Último

6.9K 566 376
                                    

Su ahora omega se encontraba cómodamente durmiendo en su pecho, respirando tranquilo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Su ahora omega se encontraba cómodamente durmiendo en su pecho, respirando tranquilo. Con su mano libre, el pelirrojo acariciaba las suaves e indomables hebras doradas mientras lo miraba embelesado. Su preciosa pieza de arte entre sus brazos se sentía como un sueño, pero ¿Qué había cambiado ahora? Era esa conexión profunda, una misteriosa energía que salía de su pecho y lo conectaba con el hombre a su lado. Lo procesaba como algo correcto, algo increíblemente cálido y se sentía increíblemente bien. Era simplemente indescriptible. 

Lo amaba, y lo amaba tanto. 

Le dedicó una última mirada para cerciorarse de que aún dormía profundamente. Cogió su celular que estaba en la mesita de noche y comenzó a navegar por la web, buscando sobre algo que nunca le había interesando antes y eso era el celo de los omegas. Prefería admitir que desconocía de un tema y averiguar de aquello, antes de lastimar a Bakugou. 

El rubio cenizo despertó y observó en silencio el rostro del pelirrojo, que brillaba por el aparato entre sus dedos. Se molestó ¿Por qué no le estaba poniendo atención? No se convertiría ahora en un omega sumiso ahora que estaba marcado. Ahora nada ni nadie lo separaría de su alfa ahora. Era suyo y solo suyo. Y tendría que enseñarle al pelirrojo a respetarlo. Soltó un gruñido, abrazando con fuerza al hombre a su lado. Se descargó mordiendo fuerte la porción de piel mas cercana que tuvo a su alcance. 

— ¡Ouch, Katsuki!— se quejó, dirigiendo su atención al rubio.— ¿Qué ocurre? 

— Nada.— enterró su rostro en su pecho, soltando un quejido de indignación. 

El alfa dejó su celular en la mesita de noche para envolver con sus brazos al egocéntrico rubio. Ya estaba acostumbrado a sus violentos arrebatos, no era algo nuevo para él. Besó su frente con delicadeza, sintiendo aún el dulce aroma a celo que irradiaba de su cuerpo, pero no lo suficientemente fuerte como para incitarlo para volverse travieso. 

— ¿Quieres comer algo?— escuchó un quejido, dando a entender su respuesta negativa. 

— Eijirou.— lo llamó. 

— ¿Mhn?— cerró sus ojos, relajándose por el cálido cuerpo a su lado. 

— Métemela.

—...... ¿No puedes ser mas romántico? 

El rubio se quedo pensando unos segundos. Lo miró directamente a los ojos y le dijo: 

— Ven a remojar la brocha. 

—....

El pelirrojo estalló de risa.   

— ¡Te pedí romántico, no vulgar!— abrazó mas fuerza al rubio, mientras que éste escondía su rostro entre las sábanas, apretando sus labios y sintiéndose avergonzado.— no te escondas. 

El pelirrojo se levantó en busca de algo de comer y, a regañadientes, lo siguió el rubio. Ambos se colocaron el pantalón del pijama para cubrir su propia desnudez. El alfa preparó un pequeño refrigerio para ambos, con unos emparedados y un bowl con fruta picada. El omega por otro lado abrazaba por detrás, pegando su pecho en la espalda de su amante, gruñendo en voz baja y pasando su nariz por la piel desnuda. 

Be My Alpha!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora