Fiebre

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Our Child

Capítulo Cinco: Fiebre

La venganza nunca se había alejado de la mente de Erik. A pesar de las consecuencias que le dejó el asesinato a sangre fría de Shaw, Magneto no se arrepintió y sentía una cruel alegría al recordar que había hecho pagar al nazi que le había robado sus padres y su infancia. A pesar de regresar años más tarde con Charles, a pesar de enterarse después de que serían padres, a pesar de haber elegido al telépata para pasar el resto de su vida, Erik no cedió a su impulso vengativo. Por eso, cuando Charles atravesaba la recta final del embarazo y se enteraron de que ese grupo de hombres había asesinado a golpes a un par de mutantes solo por ser eso, mutantes, Magneto no pudo contener la furia y decidió hacerles pagar. Charles trató de impedírselo primero razonando, luego sujetándolo y así le había ido.

Hoy Erik cargaba con un remordimiento que le había quitado tres años de su vida, pensaba que era justo porque Charles había perdido la suya por su culpa, y ahora que un niño inocente como David, su propio hijo, se lo reclamara era demasiado angustiante.

Erik seguía pagando las consecuencias de su accionar pero esta vez la cuenta había sido muy alta.

Con la mirada transformada por la tristeza, entró en la mansión y subió hacia la habitación de David. Abrió la puerta y se recargó en el umbral. Entre Peter y Scott le habían quitado la ropa mojada y lo habían envuelto en una manta. Sentado en la punta de la cama, Scott lo estaba abrazando y masajeando para darle calor. El niño lloraba por la fiebre.

Peter le pidió a Magneto que le cediera el paso para salir. Quería bajar para llamar por teléfono al pediatra. Erik se hizo a un lado y entró, manteniéndose a metros del lecho. El corazón se le partía al ver a su pequeño sufrir así pero no se animaba a acercársele para no alterarlo más.

Scott levantó su mirada hacia él.

-¿Podrías pasarme ese vaso con agua? Tiene los labios resecos.

Erik se acercó con el vaso y le acarició la cabecita humedecida. David tenía el rostro sepultado en el hombro de Scott y seguía gimiendo. Su padre no se atrevió a hablarle pero se inclinó para besarle el pelo. La desolación e impotencia de Erik hicieron que el joven se conmoviera.

-Siéntate – le pidió, indicándole un espacio en el colchón.

Pero Magneto prefirió alejarse hacia la cómoda. No soportaría que David llorará con más angustia al notar su presencia y, menos, que le reclamara nuevamente por Charles.

Scott apartó apenas al niño de su hombro y le ubicó el vaso entre los labios. David dio algunos sorbitos en medio del llanto.

-¿Te sientes mejor? – le preguntó.

-No – respondió el pequeño y volvió a esconder la cabeza contra su hombro.

Recargado contra la cómoda, Erik se pasó la mano por la cara. Sufría tanto como su hijo y el no poder hacer nada lo llenaba de angustia. Podía sentir cuánto David necesitaba a Charles y lloró con más remordimiento.

......................

Peter bajó rápido y fue hasta el teléfono que colgaba de la pared del comedor para hacer la llamada. El médico se encontraba en su casa y le dio algunas indicaciones para bajar la fiebre. También le prometió que llegaría a la mansión en un par de horas para atenderlo. Peter colgó el teléfono más tranquilo.

Logan estaba sentado a la mesa con una botella de whisky abierta. Terminó de beber el vaso y se sirvió más.

-Fue mi culpa, mocoso, ¿lo sabes? – soltó con tristeza.

Our Child (Cherik y  Wolversilver)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora