A pesar de ser un alfa, Kirishima tenía en su interior cientos de inseguridades.
Todo cambiará cuando ingrese a trabajar a la compañía de seguros médicos Endeavor y conozca a su jefe Bakugo, un omega que no durará en coquetear ferozmente para conve...
(A propósito, alguien sabe como hacen esos separadores en los textos?)
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Kirishima despertó sorprendido y se reincorporó de golpe. Estaba recostado en una cama y en una habitación que no conocía. Había una pequeña luz encendida en la mesita de noche que daba una tenue iluminación, y la enorme ventana que daba hacía el cielo estrellado.
Sintió la puerta de la habitación abrirse. Se volteó y vió a Bakugou caminar hacía su dirección, tragó saliva con dificultad. Sólo iba vestido con una toalla en la parte inferior de su cuerpo.
Y a Kirishima casi le da un infarto.
Gotas de agua se adherían a la blanca piel del torso desnudo del rubio, las cuales brillaban por la tenue luz de la lámpara. Bakugou tenía una marcada cintura.
No pudo decir palabra alguna cuando Bakugou se sentó a su lado.
- Kirishima.- la voz susurrante de Katsuki sacó del trance al pelirrojo. Sus mejillas estaban sonrojadas, con una sonrisa maliciosa, sus ojos vidriosos por el deseo y jadeaba pesadamente por la excitación. No se había dando cuenta hasta ahora de lo que provocaba en Bakugou.
Y de lo atractivo que podía llegar a ser.
- J-jefe.
- Shhh.- lo hizo callar, poniéndole un dedo índice sobre los labios. Se inclinó para besarlo.
Y el pelirrojo se dejó hacer.
Correspondió el beso, el cual profundo, desesperado y cargado de deseo. Los brazos de Bakugou se aferraron al cuello de Kirishima con posesión, casi con demasiada fuerza, dejando en evidencia sus ansias por poseerlo.
Eijirou por el contrario, carició su espalda, lento, apreciando la suavidad de la piel blanca. Mordía con una leve presión los labios del rubio, haciendo que salieran quejidos que terminaban ahogados en sus bocas. Finalmente se separaron.
Kirishima estaba embobado por aquél beso, y Katsuki aprovecho de subirse sobre el pelirrojo, depositando su cuerpo sobre la cadera y dejando sus piernas lado a lado. Violentamente desabrochaba su pantalón, lo que hizo reaccionar al pelirrojo. Estaba a punto de meter sus dedos por debajo de su ropa interior.
- ¿Q-qué?.- sujetó las muñecas del rubio para detenerlo.
Katsuki le dirigió una mirada llena de furia al Eijirou. Comenzaron un forcejeo que no llevaba a ninguna parte. El rubio gruñía sonoro, en un intento de sacar todo el odio y frustración que podía. Todo su ser pedía ser llenado por el alfa, y no quería esperar más. Estaba dispuesto incluso a usar la violencia para lograr su objetivo.
