CAPÍTULO 1

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Termino de limpiar la mesa de estar. 

Ha sido un día largo, estoy agotada. 

Para ser personas de etiqueta y muy bien acomodadas económicamente, son sucios y desordenados. 

Me levanto y la señora Marianna entra a la gigante sala, puedo asegurar que es el tamaño de mi apartamento. 

- ¿Ya acabaste Ailey? - A la señora Marianna y su esposo Edik les he trabajado por dos meses limpiando su casa y hasta el momento han sido muy amables conmigo. 

- Si señora. - Ella mira a su alrededor y sonríe. Le gusta mi trabajo. Soy de las pocas personas que cuando hacen algo, lo hacen bien y no mediocremente. O eso me enseñó mamá. 

-Perfecto. Todo quedó perfecto como siempre- suspira- Ya puedes pasar a la oficina de mi esposo por tú dinero Ailey.

Perfecto. Espero hoy me de un poco más. Pues siempre me paga 20 dólares y la verdad, no me alcanza para pagar todo el alquiler del apartamento y mucho menos sostener a mi familia. Por ese motivo, mamá, a pesar de su enfermedad en los huesos, trabaja en otras mansiones haciendo la limpieza. 

Entre las dos nos sostenemos. Entre las dos nos apoyamos. 

Me levanto y camino hacia la oficina acomodando mi uniforme. Golpeo dos veces la puerta. 

-Entra Ailey - Abro y entro a la oficina, cerrando la puerta tras de mi. - Me dijo mi esposa que hiciste un gran trabajo. 

- Traté de hacer lo mejor que pude señor - Le sonrío y me acerco a su escritorio. El saca de su bolsillo una enorme cantidad de dinero, para contarlo y solo darme 25 dólares. Al menos, 5 dólares de más. 

-Toma. 

-Muchísimas gracias señor. Que tenga una buena semana. - Doy media vuelta para irme, pues aún me queda otra enorme mansión por arreglar. 

-Espera, quería comentarte algo. - Me detengo y me devuelvo. 

-Si señor, dígame. 

- Sé que necesitas mas dinero para ti y tu familia, pero no puedo ofrecerte un empleo fijo. - Me mira, pero presiento que será algo malo lo que va a decirme. - Un amigo, es como mi hermano, necesita a una empleada como tú. Será fijo, y te pagará mejor que yo. Te recomendé, perdona mi atrevimiento, pero sé que harías un gan trabajo y no me harías quedar mal frente a mi hermano. - Un trabajo. Mi rostro dibuja una enrome sonrisa. 

¡Eso es estupendo!

- ¡En serio señor? Muchísimas gracias, de verdad necesito el empleo. - Estoy que salto de la emoción. Será una oportunidad para darle mejor futuro a mi hermana y mejores medicamentos a mamá. 

-Sí, muy en serio. Y no te preocupes, lo hice porque sé que eres una joven trabajadora - Sonríe y yo hago lo mismo. - Pero el único problema es que, es fuera del país. en Londres. 

Mi sonrisa es borrada. Es muy lejos. Vivo en Nueva York con mi familia y no puedo dejarlas. Aunque si me pagan mucho mejor, lo haría. Por mi familia soy capaz de hacer cualquier cosa, incluso salir del país para trabajar. Sonrío. 

- No importa señor, con tal de tener un mejor empleo - Le sonrío - Pero, ¿Con quién hablo? o...

- No, tranquila. Hay una entrevista mañana - Me interrumpe. Saca una pequeña tarjeta y escribe algo. Me la pasa la tarjeta y la leo. Es la dirección. - Es ahí la entrevista. Ve muy puntual, ahí te explicarán mejor. - Sonrío. 

-Señor, en serio no sé como agradecerle - Estoy apunto de llorar. Esta puede ser una gran oportunidad, un nuevo comienzo. 

-No tienes que preocuparte. Tranquila. 

- Aún así, muchísimas gracias. Que tenga un feliz día señor. 

-Hasta luego Ailey, espero obtengas el puesto . -Le sonrío. 

-Eso espero. - Doy media vuelta y salgo casi brincando de la emoción. Solo espero que mamá se ponga feliz. 

Por el momento, a trabajar. 

Segunda mansión del día, allí voy. 



LLego a casa y siento que no puedo dar ni un paso más. Me duele todo el cuerpo, estoy agotada.

Reviso mi reloj y es tarde, son las once menos cuarto. 

Reviso la habitación donde duermen Katy y mamá. Están dormidas, al parecer le fue mejor a mamá, o tal vez no. 

Me acerco y beso la frente de cada una. Las amo. 

Salgo y miro qué hay de comer en la nevera. Confirmo mis suposiciones. No hay nada. Tendré que acostarme así. 

- Katy comió algo - Me sobresalto al escuchar a mamá atrás mío. 

-Mamá, me asustaste - La miro y le sonrío. Es hermosa. Nos parecemos mucho, la diferencia, ella tiene unas arrugas hermosas y yo, pronto las tendré si sigo durmiendo así de mal. - ¿Y tú? ¿Cenaste algo Ma? - Ella me sonríe. No. Esto está cada vez peor. No puedo permitir que las cosas sigan así. 

-No te preocupes cariño. Estoy bien. - Se me acerca y me abraza. Esto es lo mas reconfortante en el puto mundo. Los abrazos de mamá. - Dime, ¿cómo te fue?

Sonrío. 

- El señor Edik me recomendó con un amigo de él. Me dijo que me pagarían mucho mejor, sería trabajo fijo. Mañana es la entrevista - Sonrío aún más al ver los ojos de mamá iluminarse al mencionar trabajo.

- Eso es genial. Dios mío. Es una oportunidad para salir de estas cariño. 

- Lo sé mamá. Pero hay algo malo en todo esto. - Ella se sorprende

- ¿Qué cosa?

- No es en Nueva York. Es en Londres mamá. - Abre los ojos como platos. sé que no le gusta mucho la idea ahora. 

- No te dejaré ir. Es muy lejos. No...

- Mamá...  Es una gran oportunidad y lo sabes. Puede que sea lejos, pero me pagarán bien. - Agarro sus manos y las beso - Confía en mí. Todo irá bien. Mañana iré a esa entrevista y tomaré una desición. 

Parece no gustarle, pero asiente. 

- Ahora ve a dormir mamá, debes estar cansada. - Le doy un beso en la frente y ella se va. 

Me recuesto frente a la isla de la pequeña cocina y suspiro. 

Desde que papá nos abandonó nada volvió a ser igual. Me tocó madurar a mis 16 años, comencé a trabajar para sostener a mi hermanita, que en ese entonces tenía 10 años, y a mamá. Ella tiene artrosis severa, y por tal motivo necesita calcios y muchas pastas que para ser sincera, son bastante costosas. 

Terminé la escuela pero no podía pensar en universidad. Primero estaba mi familia. 

Conocí a chicos, pero no  podía dedicarle tiempo a bobadas, como lo es el amor. 

Sólo me interesaba trabajar.

Necesito ese empleo. Aunque me toque alejarme un poco de Katy y mamá, Será lo mejor. 

SÁLVAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora