Chocolate

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La cocina era un desastre de cazuelas manchadas y tarros tirados por todos lados, había harina por el suelo, por la encimera y por las paredes. Las cucharas manchadas se acumulaban en el fregadero.

— ¿Que demonios haces?— preguntó con curiosidad Levi entrando en la cocina. – Parece que haya pasado una tormenta por aquí.

— Bizcocho de chocolate,— contestó dándose la vuelta con un bol que batía rítmicamente entre sus manos.

Levi se acercó a ella y le pasó el dedo por la nariz y se lo llevó a la boca.

— Tienes chocolate por toda la cara — apuntó entornando los ojos.

Ella metió el dedo en el bote de chocolate derretido y se lo restregó a Levi por la mejilla.

— Ahora tú también — contestó sonriendo con entusiasmo.

— Hans...— dijo canturreando su nombre.—No empieces una guerra que no puedes ganar.

— ¿Qué te apuestas? – preguntó sonriendo con malicia.

— No juegues con fuego, Cuatro ojos— dijo mientras la agarraba de la cintura y la atraía hasta él. – Soy mas ágil , mas fuerte ...

— Pero no mas rápido —contestó pasando el dedo manchado de chocolate por su cuello y besándolo a continuación.

— No hagas esto — susurró Levi en su oído mientras ella se comía el chocolate. — Es una cochinada. 

Hange se apartó un poco mientras se lamia el chocolate del dedo y se encogió de hombros con picardía.

— Pues no me provoques – replicó simplemente apoyándose en la encimera.

Levi metió la mano en el bol y se la restregó desde el cuello hasta el pecho. La miró con lujuria mientras ella se reía y se echaba hacia atrás intentando esquivarle. La cogió de la cintura subiéndola sobre la encimera de colocó entre sus piernas.

— Ahora es mi turno – dijo mientras le besaba el cuello lentamente lamiendo todo el chocolate que tenía sobre la piel. 

Se estremeció y le pasó las manos alrededor del cuello mientras sentía los dedos de Levi recorrer su espalda con suavidad. Recorriendo con las manos su cuerpo subiendo desde el ombligo a los pechos, manchando la camisa de chocolate. 

— Está camisa tiene muchos botones... – susurró mientras iba soltando cada uno de ellos y con cuidado la dejaba caer de sus hombros, acariciando la piel de sus hombros, — ¿Quieres acabar conmigo?

— ¿ Yo? – preguntó apoyando su cabeza en el pecho de Levi por un momento. —Tu camisa tiene muchos más ... — dijo aflojando su bufanda y tirando de ella haciendo que se acercara para poder besarlo mientras él la sostenía de la cintura. — ¿Quién acaba con quien?

Levi soltó su cintura y  extendiendo sus brazos dejó que ella deslizara sus manos por su pecho desabrochando botón a botón.  Mordió su labio y poniendo las manos en su cadera  lo atrajo hacía ella y comenzó a besarle el pecho.

— Eres mala,— murmuró apartando su pelo y besándole la nuca.  

—  Castigame entonces, Capi  — replicó ella riéndose con suavidad, dándole un pequeño mordisco. 

...

Las cosas que no molestanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora