CAPÍTULO 14

759 42 0
                                    

Hablar con la mamá de Roger fue genial, aunque algo aterrador al principio, pues solo me preguntaba por mi vida. 

Y sentí casi morirme cuando me preguntó cuando habíamos empezado el noviazgo Ro y yo, relación que ni yo sabía que existía, pero llegó Ro al rescate.

Ahora vamos de camino a casa, en silencio, pero no de esos incómodos, sino, tranquilo, que lo dice todo y  a la vez no. 

Llegamos y subo a mi cuarto, me ducho y me cambio de ropa, algo más cómodo para dormir. Un short y una blusa de tiras.

Ya cambiada me pongo frente al espejo y me peino mi cabello, estos días se ve más radiante. Lo peino y pienso en mamá, ¿como estará? 

-¿Estás ocupada? - Me sobresalto pero sonrío al ver a Roger 

- No, ya casi acabo - El me sonríe. 

-Ven, cena conmigo. - Asiento y bajo con él. 

Me pongo cómoda en el sillón y él me tiende un trozo de pizza que se ve delicioso. él se sienta frente a mí en el sillón, nos miramos y me atrevo a preguntar. 

- Roger, ¿Por qué le dijiste a tú mamá que era tú novia? - Él parece tranquilo, siento nervios por lo que dirá. 

-Porque si te presentaba como mi amiga seguirían pensando que soy gay, toda la vida lo han pensado - Ihs, no sé como tomarme eso, ¿será bueno? o solo me utilizó... - Además, me estaría mintiendo a mi mismo donde dijera que eres mi amiga, cuando siento que eres algo más - Me sonríe y siento que todo mi cuerpo vibra. 

¿Soy algo más? 

-Pero...¿Cómo? ¿No ves lo herida que estoy? ¿ No ves que no soy alguien para ti? - le digo y siento ganas de llorar. él pone en la mesita de la sala su pizza y la mía, para luego agarrar mi cara con sus suaves manos. 

-Sé que estás herida, no lo merecías, eres una personas maravillosa, eres hermosa, amable, inteligente, eres todo lo que he estado esperando y pueda que sea pronto, demasiado pronto, pero siento aquí - Lleva mi mano derecha a su pecho y la pone ahí, justo donde se encuentra su corazón acelerado - que no me equivoco. - Pega su frente con la mía y me derrito - Cuando te veo siento mil cosas ahí adentro, siento cariño, ternura, amor, deseo... Sentimientos que no pensé volver a sentir desde la vez que me fallaron - me da un suave beso y la verdad, no tengo palabras - Créeme cuando te digo que eres todo lo que quiero ahora. - Y me besa. 

No puedo creer que esté en esta situación, que después de tanto dolor, sufrimiento, sienta un momento de paz y sienta deseo hacia una persona. 

Nuestros labios bailaban con tanta lentitud y firmeza, que siento que voy a sufrir un colapso, es maravilloso, pues se siente como si estuviéramos hechos el uno para el otro. 

Es la primera vez que siento algo tan cálido pero estimulante a la vez. 

Me recosté poco a poco en ese cómodo sofá mientras sus dedos acariciaban mis piernas desnudas y luego mi cintura, me tienta, siento que me quemaba por dentro. 

Mis dedos tampoco se quedan quietos, pues van a dar a su cabello y halo con fuerza hasta que noto un gruñido salir de su garganta. Un sonido muy sexy, me gusta.  Nuestros labios siguen tocándose, nuestras lenguas jugueteando, creando fuego.

Suelto un gemido y nos separamos unos segundos para coger aire, notando la cálida mano de Roger introducirse bajo mi blusa de tiras. Nuestras miradas se encuentran y él me pide aprobación y yo acepto. No tardamos en volver a unir nuestras bocas en un beso más lento, apasionado. 

Su mano bajo mi blusa sube cada vez más, hasta que llega a mis senos y no siento miedo. El toca uno suavemente, juega con un pezón, me atormenta, pues fuego crece dentro de mí, queriendo más. Pero se detiene y baja su mano lentamente, hasta que llega al borde de mi short. Nos separamos y cierro los ojos esperando que avance más, pero solo se queda tentando. Abro mis ojos y lo observo. 

-Dime si  quieres que me detenga y de inmediato lo haré Ailey... - Susurra y yo sonrío. 

-No quiero que te detengas, quiero intentarlo... - y mis palabras lo alientan. Introduce su mano dentro de mi short hasta llegar a ese punto que no quería que nadie viera, ni tocara. Cierro mis ojos y disfruto, pues sus dedos se mueven suave sobre mi clítoris y me gusta. 

Me besa y él continúa sobando, tentando, hasta que introduce un dedo dentro de mí. Siento un poco de dolor, pero me gusta la sensación, gimo y más cuando continúa sobando mi clítoris, en círculos, más rápido y siento electricidad, siento ardor, calor y mierda, me gusta. 

Se detiene y abro mis ojos, quiero que continúe. 

-Vamos - Me hace levantar y me lleva a la segunda planta, dirigiéndonos a su habitación. 

¿De verdad lo haré? Sí, Roger no me da miedo. Quiero intentarlo.

Entramos a su cuarto y nos quedamos de pie muy cerca de su cama, mirándonos. Me da un suave beso y me quita la blusa lentamente, baja su mirada a mis senos y veo como brillan. 

-Son muy bonitos - pasa sus dedos muy despacio por ellos y siento calor, siento las orejas calientes. Me encanta.

baja sus dedos hasta llegar nuevamente a mi short, pero esta vez se arrodilla frente a mí y comienza a bajarlo, siento vergüenza y él parece notarlo, pues me tenso y sé que debo estar roja. Se levanta y sus increíbles ojos me observan con deseo, mucho deseo. 

- No tengas miedo, eres hermosa Ailey - Sonríe y me relajo, algo me dice que no me hará daño. 

Me besa y sus manos tocan con un poco de posesión mi cintura, pongo mis manos en su perfecto pecho, su corazón se va a salir de lo acelerado que está. 

Comienza a caminar haciéndome retroceder y caer en su cama. Abro las piernas dejando que se posicione en medio de ellas; cuando lo hace siento su erección aún sobre su jean y recuerdo que no le he dicho sobre mi pureza. Él me besa decidido, pero lo detengo. 

-Roger... Yo, yo nunca he - Niego con la cabeza y sé que me he puesto colorada. él se sorprende y sonríe. Se acerca y me susurra en el oído.

-Permíteme ser el primero entonces Ailey - sonrío y lo beso, él va a ser el primero. 

Se separa y veo como se quita sus pantalones y luego sus sexys bóxer, dejando libre su enorme erección. Se acerca nuevamente pero antes de posicionarse en medio de mis piernas, me quita las bragas, dejándome expuesta totalmente ante él. Sé que le gusta lo que ve, pues su mirada lo dice y eso me gusta. Me hace sentir segura. 

Se posiciona en medio de mis piernas y me besa, mientras sus dedos hacen maravillas dentro de mí. 

Luego se detiene, me mira y sus ojos cambian cuando ve más de cerca mi cicatriz en la ceja. 

- Déjame sanarte, déjame pegar cada pedazo roto que tengas...- Toco sus mejillas, lo acerco a mi boca y susurro

- Ya lo estás haciendo - lo beso y es ese beso, el impulso para que lleve su erección a mi húmeda entrada y empuja un poco, gimo y siento un fuerte dolor. 

-AHH - Sus manos tocan mis mejillas mientras empuja muy despacio, abriéndome por dentro para él. 

-Tranquila cariño - su boca atrapa mis gemidos y siento como entra completamente dentro de mí. Duele, pero luego de que empuja suavemente otra vez, comienzo a acostumbrarme y me gusta. 

Enredo mis piernas alrededor de su cintura mientras él entra y sale suavemente. 

Gruñe. Gimo. 

Entra, sale. Una, dos, cinco veces. El dolor se va y le da paso al placer con cada movimiento de él. Seis. Ocho veces y me siento en el cielo, donde solo somos él y yo. 

Diez. Quince y comienzo a sentir como tiemblan mis piernas. 

Me olvido de todo y solo somos los dos, perdidos en el otro. Hasta que llega el clímax que nos hunde a los dos en océanos de placer. 

Nos miramos y sonreímos. Lo he hecho. 

SÁLVAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora