Coqueteo y acoso

8.5K 684 803
                                    

Hola a todos, aquí va la segunda parte del capítulo.

Espero que les este gustando y cualquier sugerencia que puedan dejarme será bienvenida, ya que solo escribo como pasatiempo.

Saludos

Luego del "acoso" que había sufrido Kirishima en la sala de reuniones, fue presentado al resto del equipo de trabajo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Luego del "acoso" que había sufrido Kirishima en la sala de reuniones, fue presentado al resto del equipo de trabajo.

Se hacían llamar el "Bakugou squad". Estaba compuesto por Kaminari Denki, Sero Hanta y Mina Ashido, todos ellos de edades similares, y descritos por su superior como el trío de idiotas.

Todos ellos, más un total de 5 técnicos de análisis de sistemas, era los que componían el área de desarrollo informático del piso quince. Kirishima fue acogido rápidamente por ellos. Ya sea por su carisma o su brillante sonrisa, logró incorporarse bien al equipo luego de un par de semanas.

Bakugou miraba todos los días ansioso al novato. Él era el único omega en el piso 15, mientras que Kirishima el único alfa. Al principio no creyó en ninguna palabra que le había dicho el pelirrojo, pero con el tiempo lo entendió: el hijo de puta era inmune a él y a sus feromonas de omega, y eso al rubio lo calentaba y enfurecía más y más con el pasar de los días.

Lo quería para él.

Kirishima sentía la presión hacia su persona cada vez que su jefe lo miraba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kirishima sentía la presión hacia su persona cada vez que su jefe lo miraba. De vez en cuando, sentía cómo el rubio lo desnudaba con la mirada. Entendía que lo estaba acosando, pero él lo encontraba de los más adorable.

Le había dicho Bakugou que ahora estaban saliendo, pero el pelirrojo no terminaba que convencerse de aquello. Dudaba si tenía que tomar la iniciativa e invitarlo a alguna especie de cita, pero el gran problema que tenía era que no lo conocía.

Pasó todo el fin de semana planeando la cita perfecta, o al menos perfecta para él. Su jefe era inteligente, elegante, y tenía una presencia imponente, por lo que pensó en hacer una reserva en un restaurante italiano con buenas referencias. Pediría pasta y una botella de vino tinto, y comerían a la luz de las velas. Darían un paseo por el parque, en medio de la noche, solo iluminado por las farolas, le diría lo atractivo que es. Luego lo iría a dejar a su casa (como todo un hombre que era), y cerrarían la velada con un beso.

Be My Alpha!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora