenia 11 años! ¡No lo decía en serio! - se excuso por fin soltandose del agarre de la mujer que consideraba su hermana. 

Fausto notó como el Android soportaba las ganas de reír ante las actuaciones de la doctora de cabellos pelirrojos y su dueño de cabello blanco. Fausto y Kyoko conocían a Yusaku desde el primer día que este llego a la mansión Kogami. A pesar que este aun conservaba la apariencia de un joven adulto, sabía que habían muchas cosas que habían cambiado en Yusaku. 

- Ryoken se vería muy lindo con un vestido blanco, ¿no crees, Yusaku? - pregunto Kyoko mirando al Android. 

- ¡Kyoko! - exclamo Ryoken totalmente rojo.

- Si, un vestido de encaje ajustado quedará perfecto para el cuerpo de Ryoken - respondió Yusaku con una pequeña sonrisa mirando a Ryoken. 

Ryoken miraba entre sonrojado y molesto a su Android que solo sonreía de forma tranquila parado al lado de sus hermanos. 

No negaría que extrañaba a sus hermanos, pero cada vez que llegaban aquellas conversaciones eran lo primero que surgía, logro quitarse de encima a Kyoko y fue a buscar aquellos documentos por los que sus hermanos habían llegado a visitarlo. Por otro lado, Kyoko veía con una leve sonrisa al Android que se encontraba frente suya. 

- Gracias por cuidar de Ryoken, Yusaku - volvió a hablar Kyoko con una sonrisa - haces un gran trabajo... no cualquiera soportaría cuidar de alguien tan lindo y caprichoso como Ryoken. 

- Fue la ultima voluntad del doctor Kogami - respondió Yusaku.

- Pero... ya no lo haces por las ordenes del profesor ¿cierto?

- No sé de lo que habla, Taki-sensei...

- No tienes que fingir con nosotros, Yusaku - hablo Fausto - sabemos cómo te sientes... siempre lo hemos sabido. Por eso... te pido que tengas cuidado... puedes estar en peligro. 

- No me sorprendería que con las ultimas noticias acerca de los Androides comiencen a eliminarlos - hablo Gerome tomando algo de té - eres un modelo antiguo, Yusaku-san... 

- Agradezco su preocupación - suspiro Yusaku interrumpiendo a Gerome - pero... realmente no sé de lo que hablan. 

Kyoko no insistió. Soltó un suspiro mirando de nuevo a Yusaku, no iba a decir más, pero esperaba que aquel Android y el chico al que consideraba su hermano menor pudieran ser felices juntos... 

Continuará...

¿Relleno? ¿Quien dijo relleno? 

L.O.V.EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora