Capítulo 26

903 85 3
                                    

Pov Emma
El tiempo había pasado demasiado rápido. En unos días cumpliría 37 semanas. Por lo mismo, mi vientre ya era completamente redondo. Regina decía que era un balón de fútbol. Había dejado de trabajar desde que cumplí los siete meses por ordenes médicas, aunque fue más por órdenes de mi amada. En estos tiempos, no me dejaba para nada sola y consentía demasiado, de lo cual no me quejaba.
—¡El desayuno está listo!—tan rápido como mi vientre me lo permitió, baje para tener el desayuno con Mi esposa e hijo
—Buenos días mi reina—dije dejándole un pequeño beso
—Buenos días patito—puso su mano en mi vientre—¿cómo están mis amores? —inmediatamente Regina hablaba, la bebé empezaba a moverse
—Felices ahora que te escuchamos
—Hoy no tengo tantas cosas en la alcaldía así que puede que regrese temprano
—Eso me encantaría—todos desayunamos juntos y en cuanto fue la hora, Regina se fue junto con Henry. Inmediatamente, subí a la recámara y tomé una ducha. Cogí ropa cómoda y le di a mi cabello la forma de un moño despeinado. Después entré a la oficina de Regina, que ahora era más mía que suya, y empecé a revisar todos los papeles que mi padre había traído el día anterior. Al cabo de unas horas el papeleo ya estaba hecho y no pasaron ni cinco minutos cuando Regina llegó
—Hola amor—dije dándole un pico—¿cómo te fue en el trabajo?
—Bastante bien ¿y tú? ¿Terminaste el papeleo?—asentí—perfecto, se lo llevaré a David mañana ¿cómo van las contracciones?—hace unas semanas que había empezado a sentirlas
—Bien, vienen sólo por algunos minutos pero el agua ayuda bastante
—Me alegro, tu padre recogerá a Henry entonces...¿Qué te parece si nosotras disfrutamos de la tarde?
—Me parece muy buena idea—
Regina decidió que una ensalada César sería buena idea pero nos faltaban algunas cosas así que en lo que ella preparaba lo necesario yo iría a comprarlas, me costó algo que quisiera dejar que fuera pero después de todo, caminar me hacía bien. En la tienda cogí el tomate, champiñones, naranja y manzanas regresando en poco menos de media hora. Había sentido una que otra contracción pero nada molesto. Después de comer le pedí a Regina que fuéramos por un helado y no pudo negármelo.
Menta con chispas de chocolate y vainilla; los sabores que siempre pedíamos. Por último, realizamos una parada en casa de mis padres para recoger a Henry
—¿Qué quieres de cenar peque?
—¡Panqueques!
—Entonces panqueques serán—
Empecé a mezclar la leche y la harina agregando todos los demás ingredientes poco a poco, fue entonces cuando Regina me pidió que subiera con Henry para que se bañara. Mientras Regina terminaba, ayudé a Henry a alistarse para dormir y en cuanto todo estuvo listo
luego de cenar, decidimos ver una película
—¿After all this time?
—Always—habíamos decidido sólo ver la primera pero terminamos viendo cinco siendo así demasiado tarde para dormir
*****
—¡Demonios!—desperté el salto que Regina dio de la cama—¡Me he quedado dormida! Tengo que apurarme
—Buenos días amor, tranquila aún es buena hora—dije y empecé a besarla y aunque ella intentaba resistirse, no podía
—Emma ya es tarde, tengo que apurarme—se separó y empezó a juntar su ropa. Fue entonces cuando todo pasó
—Regina...
—No Emma, en serio tengo que apurarme
—Pero...
—Emma, ya es tarde y si no...
—¡Regina! ¡He roto aguas!

Contra Todas Las AdversidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora