CAPÍTULO 11

911 43 0
                                    

"-Hola putita

oh no, me ha encontrado, No. 

Intento correr pero no puedo, algo me lo impide. Me miro y estoy encadenada, ¿Qué? ¿cómo llegué aquí?

Roth tiene su miembro afuera, me va a violar. No

-No, por favor, No. 

- sÍ, te voy a follar muy duro.

-Noooo"

-Noooo, Por favor- despierto gritando. Mi corazón late a mil por hora, que susto, parecía tan real... 

Abren la puerta bruscamente y me sobresalto. Es Roger.

-¿Estás bien? escuché que gritabas...- Llevo mi mano a mi corazón, fue un gran susto. 

- Sí, lo estoy, gracias- Le sonrío y el parece relajarse. 

-Te dejo, entonces, para que descanses, fue solo una pesadilla, tranquila - Mantiene la distancia y se lo agradezco, aunque quisiera que me abrazara, que me acompañara, pero para mí sigue siendo un desconocido. 

-Gracias, descansa - Le digo y el se marcha, dejándome sola... 

Me vuelvo a acostar e intento dormir. 


Despierto por el hermoso canto de los pájaros, es maravilloso. 

Salgo del cuarto con el pantalón de chándal que me prestó Roger y una blusa de su hermana. 

Llego a la cocina y no, Roger aún no despierta. Sé que es de mala educación revisar la nevera de las casas ajenas, pero debo hacer algo por él, le haré el desayuno. 

Encuentro huevos y café, chocolate no, así que me pongo manos a la obra. 

El desayuno ya casi está, sigo cantando. 

Y celebrar que está viva
Explotando en libertad
Para sanar las heridas
Con pura electricidad
Con pura electricidad.Ella quiere viajes con mochila
Vestirse de asesina
Besar a un picaflor
Sangrar con esas flores con espina
Celebrar la indisciplina
Con un grito alentador.

- Que hermosa voz - me sobresalto al escuchar a Roger. 

-Disculpa, no te vi - Me sonrojo. 

- No tienes que disculparte... ¿Que haces? - Le señalo los platos.

-El desayuno, debía hacer algo por ti...

- No debías, - ríe - no tienes obligaciones conmigo, tranquila. - Le tiendo el desayuno. - Oye, Ailey, te quería preguntar algo...

- Dime - Lo miro y parece nervioso

- Te gustaría... ¿Te gustaría distraerte hoy un rato conmigo? quiero llevarte a un lugar maravilloso de Florencia, claro - Me mira - solo si tú quieres. - Abro y cierro mi boca, no sé que responderle - He visto que necesitas momentos bonitos, tal vez visitar ese lugar marque tú vida de una manera bonita. - Mi corazón parece detenerse. él es muy dulce. 

-Eh... sí, claro, pero - Agacho mi cabeza - No quiero causar problemas, ni mucho menos quiero molestar

- Ya te he dicho, no es molestia. Desayunemos y vamos. 

Asiento y le sonrío. 


Llevamos cinco minutos de viaje y por lo que he visto en los letreros de señalización, vamos por la vía Dei Serragli, da un poco de miedo su misterio. 

SÁLVAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora