mas levihan después del 129
Muchas gracias a todas por vuestras palabras!
Un explosión en la distancia y él permanecía en la total oscuridad. Una oscuridad que lo devoraba que lo dejaba atrás.
Todos estaban luchando, sus amigos, sus aliados y sus enemigos.
Ya no tenía claro en qué bando estaba, que era lo correcto.
Ya no sabía quién tenía la razón.
Sólo sabía que no podía luchar. Que era inútil.
Inútil cuando más falta hacía. Cuando el mundo se estaba derrumban do a su alrededor. Cuando los que creía sus enemigos luchaban por salvar sus vidas.
Cuando sus antiguos compadres querían verlos muertos, porque los consideraban traidores.
Inútil cuando la gente que le importaba estaba jugándose la vida.
Inútil en el peor de los momentos.
Y en el más terrible de los silencios. En el más terrible de los vacíos.
Nunca había sentido más miedo. Ni cuando había mirado a los ojos de la muerte. Ni en ninguna de las veces que había luchado.
Ningún titán, ningún monstruo, ningún ser humano le había provocado tanto pavor como aquel silencio, aquel desconocimiento.
¿Volverán todos? ¿Volverá ella?
Si no regresaba, si se había ido para no volver...
Si no le había dicho todo lo que quería decirle...
Si iba a estar alli, sentado en un camarote vacío...
Solo otra vez.
Solo con su dolor... Incapaz de coger una espada y defender todo aquello en lo que creía, todo aquello que le importaba.
¿De que servía el soldado más fuerte de la humanidad si no era capaz de mantenerse en pie por el mismo?
La puerta se abrió de golpe.
Hanji cruzó el umbral, cubierta de sangre, con la cara desencajada, temblando como una hoja en un vendaval.
-Levi- murmuró en un susurro.
Su corazón dejó de latir. ¿ Estaba herida? ¿ La habían hecho daño?
- Hay sangre por todas partes- dijo incapaz de apartar la vista de ella.
- No es mía, no es ... Yo, lo que he hecho... No es mía, eran nuestros soldados...Levi...eran nuestros aliados...
- Hans...
- Creo que Shadis ha muerto.- le interrumpió.
No se había movido de la puerta, y él solo quería levantarse y abrazarla y besarla y gritar y agradecer que había vuelto a él.
Pero no podía, porque era inútil.
-Hans- repitió muy despacio. - Acercate. Por favor...
Aquello sonó como una súplica desesperada.
Sus ojos, sus enormes ojos marrones, se llenaron de lágrimas. Pero sonrió, como siempre hacía, a pesar de todo.
Dio un par de pasos hacia él y se sentó a su lado en la cama.
- He vuelto...- susurró apoyando la cabeza con mucho cuidado en su hombro.
- Quiero luchar, Hanji, no quiero ser inútil, no quiero esperar aquí sin saber lo que pasa, sin saber...- Llenó sus pulmones de aire. - Si el mundo se va a acabar quiero estar ahí, quiero estar contigo.
- Estas conmigo ahora,- replicó ella sujetando su mano.
- Sin luchar no soy nada- contestó enfadado. - No soy nada sin un arma en mi mano, solo un inútil"
- NO- replicó furiosa. - Eres mi razón para volver. Mi razón para seguir.
- Joder Hanji esto es injusto.
- Lo se.
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Las cosas que no molestan
أدب الهواةPequeñas historias de día a día. Sin orden cronológico. Citas, confesiones, celos, miedos...