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"Nuevo empleado"

¿Qué se debe hacer cuándo se está unido con alguien que no se ama?

Lo más sensato sería separarse y cortar por lo sano, ¿verdad?, pero en la vida de Park JiMin no era tan fácil, el tener dos padres controladores y un novio que sólo lo tiene como a un puto trofeo, era odioso.

Si, JiMin odiaba a sus padres y novio, su familia era una de las más adineradas en Búsan, por lo tanto debían mantener una imagen de "familia perfecta" y en esa familia perfecta debía ir incluida la pareja del primogénito de los Park, Kim Taehyung, un hombre que sólo sirve para alardear de sus riquezas y de la excelente pareja que tiene.

Patético.

Ambos llevaban menos de seis meses de noviazgo arreglado y JiMin ya no lo soportaba. ¿Cómo es que alguien no se daba cuenta de que no le amaban? Aquello no cabía en su mente, sinceramente el estar unido de manera sentimental con una persona que odia y detesta, era tedioso y cansado.

Espantoso.

JiMin tenía diecinueve años recién cumplidos, estudiaba diseño de interiores en la universidad más costosa e importante de Búsan, logrando aquello que llamara la atención de muchas personas, algo que quería evitar a toda costa aunque fuera imposible.

Era aislado cuando de personas se trataban, en un mundo como en el que vivía JiMin se debía tener cuidado, nadie era realmente amable cuando se le acercaba, y si lo eran sólo actuaban para buscar debilidades y utilizarlas a su favor, cosa que JiMin no permitía jamás.

Sus padres, además de controladores, eran muy sobreprotectores. Park estaba cansado de tantos cuidados, maldición, ¡él ya era un adulto!, sus padres no querían entender eso, pero ¿qué culpa tenía él de que sus cerebros no sirvieran para una mierda que no fuera el dinero, la fama y la fortuna?Sus abuelos eran mejores padres que los propios, siempre que iba a visitarlos se sentía libre y en paz, no se sentía vigilado ni el centro de toda la atención.

Sus abuelos paternos eran muy libertinos, demasiado para el gusto de sus padres, pero aquello le agradaba mucho, al menos con ellos podría hablar de cualquier cosa sin ser juzgado o regañado.

— Amor, ¿en qué piensas? — sintió las manos de su novio enredarse en su cintura de manera posesiva cuando un hombre miró descaradamente su cuerpo. Ambos estaban en el centro comercial comprando algunos trajes de gala, los padres de Taehyung habían organizado una fiesta para formalizar el noviazgo de su hijo mayor y más consentido, y JiMin como buen novio que era debía asistir aunque no lo quisiera.

Rodó los ojos ante la estúpida actitud de su pareja y soltó el agarre que él otro mantenía sobre su cuerpo.

No le gustaba para nada el contacto físico y esa era una de las especialidades de Kim Taehyung, el ser un empalagoso de primera.

— No es nada, Tae — reforzó el agarre en sus bolsas para no salirle con una patada al mayor, odiaba con toda su alma que Taehyung se le pegara tanto cada vez que otro hombre lo veía, pero cuando no era así, era él quien coqueteaba con otros chicos aun estando consciente de la presencia de su novio. JiMin no estaba celoso, no, pero le molestaba el grado de descaro e hipocresía que mostraba su pareja.

—¿Estaremos juntos toda la noche de la fiesta, verdad bebé?. — preguntó el mayor con picardía en su voz, ignorando por completo la sequedad de JiMin en su contra.

"Aquí vamos de nuevo". Pensó con fastidio.

Habían estado discutiendo por el mismo tema tiempo atrás, JiMin no se había entregado en cuerpo y alma a Taehyung, ni tenía intenciones de hacerlo.

Kim era un picaflor y mujeriego, JiMin estaba consciente de que este le era infiel, pero no se molestaba ni le reclamaba en nada, después de todo si él no podía complacerlo alguien más lo haría, ¿cierto?

—Ya te dije que no, Taehyung, no voy a quedarme contigo toda la noche — respondió con tono cansado.

Taehyung sabía perfectamente que JiMin no le amaba en lo absoluto, pero ese pequeño rubio tenía algo que él quería a como diera lugar.

Su virginidad.

Taehyung había estado con muchos hombres y mujeres, era abiertamente bisexual, por lo cual tenía una fila muy larga de pretendientes. Pero él sólo los usaba para calmar sus tremendas ganas de follar a su pequeño JiMin, aquel chiquillo de actitud fría e indiferente que le había cautivado desde la primera vez que lo vio en el jardín de niños.

Qué suerte que su suegra sea mejor amiga de su madre.

—Pero, Minnie, bebé. — hizo un puchero que para cualquiera sería adorable y hasta cierto punto irresistible, pero para JiMin aquello resultaba infantil y estúpido, algo que no le gustaba para nada.

A veces sentía que estaba con un mocoso de cinco años encerrado en el cuerpo de un hombre de veintidós.

—Ya basta, Kim, dije que no y punto. No voy a quedarme contigo toda la noche.

Taehyung frunció el ceño y dejó el tema en paz, no se daría por vencido, haría lo que pudiera para lograr tener al rubio en su cama, a las buenas o a las malas.

La pareja se dirigió al coche del mayor, un BMW de dos puertas de color gris platinado, a JiMin no le gustaba ese auto, esa clase de carros eran para niños mimados, y aquello era irónico ya que Taehyung era exactamente un niño mimado.

Aquellos que obtienen todo de todos cuando lo exigen.

En todo el camino a casa se mantuvo en silencio, observando el paisaje a través de los cristales polarizados. Estaba agotado tanto física como emocionalmente, ya no sabía qué hacer para alejar a Taehyung de su lado, no lo hacía él mismo porque estaba cien por ciento seguro de que sus padres intervendrían a favor de Kim, y capaz hacían que se casaran para estar juntos toda la vida, como la hermosa, a ojos de la gente, pareja que eran.

"Mi vida es una pesadilla". Pensó a la vez que suspiraba.

Al llegar a casa fueron recibidos por la mujer más egocéntrica existente sobre la faz de la tierra, Park Ji won, la madre de JiMin.

— ¿Ya llegaron? — Muy inteligente pregunta. "No madre, me quede en la tienda". Quiso decirle, pero se abstuvo, ya vería como haría pagar a esa mujer todo ese sufrimiento, y estaba seguro de cuáles eran sus puntos débiles.

JiMin se fijó que a un lado de su madre se encontraba un joven con cabello oscuro y porte robusto, ojos oscuros y rostro perfilado. Era alto y vestía un traje negro que marcaba perfectamente cada parte de su musculoso y tonificado cuerpo. Sus piernas, sus malditas piernas.

Hermoso.

—Madre. — Ji Won giró hacia su hijo. — ¿Quién es él? — preguntó refiriéndose a aquel hombre tan caliente.

La mujer lo miró confundida hasta que reaccionó: — ¡Oh! hijo, él es tu nuevo guardaespaldas, Jeon Jungkook. — lo presentó.

El azabache asintió e hizo una reverencia perfecta para luego mirarlo a la cara. Ambos sostuvieron la mirada. JiMin sintió una conexión con ese hombre. Lamió sus labios y admiró con una sonrisa ladina a su nuevo empleado.

"Si este hombre es mi guardaespaldas trataré de ponerme en peligro muy seguido".

Into You 너에게 "Kookmin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora