Chico triste, parte dos

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Comenzó una vez terminé la escuela e ingresé a la Universidad.

La primera vez que estuve en una relación, fue con un alfa bastante dominante y celoso. Como siempre fui independiente, no me molestaba con sus absurdas preocupaciones.

Y un día, luego de una discusión, recibí por primera vez un golpe por parte de él. Al principio, quedé en shock, no entendiendo lo que acababa de ocurrir. No le dirigí la palabra durante una semana. Me prometió que cambiaría, que no había sido su intención y que me amaba. Por supuesto, yo le creí.

—Pensaba...que si él no estaba conmigo, nadie me querría.— su miedo era justificado. Su madre alfa se lo repetía una y otra vez desde que era pequeño: su horrible actitud lo haría quedarse solo.

Y en una sociedad que te enseña que el alfa esta hecho para amar y el omega para recibir amor, tenía muy inserto en mi interior que algo estaba mal conmigo. Que si no era capaz de recibir aquél amor que ese maldito abusivo me daba, entonces era culpable de lo que ocurría. Pero la misma historia se repetía en un ciclo sin fin: discutíamos, me golpeaba, lo golpeaba de vuelta, me pedía perdón, decía que me amaba y volver a empezar desde el principio.

Una vez harto de todo, decidí romper. Y por muy extraño que suene, estuve bien con ello por algún tiempo. Evite, eso si, todo contacto con mi ex. Volví a salir con alfas otra vez, pero todos eran iguales.

Y con él último novio fue la peor experiencia.

Solía tomar anticonceptivos en aquella época ya que sabía que con mis celos irregulares había una posibilidad  mínima de un embarazo, así que comenté aquello con mi pareja y le ordené al maldito que usara condón. Solíamos discutir mucho y en muchas ocasiones llegamos a los golpes.

Ja. Siempre salía perdiendo.

Pero una parte de mí me decía que cambiaría. Que se convertiría en el amable sujeto que conocí alguna vez, pero no fue así. 

El alfa pensaba en Katsuki. Creía que siempre había sido fuerte. Con su personalidad, el omega no se dejaba pisotear por nadie. En múltiples ocasiones, vio personas agenas a su grupo de trabajo lo hacían menos por la condición de su segundo genero. Pero eso nunca lo había bajado y hundido. Supuso entonces, que todas las personas tienen una historia en sus espaldas.

Todo empeoró mas durante nuestro último año de ingeniería, cuando reprobó un ramo y la duración de la carrera se extendió un año más para él. Su intención era que yo tomara sus mismas asignaturas, para que me graduara al mismo tiempo que él.

Obviamente, lo mandé al aparato reproductor de su progenitora. No le gustó mi respuesta, evidentemente. Fue la primera vez que me golpeó hasta dejarme inconsciente. Y cuando recuperé la conciencia pues....

—Me había violado—Tragó saliva.

Eso era amor. Me repetía una y otra vez en la cabeza la frase que no me permitió salir del hoyo en el que estaba. Me hacía todas esas horribles cosas porque me amaba.

Pero fue ese único evento. Ese mínimo descuido para que me quedara esperando un bebé. 

Tenía un montón de personas diciéndome que era lo que tenía que hacer con mi vida a partir de ese momento: mi madre que me deshiciera de él o arruinaría mi vida; mi ex sugiriendo que me dejara marcar por él e iniciar una familia; y mis amigos diciéndome un montón de sandeces.

Pero el único que se preocupó de lo que realmente quería fue Deku.

—¿Qué piensas hacer, Kacchan?

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