Chico triste

5.4K 522 103
                                    

Cuando fue confirmado su genero secundario, le tomó a Katsuki apenas unos 10 minutos en asumir su realidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando fue confirmado su genero secundario, le tomó a Katsuki apenas unos 10 minutos en asumir su realidad. No era como si no le afectara ser un omega, mas bien, se instruyó sobre el tema como buen niño aplicado que era: observando sus debilidades y fortalezas, como debía protegerse de otros alfas, como se presentaban los celos, como debía alimentarse y cuidar de sí mismo. 

Porque a los 11 años, Bakugou se propuso que nada ni nadie lo detendría a obtener lo que quisiera. 

Era un omega llamativo: un carácter fuerte, inteligente, atlético, sin considerar la clásica figura delicada propia de su casta. Y por su carácter indomable, se convirtió para los alfas en una especie de trofeo inalcanzable. 

Ignoró a todo aquel alfa que intentara acercarse a él, muchas veces obteniendo el efecto contrario, teniéndolos apegados como sanguijuelas. Usualmente todo terminaba cuando Bakugou les daba una paliza. 

Fue cuando ingresó a la universidad donde finalmente comenzó a salir con sus pretendientes. Era conocido para él la naturaleza de los omegas, hechos para ser amados, cuidados y protegidos, por lo que una vez iniciaba la relación, recibía todo tipo de atenciones y muestras de afecto. Todo era color de rosa al principio, pero los problemas venían cuando intentaban someterlo de alguna manera.

No era el típico omega que se dejaba hacer. Más bien, su orgullo era herido cuando un alfa usaba fuerza contra él, muchas veces llegando a los golpes. La fuerte personalidad de Bakugou era siempre un problema para sus amantes. 

Un omega fuerte e inquebrantable, era algo que nunca nadie comprendería. 

Sus relaciones terminaban de forma abrupta, a duras penas durando un poco menos que un par de meses. Y fracaso tras fracaso, el rubio llegó a la dolorosa conclusión de que lo mejor era estar solo.

No era la gran cosa para él. Habían omegas que así lo decidían. Siguió su vida, sacó su carrera con honores. No estuvo ni un mes en casa de sus padres cuando fue llamado por la empresa de seguros médicos Endeavor, por una antigua amiga de su madre. Y simplemente aceptó el empleo. 

Consiguió ascender rápidamente hasta tener el cargo que tenía en la actualidad. Y fue ahí cuando lo conoció a Kirishima. 

Su destinado. 

¿Y como se sentía encontrar a tu destinado? Era como un destello. Un pequeño instante donde el tiempo se detiene, el mundo deja de rotar, y su corazón deja de bombear, haciendo que su cerebro deje de funcionar. Y solo por ese instante, su omega interior ve a los ojos a la persona ante él, como el reencuentro de dos amantes que pasaron mil años sin verse, añorando y deseando aquel momento. 

Al menos así se lo habría descrito su sensible padre. 

Pero el omega lo describiría una especie de explosión. Encontrar lo que llevabas esperando toda la vida. Con esto en mente, atrapó al pobre pelirrojo entre sus garras y, por su terquedad, no lo soltaría hasta el fin de sus días, aún si debía encerrarlo en algún lugar oscuro para que no escapara y que nada ni nadie lo viera. 

Be My Alpha!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora